Expertas analizaron el debate que se realiza en Costa Rica acerca del Cuidado como Derecho Humano
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En estos momentos, Costa Rica es escenario de la Audiencia Pública acerca de la Opinión Consultiva del Cuidado como Derecho Humano, tema que se debate ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CoIDH) y que, en esta oportunidad, Laura Pautassi, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género en Argentina y Ana Lucía Fernández, investigadora del Instituto de Estudios de Género (IEG) de la UNED han analizado desde sus saberes.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la carga total de trabajo (que incluye trabajo remunerado y no remunerado) de las mujeres es superior a la de los hombres, con diferencias que varían entre 2,4 y 20,8 horas semanales. Las mujeres dedican entre 6,3 y 29,5 horas más por semana que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados.

De igual manera, indican que, en la región, las mujeres dedican un 19.6% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que los hombres apenas un 7.3%. Es decir, las mujeres dedican a estas actividades casi el triple del tiempo que ellos.

Imagen tomada de la página de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.

Respecto a este tema, Laura Pautassi, así como Ana Lucía Fernández, brindaron una entrevista para el programa, Hoy con la UNED, que se transmite por Radio Universidad 96.7 FM. En este espacio, ambas especialista profundizaron acerca de esta temática.

Pautassi subrayó la relevancia del cuidado como un derecho humano, respaldado por pactos y tratados internacionales que obligan a los Estados a garantizarlo, protegerlo y respetarlo. Sin embargo, indicó que ha sido tradicionalmente desatendido, especialmente en lo que respecta a la distribución equitativa entre los géneros. “El trabajo de cuidado, históricamente asignado a las mujeres, ha sido invisibilizado y poco valorado, exacerbando la desigualdad de género”.

“La pandemia de COVID-19 evidenció aún más esta brecha, con un aumento insuficiente de la participación masculina en las tareas de cuidado”, explicó Pautassi. Además, agregó que se requiere una mayor participación social y empoderamiento para transformar estas dinámicas y promover una distribución equitativa de las responsabilidades del cuidado.

Finalmente, se refirió al proceso ante la Corte Interamericana Derechos Humanos, que busca establecer estándares claros acerca del Derecho al Cuidado y su interpretación, que debe incluir un enfoque de género e interseccionalidad, a fin de universalizar el derecho al cuidado en América Latina y el Caribe.

Imagen tomada de la página de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.

Por su parte, Ana Lucía Fernández del Instituto de Estudios de Género de la UNED, dijo que es crucial aclarar la concepción de cuidado como trabajo, destacando su importancia para mantener a las personas con vida, incluyendo el trabajo doméstico. “Esta distinción es esencial para reconocer el derecho al cuidado y abordar las brechas económicas y la dependencia económica de las mujeres”.

Fernández hizo hincapié en la necesidad de promover cambios culturales y políticas públicas eficientes en el cuidado, así como enfrentar las resistencias conservadoras que mantienen los roles de género tradicionales. Además, propuso tomar ejemplos de países como Alemania, donde las políticas de cuidado son más robustas y las licencias parentales más equitativas.