El aumento de la temperatura de los océanos provoca que los corales pierdan sus característicos colores vibrantes y, en cambio, se observen blancos. Foto: cortesía de Juan José Alvarado, CIMAR-UCR.
En teoría, los corales son capaces de vivir cientos de años; sin embargo, hay distintas amenazas que pueden acortarles la vida, como algunos animales marinos, enfermedades, sedimentos, aumento en la temperatura, contaminación, pesca y turismo irresponsable, entre otros.
Con el ingreso de El Niño a Costa Rica, los científicos permanecen alerta ante el peligro que acecha a estos animales debido a su blanqueamiento.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) anunció que el fenómeno de El Niño ya está completamente consolidado en el país y es posible observar sus efectos.
Además, los especialistas pronosticaron que el impacto de esta anomalía en la temperatura del océano Pacífico se podría extender a marzo del 2024.
Los registros de la temperatura del mes de junio, comparados con los datos históricos, aumentaron alrededor de nuestro país en al menos 1 °C.
Por ejemplo, Liberia alcanzó un promedio de 33 °C, mientras que su promedio se mantiene en 32 °C; entre tanto, en Limón se alcanzaron temperaturas promedio de 31,3 °C y el registro histórico era de 30,2 °C.
Los corales usualmente viven en aguas calientes entre los 24 °C y los 28 °C, ya que a estas temperaturas sus tasas de crecimiento y reproducción son más rápidas, según explica Juan José Alvarado Barrientos, investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Además, a esas temperaturas, la relación con una microalga, llamada zooxantela, es “muy eficiente”. Las zooxantelas, que viven dentro de dichos organismos, le proveen al animal los nutrientes necesarios para su supervivencia, por medio de la fotosíntesis.
Sin embargo, con el aumento en las temperaturas de los océanos, como sucede con El Niño, las tasas metabólicas se aceleran y la microalga aumenta la producción de compuestos más allá de lo que el coral es capaz de mantener.
El blanqueamiento
Jorge Cortés Núñez, biólogo marino experto en arrecifes coralinos y profesor emérito de la UCR, explica que “la relación (con las zooxantelas) tiene un costo más alto que un beneficio, entonces ya no vale la pena mantenerla”, por lo que el coral por distintos mecanismos se libera de las microalgas.
La primera señal de esta liberación se observa con el blanqueamiento, debido a la pérdida de las zooxantelas que les da sus colores característicos.
“El coral sigue vivo —detalla Alvarado —, pero todas esas algas que le daban pigmentos desaparecen del tejido completamente”.
Este blanqueamiento puede ser reversible; sin embargo, si las temperaturas no disminuyen al cabo de cuatro a seis semanas, el coral no puede reincorporar las microalgas y comienza un estado de estrés que genera su muerte.
“Le cuesta crecer, le cuesta reproducirse, le cuesta defenderse de enfermedades, se pone más susceptible a cualquier amenaza, entonces se vuelve más frágil”, expresa Alvarado.
Durante eventos pasados del fenómeno de El Niño, se produjo un impacto severo en los corales, al punto de que, entre 1982 y 1983, un 80 % de las colonias murieron debido al blanqueamiento.
De acuerdo con el experto, es posible reducir el estrés de los corales lo máximo posible, para lo cual es fundamental la participación de las organizaciones ambientales y de la ciudadanía en general, que está en contacto con estos animales (véase el recuadro).
Bosques oceánicos
Los corales, animales marinos en forma tubular con tentáculos alrededor de su boca, se distinguen por su capacidad de agruparse en colonias y construir estructuras sólidas de carbonato de calcio. Por estas razones, se les conoce como “bosques tropicales del mar”.
Cortés explica que esos arrecifes de coral son los ecosistemas más diversos en los océanos, ya que albergan una gran cantidad de especies y juegan un papel crucial en la protección costera y la biodiversidad marina.
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