Han pasado 43 años del cierre de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización “Héroes y Mártires por la liberación de Nicaragua”; una fecha trascendental en la historia de nuestro pueblo, pues en esencia, significó el transmitir de la enseñanza mediante el desarrollo de las habilidades con el propósito de enriquecer la comprensión y el conocimiento de las familias.
Cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), toma el poder en 1979, encuentra a un país sumergido en la oscuridad y la discrepancia, esto como secuela de los años de régimen y pobreza que estuvo inmerso durante el gobierno somocista, por lo cual se toma como meta erradicar el problema social del analfabetismo.
Y manteniendo firme el pensamiento del comandante Carlos Fonseca Amador “¡Y también enséñenles a leer!”, es después del triunfo de la Revolución, que el FSLN, emprende el camino de esta gran hazaña con la participación de 95,582 colaboradores entre ellos estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, asesores pedagógicos, conductores, oficinistas y amas de casa, enseñando a leer y a escribir a 406,056 nicaragüenses, reduciendo la tasa de analfabetismo de un 50.35% a un 12.96%.
Para el 23 de agosto de 1980, habían pasado 5 meses desde que las brigadas habían marchado desde la capital, para trasladarse a las zonas más recónditas del país, en donde existían grandes limitaciones, sin embargo, eran tan fuertes los valores revolucionarios que cada uno de los brigadistas lograron ganarse el afecto de todos aquellos que se retraían a adquirir los conocimientos que les permitiría convertir la oscurana en claridad.
Esta odisea educativa, fue un movimiento de masas en la que estuvieron involucrados nicaragüenses de toda clase, así como el aporte generoso de la hermana república de Cuba a mando del comandante Fidel Castro, epopeya que obtuvo el reconocimiento por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1981.
La gran Cruzada Nacional de Alfabetización, es una de las hazañas de gran envergadura organizadas por la Revolución Popular Sandinista, permitiendo la construcción de una sociedad más justa, próspera y participativa, en donde sobresale el desarrollo individual y colectivo para mejorar la calidad de vida, y bien lo dijo el comandante Daniel Ortega:
«El conocimiento, la cultura, la educación nos hace libres»
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