La UNA contribuye al mejoramiento mutacional de plantas de quequisque, malanga y plátano
Foto de cortesía.

Como parte del plan de ejecución del Proyecto de “Ampliación de la variabilidad genética de los cultivos de propagación vegetativa en quequisque, malanga y plátano utilizando técnicas nucleares”, el cual es financiado por el Organismo Internacional de Energía Atómica; docentes investigadores de la Universidad Nacional Agraria (UNA), Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), técnicos del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA), participan en el curso nacional de capacitación en “Marcadores moleculares para la identificación de mutaciones” en estas tres especies vegetales de importancia económica para Nicaragua.

“Lo que queremos con el curso es entrenar a los participantes en técnicas de biología molecular y en el desarrollo y utilización de marcadores moleculares, para poder identificar diversidad genética que ellos han creado por la irradiación con cobalto o con rayos X y poder identificar esas mutaciones y ver cuáles de esas mutaciones pueden ser beneficiosas para estos tres cultivos”, determinó el doctor Juan Daniel Montenegro, investigador posdoctoral de la Universidad de Viena, con más de 15 años de trabajar en mejoramiento genético vegetal en Perú y Australia y quien imparte el curso.

El ingeniero Alberto Sediles Jaén, rector de la UNA, al dar la bienvenida a los participantes, agradeció al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) por el financiamiento de este proyecto, que impulsa el uso de biotecnologías de estos cultivares necesarios para soportar el embate de plagas y ajustarse mejor a los desafíos del cambio climático.

“Como país vamos avanzando, pero necesitamos de más conocimiento y tecnologías para salir adelante, para llegar donde aspiramos como pueblo, es por eso que, este tipo de iniciativas sin duda son una enorme opción para dar saltos tecnológicos gigantes en la identificación y promoción de esos cultivares”, destacó Sediles.

Donald Gámez, director de la Biofábrica del INTA, expresó su satisfacción por la ejecución de este proyecto en estos tres cultivares que tienen una diversidad genética muy limitada. “Decidimos emprender este proyecto junto con la UNA y el IPSA, porque sabíamos que íbamos a tener un mayor impacto que hacerlo en cultivos que tiene una amplia diversidad genética y como resultado hemos tenido muchos investigadores que han sido capacitados en otros países en este tipo de técnicas”, expresó Gámez

“Con este proyecto nos hemos propuesto mejorar la capacidad de los recursos humanos en estas técnicas, fortalecer las instalaciones de los laboratorios nacionales para el mejoramiento mutacional de plantas, la propagación in vitro y diagnóstico molecular, la idea es desarrollar 4 líneas mutantes de quequisque, malanga y plátano con resistencia a las enfermedades”, dio a conocer el doctor Guillermo Reyes, director de Cooperación Externa de la UNA y coordinador del proyecto.