La Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, marcó un hito en la historia de Nicaragua; un 23 de marzo de 1980, miles de mujeres y hombres dejaron a sus familias para encaminarse a una lucha revolucionaria, ya no con armas, sino con voluntad de servir, dispuestos a cumplir la orden de Carlos Fonseca Amador, erradicar los altos índices de analfabetismo en Nicaragua, un pueblo golpeado por la guerra, que necesitaba resurgir de las cenizas.
El maestro Orlando Pineda, es un referente de este hito histórico, pues fue pionero en la creación del operativo “Carlos Fonseca Amador” para lograr la erradicación del analfabetismo. Pineda nació en Bonanza en 1945, ha dedicado su vida a servir al pueblo, mediante la educación, por lo que ha sido merecedor de reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Cuando habla sobre lo que ha significado la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, el maestro Pineda, habla con orgullo y con mucha convicción; “un pueblo alfabetizado es un pueblo que surge”, resalta en una estrevista que realizó esta casa del conocimiento, a este incansable luchador y educador popular, quien actualmente es presidente de la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador (AEPCFA):
Maestro Orlando coméntenos, ¿Qué ha significado este proceso de alfabetización y cual ha sido el legado en la historia de Nicaragua?
La Gran Cruzada Nacional de Alfabetización sentó las bases en este país para ir poco a poco disminuyendo los índices de pobreza; un país no puede avanzar cuando es un país iletrado. Por suerte de la vida, nosotros tenemos tres elementos importantes, una juventud dispuesta como en la de aquel tiempo, tenemos un objetivo hacia donde ir y tenemos también lo más importante que muchos países no tienen que es la voluntad política de nuestro Gobierno.
Yo creo que la Cruzada Nacional de Alfabetización sentó las bases, para que nosotros los jóvenes, fíjate bien lo que te digo y no te pongas a reír, nosotros los jóvenes sigamos siendo una juventud participativa y movilizativa, porque la UNESCO nos llamó y nos bautizó en aquel tiempo, en 1980, como la movilización y participación más grande del siglo y a 43 años nosotros tenemos jóvenes en Tiktik Kaanu que están dando clases de computación, jóvenes en Bosawas, en la Capital de los pueblos Mayangnas. Entonces, seguimos siendo una Patria que podríamos darle muchos ejemplos a otros países, sin embargo, no lo hacemos para dar ejemplos, lo hacemos porque nos nace y tenemos mucha pasión para hacerlo.
Después de este importante contexto, me gustaría que recordáramos como se vivió este importante suceso; recordar la voluntad del Gobierno, como bien dice, pero también la voluntad de las muchachas y muchachos que salieron con sus libros a llevar el pan del saber.
Fíjate bien una cosa y muy importante, nadie pudo creer esto ni en aquel tiempo seguro, el 19 de julio el Triunfo de la Revolución y el 23 de marzo ya íbamos a la montaña, 8 meses después del triunfo, ¿Quién te va a creer esto?, pero eso es verdad; dos cosas, un entusiasmo de la dirección nacional de cumplirles a los héroes y mártires de la Revolución de que había que alfabetizar a este pueblo, porque German Pomares vivía soñando que las bananeras de Chinandega y León se alfabetizaran para que no siguieran siendo explotadas; Carlos, Sandino, Ochoa, entonces ese sueño había que realizarlo.
Pero la otra cosa, es la alegría de los jóvenes, de que ahora en vez de ir a la guerra con rifles ahora llevábamos lápices y cuadernos a un territorio desconocido, porque había managuas, leoneses y granadinos que nunca habían salido del ruedo de sus madres, sin embargo, nunca dijeron “No”, lograron ir, con miedo de los ríos y miedo de las montañas, pero llegaron.
Te cuento una cosa, a mí me parece que los jóvenes en ese momento se conocieron; hoy día ustedes en las carreras tienen estudiantes en primer año que deben de pensar “¿será que escogí bien esta carrera?”, entonces no se han encontrado, en la Gran Cruzada Nacional, los jóvenes se encontraron porque tuvieron la oportunidad de estar un domingo a la orilla de un rio y pensar “tengo que estudiar medicina, para el bien de esta comunidad”; otros dijeron “tengo que estudiar magisterio para lograr ser maestro de esta comunidad”, entonces los jóvenes se (re)encontraron.
Precisamente, en este punto donde los jóvenes estaban dispuestos con mucha voluntad a aportar a las comunidades, ¿Cuál cree usted ha sido el mayor aporte de este legado histórico al país?
En la salud y la educación, recordá que, en el año 1981, cuando ya regresamos, aquí solo había una escuela de magisterio, en Jinotepe, sin embargo, en esta patria se tiñeron los pueblos y comenzaron a florecer los maestros y las carreras de Ciencia de la Educación, entonces eso dio pie a que existieran diversas carreras y miles de jóvenes lograron estudiar magisterio para poder servir, porque lo primero que tenés que pensar para ser feliz es en cuanta alegría le das a ese pueblo.
La vida ha sido muy dura en Nicaragua, me das pie para recordar un número que ha sido discutido, porque si vos te fijas en las estadísticas decía que teníamos un 51% de analfabetismo heredado por la Dictadura Somocista, pero hemos descubierto que le estamos haciendo un favor a Somoza cuando decimos esa cifra; después de un recorrido por las comunidades hemos descubierto que teníamos el 64% de analfabetismo y los jóvenes lograron bajar esa cifra al 12%.
Cuba nos regala, en el año 2004, cinco mil televisores, cinco mil VHS, medio millón de cartilla, diez mil manuales, eso lo logra mandar Cuba en 11 camiones, no lo dejaron entrar a Nicaragua, porque sabían perfectamente que si esta Patria se alfabetizaba podría ver con claridad, quien es su amigo y quien es su enemigo.
Pero nosotros somos tercos, y logramos que esos camiones pasaran y nace entonces el “Yo Si Puedo”; y ahí una cosa importante que hay que señalarla el “Yo Si Puedo” es el método que en 12 semanas enseña a leer a cualquier persona. Aquí Nicaragua se va arriba, porque cuando el comandante Daniel gana las elecciones tenemos la facilidad de expandirnos y empezamos a alfabetizar en todos los rincones, y logra Nicaragua en el año 2010, declararse territorio libre de analfabetismo.
¿Cuál ha sido el impacto, de este proceso histórico en la Costa Caribe de Nicaragua?, siendo esta una región multiétnica y multicultural
Si me preguntas quien ha salido ganando en gran parte es el Rio Coco, Santa María, Musawas, toda la zona mayangna. Nosotros tuvimos en el Rio Coco con el “Yo Si Puedo”, desde el Carrizal hasta el Cabo Viejo, con aproximadamente 3,500 jóvenes de las diferentes universidades del país, pero no alfabetizando los brigadistas, sino que servían de asesores técnicos en cada una de las comunidades, los que alfabetizaban eran los miskitos.
Fíjate algo muy bonito, en aquel tiempo, cuando los miskitos hondureños veían que aquí se estaba alfabetizando y ahí no, se cruzaban algunos, a aprender en las distintas comunidades.
Algo interesante, es que nosotros hicimos el método del “Yo Si Puedo” en miskito, pregúntele a Avelino Cox, que ustedes lo conocen en Puerto Cabeza, que trabajó con nosotros en Extra Plus, trabajando el “Yo Si Puedo” en miskito, que lo implementamos en Rio Coco abajo.
Nos no hemos detenido, porque fíjate ahora en el pueblo Rama, allá en la Isla Rama Kay tienen su escuela de computación, y allá en Tikti Kaanu tienen su Universidad, que con ustedes vamos a trabajar con ellos en el futuro, y son pueblos Rama, ¿quién ha salido ganado? Enséñame una escuela de computación en León, tienen que pagar, sin embargo, los pueblos originarios del Caribe Norte y Sur tienen su escuela de computación, tienen su universidad y tienen su escuela campesina.
Para terminar con esta entrevista, cuéntenos ¿se piensa retirar algún día? ¿A quién le queda este legado de lucha?
Muchas veces me han hecho esa pregunta, claro, cuando ven que el maestro ya tiene el pelo blanco, entonces dicen “ya el maestro tiene 78 años”. Te hablaba de la felicidad, yo soy feliz con esas montañas, yo me conozco todos los ríos de Nicaragua, la comunidad que me preguntes yo la conozco, y ¿sabes por qué voy ahí? Porque no quiero perder mi felicidad.
Entonces tenés maestro para rato, pero como la pregunta es ¿Qué va a pasar cuando el maestro ya no esté? Hay miles de jóvenes ahora, que siguen la tarea; la misión va a quedar en los jóvenes, la tarea queda en los muchachos de 15, en los de 20. Porque a Nicaragua no se le pueden subir los índices, siempre tenemos que mantenerlos bajos, porque es el sol que va brillando hacia un porvenir de grandeza, de amor y cariño.
La misión de Carlos Fonseca se cumplió, en las manos del profesor Orlando y los miles de jóvenes que han dejado la llama de voluntad en las generaciones venideras, y hoy en pie de lucha la Nicaragua Libre grita siempre: ¡Puño en alto! ¡Libro abierto!
Comentarios