En el marco de su misión, la Universidad Nacional, gestiona procesos asistenciales orientados a la permanencia de la población estudiantil en la educación superior estatal y desarrolla estrategias que propician el acompañamiento y el desarrollo integral, a partir de estos esfuerzos se dispone con el servicio de residencias estudiantiles.
La Vicerrectoría de Vida Estudiantil UNA, mediante el Departamento de Bienestar Estudiantil (DBE) y las unidades de Vida Estudiantil (UVE), se encargan de gestionar y organizar los recursos humanos, materiales, financieros y administrativos necesarios para el adecuado funcionamiento de las residencias.
Las residencias estudiantiles están dirigidas a apoyar a estudiantes que cuentan con la Beca Omar Dengo (BOD), que proceden de las zonas más alejadas en relación con la universidad y enfrentan una situación de vulnerabilidad socioeconómica.
“La resi”, nombre común que se le da al programa de Residencias Estudiantiles, significa una experiencia única de convivencia. “La forma de vivir en la “resi” marca el desarrollo personal-profesional, allí se aprende y se enseña: actitudes frente a la vida, aceptación de diferentes pensares, oportunidad para asumir retos, desarrollar potencialidades, afrontar conflictos, trabajar con otras personas, enfrentarse a las propias debilidades, empoderarse, y mucho más”, señala la Vicerrectoría de Vida Estudiantil UNA.
Asimismo, durante la permanencia en la residencia, se busca promover la sana convivencia y favorecer la adaptación y autonomía, el desarrollo de estilos de vida saludables, el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, la organización, la utilización positiva del tiempo libre, las actividades de movimiento humano y recreación, el desarrollo de hábitos y técnicas de estudio y la educación complementaria que contribuya al desarrollo personal, social y académico de estudiantes.
También, se trabaja desde la promoción de la salud, abarcando en primera instancia lo referente a la sana convivencia grupal y haciendo énfasis en los ejes temáticos de la Red Costarricense de Universidades Promotoras de la Salud (REDCUPS): alimentación saludable, sexualidad integral, fortalecimiento humano, liderazgos en promoción de la salud y promoción de la salud bucodental.
Beneficiarios de “las resis”
Jackeline Villalobos, quien es oriunda de San Vito de Coto Brus, cursa el tercer año de la carrera de Administración, y forma parte de los estudiantes becados que participan del beneficio de las residencias estudiantiles, en este caso en el Campus Benjamín Núñez.
Villalobos destaca que el aporte económico que recibe le permite dedicarse solamente al estudio y avanzar de forma completa con el plan de estudios de la carrera. Además, puede ayudar a su familia con gastos y necesidades básicas.
“Como estudiante residente, este aporte me ha ayudado mucho al ser de una zona lejana, poder sentir una pertenencia y un hogar gracias a la universidad. He aprendido mucho del compañerismo al poder compartir con personas de distintos lugares. También, me ha ayudado como persona a administrar mi dinero, ser más capaz y líder en la toma de decisiones. Ser estudiante becada es una súper ayuda a medida como avanzan mis metas y oportunidades laborales y profesionales”, señala la joven.
Jorge Durán, estudiante de Ingeniería en Sistemas, forma parte de los becados que hacen uso de las residencias estudiantiles. El joven oriundo de la zona de Guápiles, indica que gracias a este aporte puede estudiar directamente en la universidad y costearse los créditos de la carrera, lo cual no sería posible sin el beneficio económico que se le brinda.
Son edificios ubicados dentro de cada campus en distintas zonas del país, tienen dos o más pisos, están divididos en sectores que facilita la formación de grupos de quienes les corresponda compartir la cocina y otros espacios comunes. Cuentan con electrodomésticos en la cocina, lavanderías y computadoras de uso común, mobiliario para estudiar y camas o camarotes, servicio de internet, agua y electricidad. Los utensilios personales y para el dormitorio, así como los que se requieran en la cocina, los trae cada persona.
En cada dormitorio se hospedan dos personas estudiantes (dos hombres o dos mujeres) por lo general que pertenezcan a la misma facultad, de modo que se les facilite estudiar o realizar trabajos pero que no estén en el mismo nivel, con el fin de que un(a) estudiante regular oriente, acompañe y apoye al(a) estudiante de nuevo ingreso.
Por otra parte, los residentes se constituyen en grupos para establecer una dinámica de organización y así cumplir con los deberes y fortalecer su convivencia; estas personas asumen mayor responsabilidad para el buen funcionamiento del sector, facilitan la organización, la comunicación y las actividades; además son un enlace entre sus pares y las profesionales de la residencia estudiantil.
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