"Actualmente un 60% de la población adulta costarricense presenta algún grado de sobrepeso u obesidad". La alerta la da Ruth Víquez Alfaro, médico general del Departamento Salud de la Universidad Nacional (UNA). Este resultado, según la especialista, se deriva de un cambio de comportamiento en la población e impactan directamente en la condición física de los adultos, pero también en la de los jóvenes y niños.
Son varios los cambios que han ocurrido en la sociedad y que generan los resultados indicados. Víquez especificó que los ticos han disminuido la cantidad de actividad física semanal y tiene una deplorable alimentación. Jugar en el patio, el jardín o la calle quedó en el pasado y las restricciones sanitarias por la pandemia han limitado los espacios de deporte y recreación. Por otro lado, la complejidad de balancear el teletrabajo y los quehaceres del hogar dificulta la preparación de alimentos saludables.
Víquez explicó que los costarricense “han dejado de lado la alimentación base como granos, cereales (garbanzos, lentejas, arroz, frijoles), que tiene un alto contenido de fibras y vitaminas. Ahora se consumen más alimentos de paquete, cargados de grasa, azúcares, sodio, alimentos refinados y procesados”.
Este nuevo hábito de alimentación tiene como consecuencia la obesidad y el sobrepeso, pero a largo plazo deviene en enfermedades crónicas no transmisibles. La especialista asegura que hay un patrón visible que evoluciona en hipertensión, dislipidemias, diabetes y enfermedades cardiovasculares, por ejemplo.
Emmanuel Herrera González, académico de Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi-UNA) y coordinador del programa Psicomotricidad y estilos de vida activos, asegura que la obesidad y el sobrepeso son problemas multifactoriales. “Se deben tomar buenas decisiones para alcanzar un cambio de vida, ya que no es tan fácil como ponerse las tenis y realizar actividad física. Va más allá”, explicó Herrera.
Las investigaciones realizadas en la Universidad Nacional indican que hacer modificaciones en las conductas es complejo. Según las entrevistas realizadas, se descubrió que cambiar el estilo de vida requiere derrumbar barreras o excusas que se anteponen al cambio. El trabajo, la falta de tiempo, las responsabilidades familiares o las carencias económicas, son algunas de las excusas que nos impiden ser físicamente activos.
Los especialistas consultados aseguran que el sobrepeso y la obesidad es prevenible y modificable. El apoyo de un especialista, un chequeo médico y ser consciente de dichas barreras son pasos fundamentales para iniciar actividad física.
Herrera explicó que para dar los primeros pasos hacia una vida con más actividad física se recomienda realizar caminatas de 10 minutos con la mascota, amigos o familiares, ya que el apoyo familiar es fundamental para derribar las excusas. Para tener resultados se puede ir incrementando la cantidad de minutos según como cada organismo vaya reaccionando.
Los pequeños cambios también repercuten en la alimentación, pues si se incrementa la actividad física “queremos comer más saludable y dormimos mejor”, justificó Herrera.
Si el incremento en el peso es consecuencia de comer por ansiedad dado el confinamientos, Víquez aconseja incrementar el consumo de agua, hacer meriendas saludables como frutas y vegetales para controlar el apetito y evitar comer más de la cuenta. También indica que es más saludable preparar los alimentos que comprarlos ya que se es consciente de los que se les adhiere o lo que incluyen.
Esta semana UNA Mirada aborda el tema del sobrepeso y la obesidad durante el confinamiento. Ruth Víquez Alfaro, médico general del Departamento Salud UNA y Emmanuel Herrera González, académico de Ciemhcavi-UNA brindaron una serie de consejos para realizar actividad física y controlar la ingesta de alimentos por ansiedad. Este programa se transmite el miércoles 20 de enero a las 10 de la noche por Canal 13 - Costa Rica Televisión. Además, puede acceder el programa completo en esta plataforma y en el canal de Youtube de UNA Comunica.
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