Este 15 de febrero, tras 50 años de promulgarse la Ley Nº5182 con la que se creó, la Universidad Nacional (UNA) brindó un reconocimiento a las personas que conformaron la comisión ad hoc, encargada de la puesta en marcha de la institución.
“ Y es que para llegar aquí, tuvo que existir la amplitud de miras de un Benjamín Núñez, fundador y primer rector de 1973 a 1977, quien tuvo que tejer los hilos políticos, presupuestarios y filosóficos para diferenciar esta propuesta educativa de otras, concibiéndola desde el principio, como una entidad con propósito, forma y contenido. Necesaria para las poblaciones en exclusión social, necesaria porque buscaría adaptarse a las personas en posición de desventaja, necesaria para fomentar una Costa Rica más solidaria, próspera e igualitaria, donde la educación superior no tuviera solo el alcance de unos pocos habitantes de la Gran Área Metropolitana. Cincuenta años no se improvisan, y lo que aquí se ha construido en este tiempo lleva sudor, lágrimas, apuros, pero también alegrías y plenas realizaciones de miles de personas académicas, administrativas, estudiantes, artesanos, emprendedores, gente vinculada con los distintos sectores productivos, económicos y sociales del país, para quienes la UNA vino a satisfacer una necesidad, a concretar un proyecto, a graduar a los primeros profesionales de una familia de agricultores, anécdotas que siguen escribiéndose y protagonizándose por quienes acogimos como propia la visión de nuestro fundador, y seguimos trabajando por este ente vivo llamado Universidad Nacional”, dijo Francisco González Alvarado, rector de la UNA.
Se entregaron dos certificados in memorian: al presbítero Benjamín Núñez Vargas, primer rector de la UNA, y a Uladislao Gámez Solano, ministro de Educación de entonces. Además, fueron reconocidos Rodrigo Zeledón Araya, uno de los fundadores de la Escuela de Medicina Veterinaria; Arnoldo Mora Rodríguez, filósofo costarricense, académico y fiel defensor de la universidad pública costarricense; Francisco Morales Hernández, quien en 1973, junto a Daniel Oduber, fueron los diputados que presentaron una moción tendiente a variar el proyecto original de creación de la UNA; Oscar Arias Sánchez, quien era ministro de Planificación; Rosemary Karspinsky Dodero, destacada intelectual costarricense y primera mujer en obtener el grado de doctorado en Filosofía en Costa Rica.
“Hoy día nos regocijamos al reconocer esa visión, el compromiso y los aportes de las personas que materializaron un proyecto político, educativo y cultural que cimentó la Universidad Nacional. Gracias a su tenacidad, convicción y claridad sobre la así llamada “nueva universidad”, basada en los principios humanistas y comprometida con el desarrollo científico sociocultural y económico del país, se favoreció a miles de jóvenes de diversos sectores sociales, quienes ansiaban y demandaban del Estado su derecho a la formación superior”, expresó Jorge Herrera Murillo, coordinador de la Comisión del 50 aniversario.
Asimismo, la Universidad rindió homenaje, desde las diferentes facultades, centros, sedes y Federación de Estudiantes, a quienes se consideran gestores de estas instancias o representantes estudiantiles en los inicios de la Institución.
Del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) se reconoció a Edgar Céspedes Ruiz; el representante electo por el Centro de Investigación, Docencia y Extensión Artística (Cidea) fue Juan Fernando Cerdas Albertazzi; Clemencia Conejo Chacón, por parte de la Facultad de Ciencias de la Salud; Francisco Morales y Francisco Antonio Pacheco, por el Centro de Estudios Generales; Oscar Aguilar Bulgarelli en representación de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar; un homenaje in memorian por parte de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales a Tatiana Láscaris Comneno; Ciencias Sociales destacó a Roberto de la Ossa Thompson; Faustino Chamorro González, por parte de la Facultad de Filosofía y Letras; la Federación de Estudiantes reconoció a Quince Duncan Moodie, y a a Cecilia Barrantes de Bermejo in memoriam; la Sede Regional Brunca reconoció, también in memoriam, a José Pineda Dubón, y la Sede Regional Chorotega a Asdrúbal Caravaca Briceño.
Marco Zúñiga, presidente de la Feuna, hizo en su discurso, un llamado a alzar la voz “como es nuestro deber, contra las políticas cada vez más explícitas, que obstaculizan malintencionadamente el acceso a la educación pública en todos sus niveles a la personas en mayor vulnerabilidad, que recortan los recursos para las investigaciones que sostienen el conocimiento y desarrollo de este país, a los proyectos de extensión y acción social que conectan directamente a la universidad con las comunidades y las regiones de toda Costa Rica, dejando nuevamente tanto a la universidad como a la población aislados entre sí”.
“La verdad nos hace libres” fue el lema con el que se creó, hace 50 años, esta institución que apostó por la enseñanza, la cultura, la investigación, el trabajo social, el humanismo. No es momento para que las universidades estemos tan tranquilas. Ha pasado tanto tiempo ya, y aun así hoy a pesar de que todo el mundo lo hable tanto, seguimos sin tomar acciones ¿cuándo va a ser el día en el la educación pública no esté en riesgo?, ¿cuándo va a ser el día en que ante recortes presupuestarios deje de ser más fácil sacrificar la educación, la cultura, el ambiente?”, cuestionó Zúñiga Badilla.
El Profesor Emérito Quince Duncan, impartió la charla magistral: Universidad Nacional: necesaria para siempre. La actividad cultural estuvo a cargo del coro universitario dirigido por el maestro Josué Ramírez Palmer.
La noche de este 15 de febrero también se llenó de música con la presentación artística y cultural Ópera L’elisir D’amore, a cargo del Taller Lírico de la Universidad Nacional.
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