Del 5 al 7 de octubre se realizó el 1° Encuentro Virtual de Estudiantes de Relaciones Internacionales de Centroamérica y República Dominicana, bajo la temática “La Recuperación Económica, Social y Ambiental post covid rumbo al Bicentenario de Independencia y los 30 años del SICA”, donde participaron estudiantes de la Universidad Nacional (UNA).
Este encuentro, organizado por el programa SICA Joven, la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), y la Red Centroamericana y del Caribe de Escuelas de Relaciones Internacionales (RECCERI), tenía como fin promover una mayor vinculación de la juventud y la academia con el proceso de integración regional, además de impulsar un espacio para potencializar la capacidad de análisis y reflexión de los estudiantes de Relaciones Internacionales de la región sobre temáticas identificadas como prioridades para el desarrollo de los países miembros del SICA.
Como parte de la actividad, los participantes debían escribir un ensayo abordando el tema del encuentro. Julissa Chaves, María Paula Loría, Arianna Ramírez y Ana Bejarano, de la Escuela de Relaciones Internacionales de la UNA, obtuvieron el 1° lugar con el título: "Retos y oportunidades para el desarrollo de energías renovables en Centroamérica".
En el documento destacan la necesidad de una transformación energética para Centroamérica. El siguiente es un resumen de la propuesta escrita por las ganadoras.
Dado el cambio climático es necesario que Centroamérica transforme sus matrices energéticas. Mundialmente se promueven las energías renovables en el ODS#7: “Energía asequible y no contaminante”. Las razones para el cambio de energía tradicional a renovable son claras, y presentan potenciales espacios de desarrollo social y crecimiento económico para la región centroamericana.
La energía hidroeléctrica es la mayor fuente de energía renovable de la región y al mismo tiempo es la mayor fuente en países como Guatemala y Costa Rica. La región cuenta con un alto potencial hidroeléctrico, sin embargo, los proyectos deben realizarse de forma responsable para evitar un impacto ambiental y socialmente negativo.
Energía con alto potencial y presencia en la región; pero cuyo uso posee varios retos: desde falta de información para promotores e inversores, hasta marcos jurídicos insuficientes. Centroamérica debe apostar por el uso de energía geotérmica, sobre todo tomando en consideración que permitiría el ahorro de más de 10 millones de toneladas en emisiones de CO2 al año (Cosmello, 2019).
Energía no convencional cuya capacidad instalada y generación va en aumento desde el año 2015, tanto para el SICA como para los miembros del SIEPAC (CEPAL,2020). Posee menores costos y utiliza políticas favorables como licitaciones; sin embargo, requiere buscar soluciones al proceso de almacenamiento y generar estudios específicos de los costes y uso en la región.
Centroamérica difiere en el uso de energía solar; Honduras y Guatemala lideran, Nicaragua busca un cambio, El Salvador plantea cambios a corto plazo, pero Costa Rica no promueve dicha energía y limita su generaciónal15%(Flores,2018), sin embargo, se ha presentado un proyecto de ley para solventar la problemática. Finalmente, la fuente solar disminuye las líneas de distribución, especialmente en zonas de baja densidad demográfica, disminuyendo los costos estatales. (Dirección General de Energía,2018).
La sostenibilidad energética puede colocarse varios escenarios. Primero, la adaptación exitosa en las matrices energéticas. Segundo, la adaptación deficiente, donde los Estados se transforman y se comprometen con la energía renovable, pero el cambio no es sostenible a largo plazo. Por último, una adaptación similar a la actual. Estos escenarios pueden colaborar con la toma de decisión en el tema. Asimismo, es vital contar con perspectivas a futuro para guiar el accionar de la región.
Las barreras centroamericanas son conceptuales, regulatorias y técnicas ante las energías renovables (Ernst&Young,2018). Aun cuando ofrecen más acceso, aceptación y adaptabilidad en las comunidades. Igualmente, avances en política regulatoria pueden aumentar la presencia de estas energías. Por ello, se valora el rol del SICA al considerar e impulsar el cambio. La firma de la SICREEE en agosto 2019(SG-SICA,2019) lo evidencia. La influencia del SICA es beneficiosa para promover cambios energéticos.
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