Este inicio de año nos sorprendió con 44 mil microempresas menos en el mercado nacional, una cifra alarmante y que realmente nos pone a analizar la situación que vivimos en el país, donde el costo de la vida y el emprendimiento es cada vez más difícil.
Según la Encuesta Nacional de Microempresas de los Hogares (ENAMEH) 2022, del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), se estima que en Costa Rica existen 410.745 microempresas, lo que evidenció una disminución de 9,7% en comparación al año 2021, cuando se contabilizaron 454.650.
Para el economista de la Universidad Nacional (UNA), Fernando Montero, lo más preocupante de esto es que los sectores que siguen siendo más afectados son las periféricas, representado casi un 60% en la Gran Área Metropolitana (GAM), la región Brunca, la más afectada, con un 9,4%, y la región Chorotega con un 8%.
De las 410.745 existentes en el 2022, el 43,0% agrupa el sector servicios, el 23,2% en industria, el 20,8 % en comercio y el 13,0% en agropecuario. También, podemos señalar que el levantamiento de las medidas que el país ha experimentado incide en una serie de aspectos económicos que han afectado el desarrollo y crecimiento de las microempresas.
La mayoría de estas personas tuvo afectación en sus actividades o negocios por el comportamiento del precio de los combustibles, por el precio de las materias primas, por una baja en la cantidad de clientes, el comportamiento del tipo de cambio y por la permanencia del COVID-19.
Cabe destacar que el 71,2% de los dueños de estas microempresas oscilan entre los 35 y 64 años, donde un 47,3% inició la actividad económica por necesidad, un 38,2% en procura de aprovechar una oportunidad y un 14,6% por tradición familiar/herencia.
Ante esta situación, el economista Montero indica que podríamos estar haciendo como ciudadanía, y por supuesto que medidas tendría que optar el Gobierno para lograr recuperar la economía costarricense. Así mismo, destaca que deberíamos encaminarnos a tres grandes cosas en específico:
Primeramente, seguir con un proceso fuerte de capacitación a las personas que quieren emprender. Poder brindar un acompañamiento, es de suma importancia como un valor sustantivo a este nicho, ya que muchas empresas perecen en el proceso porque no tienen ese acompañamiento y no tiene la capacidad para seguir en el mercado.
Encontrar los mecanismos de financiamiento idóneos para la pequeña y la mediana empresa. Si bien es cierto, ha habido, pero no han sido fructíferos. Asesorarse de buena forma es fundamental para sobrevivir en el proceso.
Para emprender o hacer un negocio, es importante conocer bien el mercado. En este caso, saber bien lo que vamos a vender, cómo lo vamos a vender, analizar la competencia, si hay presupuesto, si hay un plan de fidelización de clientes, etc. Además, aprovechar herramientas actuales como la inteligencia artificial, y todos los recursos que estén al alcance para poder hacer un empuje nuevamente a este sector que es tan importante.
“Recordemos que los pequeños microempresarios representan en total, directa o indirectamente, más del 60% del potencial de Costa Rica. Y esto, es un compromiso y debe ser compromiso de todos, de poder apoyar y dar el cambio que requiere a este sector tan importante de la economía costarricense”, destacó Montero.
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