Como parte del proyecto: “Análisis de los efectos económicos, ambientales y sociales del Turismo y la Cultura en Costa Rica”; la estudiante de bachillerato de la Escuela de Economía UNA, Dílany Rosales Matamoros, comparte sobre la importancia de la cultura en el desarrollo del turismo en el país.
El turismo es una manifestación en esencia cultural, de manera que crear sinergias entre los sectores cultura y turismo es fundamental para fomentar el desarrollo local. Existe una tendencia generalizada en asociar la idea del turismo al sol y la playa, orientando su oferta hacia los visitantes anglosajones y europeos. No obstante, esta asimilación conlleva a un alcance limitado de las capacidades de un país y al desaprovechamiento de los recursos culturales, que se ven subyugados al segundo plano y que podrían servir para enriquecer tanto la oferta turística como la experiencia de los visitantes de manera general, ya sean parte del turismo internacional como del turismo nacional.
Es importante tener en cuenta que el turismo es una importante fuente de ingreso de la economía costarricense. Según datos del BCCR, su aporte al PIB en el año 2019 fue cercano al 5%. Por lo tanto, además de hacer uso de los recursos disponibles de manera tradicional, como el turismo de aventura y de sol y playa, es necesario incluir dentro de este proceso la innovación y el desarrollo, ya que permitiría potenciar y ampliar la oferta, crear nuevas industrias que podrían propiciar los encadenamientos productivos y por consiguiente permitiría una ampliación del sector en su totalidad. Desde este enfoque, resulta necesario fomentar los medios y la creación de espacios que permitan un desarrollo del turismo cultural en todas sus expresiones con tal de aportar ese elemento diferenciador a nivel nacional.
En este sentido, la inversión en el sector cultura puede colaborar al desarrollo turístico del país. A nivel nacional, el Instituto Costarricense de Turismo en conjunto con el Ministerio de Cultura y Juventud han elaborado un total de 11 guías turísticas culturales representativas de distintas zonas del país, cuya finalidad es brindar información al turista sobre los atractivos naturales y culturales, y demás factores característicos del entorno. Esta colaboración entre ambos actores posibilita la atracción de un mayor número de visitantes a las diferentes zonas del país, de manera que la importancia radica en que estas iniciativas complementan las actividades turísticas que ya se ofrecen en una zona.
Por tanto, la preocupación actual radica en el recorte al presupuesto del Ministerio de Cultura y Juventud programado para que a partir del 2024 disminuya en un 8,4% si se compara con el presupuesto actual. Esto se vuelve un aspecto alarmante si se considera que estos recortes se han ido acentuando con el paso de los años, en donde para el 2020 el presupuesto representó tan sólo un 0,1% del PIB. Sin un presupuesto fortalecido en el sector cultura, las alianzas y colaboraciones entre los actores del sector turismo y cultura tenderán a la baja, lo que lleva a cuestionar si en este recorte se están contemplando los efectos sobre el sector turismo del cual depende la economía costarricense, ya que, si bien es cierto, los encadenamientos productivos entre ambos sectores involucran la creación de paquetes turísticos que combinan experiencias culturales con servicios turísticos.
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