A partir de este 23 de diciembre y hasta el 21 de enero, el académico Sergio Cambronero Solano, del Laboratorio de Oceanografía y Manejo Costero (LAOCOS), del Departamento de Física de la Universidad Nacional (UNA), viajará como representante nacional en una expedición oceanográfica financiada por la National Science Foundation(NSF) de los Estados Unidos, donde participan más de 13 universidades de esa nación así como de México y Guatemala.
“Saldremos desde Puerto Caldera y navegaremos el Océano Pacífico hasta San Diego, California en los Estados Unidos. Esta investigación se realizará a bordo del R/V Sally Ride, uno de los barcos de investigación más modernos de Estados Unidos y tiene como propósito describir el funcionamiento de la zona de mínimo oxígeno (OMZ, por sus siglas en inglés) en el Océano Pacífico implementando tecnología de punta”, dijo Cambronero.
Las OMZ, de acuerdo con el investigador, se encuentran en aguas profundas, en un rango desde los 100 hasta los 1000 metros aproximadamente. “Estas son masas de agua donde las concentraciones de oxígeno disminuyen hasta llegar casi a cero, lo cual se atribuye a la descomposición de materia orgánica que se hunde desde la superficie y que en su camino al fondo es descompuesta por bacterias y microorganismos. Esta acción microbiana en conjunto con condiciones oceanográficas como la temperatura y la circulación, provocan la desoxigenación del agua”.
Durante la expedición se tomarán datos de corrientes marinas, concentraciones de oxígeno disuelto, nitrógeno, entre otros parámetros físico-químicos. Se realizarán muestreos de los microorganismos y plancton para estudiar su genética y conocer mejor las especies asociadas a las OMZ. Asimismo, se utilizarán robots autónomos desarrollados por los investigadores participantes, los cuales están diseñados para ser desplegados mar adentro y medir durante muchos años mientras los datos recolectados son transmitidos por satélite. Estos robots representan una tecnología que podría automatizar la toma de datos de calidad a un menor costo operativo. Otro de los componentes de esta investigación, es el estudio de la relación de la OMZ del Pacífico con el Domo Térmico de Costa Rica (CRTD, por sus siglas en inglés), un área muy productiva en pesquerías y de alto interés para Costa Rica y la región.
“Distintas condiciones provocan la interacción del CRTD con la OMZ. Estas zonas son muy importantes porque son ricas en nutrientes y se ha demostrado anteriormente que el CRTD provoca que el borde de la OMZ esté más cerca de la superficie. Algunas especies de peces se han adaptado a estas condiciones de bajo oxígeno, mientras que otras escapan del núcleo de esta zona porque no hay oxígeno suficiente para su respiración, pero se localizan muy cerca de la frontera pues es una zona que favorece su alimentación”, detalló Cambronero.
Aunado a las condiciones de cambio climático, algunas presiones humanas como la actividad minera en aguas profundas en la región Clarion-Clipperton o la eutrofización costera, podrían incidir en la OMZ del Pacífico. “En este momento la toma de decisiones basada en la recolección de datos es fundamental, pues algunas acciones podrían alterar o ensanchar estas zonas de las cuales también depende la fijación de CO2 atmosférico, esto no solo aquí, sino en otras zonas del mundo. Durante los últimos 50 años, las OMZ han aumentado 4.5 millones de km2 a nivel mundial”.
“Es de mi interés, así como del LAOCOS-UNA, participar de esta expedición, ya que representa una oportunidad única para recolectar observaciones hidrográficas e hidrodinámicas del afloramiento de Papagayo, el Domo Térmico y los remolinos anticiclónicos generados por el chorro de viento de Papagayo a los que no pueden llegar nuestras pequeñas embarcaciones costarricenses. Nuestra propuesta es realizar perfiles verticales de sonda multiparámetros (CTD) y utilizar un instrumento para medición de corrientes marinas (ADCP) cada 40 km a lo largo de un transecto que se extiende desde la costa costarricense y atraviesa la pluma de surgencia de Papagayo, llegando al CRTD y atravesando un remolino anticiclónico para obtener datos de temperatura, salinidad, oxígeno disuelto, clorofila y velocidades del agua. El objetivo es comprender los cambios en la estructura vertical de estas características oceánicas, su relación con la OMZ del Pacífico y la Corriente Costera de Costa Rica”, detalló el investigador.
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