Durante este 2023 nos aprestamos a celebrar 50 años de la promulgación, por parte de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, de la Ley 5182, mediante la cual se creó la Universidad Nacional.
El proyecto original tuvo como autor intelectual al entonces ministro de Educación, el Lic. Uladislao Gámez Solano, quien proponía el establecimiento de una universidad pedagógica con sede en la ciudad de Heredia. Sin embargo, es gracias al impulso generado por una moción presentada por los entonces diputados Francisco Morales Hernández y Daniel Oduber Quirós que se transforma la idea original y se propone la creación de una institución de educación superior denominada Universidad Nacional. Las distinguidas personas que conformaron la comisión ad hoc, encargada de la puesta en marcha de esta nueva institución, impulsaron el establecimiento de una universidad nueva cuya concepción guarda el más profundo compromiso con el bienestar de la sociedad costarricense en especial con los sectores sociales más desfavorecidos. Tal como lo indica el Presbítero Benjamín Núñez, en su libro Hacia la Universidad Necesaria, “la universidad necesaria produciría una conciencia crítica y efectivamente constructiva, pues se dedicaría a la investigación sistemática de los problemas nacionales y se comprometería, desde el punto de vista científico, a la búsqueda de una posible solución”.
Las aspiraciones planteadas lograron encontrar tierra fértil mediante el establecimiento de unidades académicas avocadas a la formación de profesionales de primera necesidad, como el caso de la Escuela de Medicina Veterinaria, Relaciones Internacionales, Planificación y Promoción Social, entre otras, y muchas de ellas de forma muy visionaria para el contexto histórico de la época, como la Escuela de Ciencias Ambientales. Estas unidades fueron estructurando sus primeros laboratorios y revistas que impulsaron novedosas líneas de investigación y extensión derivando posteriormente en los actuales institutos de investigación. La apicultura tropical, la vulcanología y la sismología, el estudio de contaminantes emergentes, la biotecnología, la bioeconomía, la gestión ambiental, la biodiversidad, el ordenamiento territorial, los servicios ecosistémicos, los derechos humanos, la niñez y la adolescencia, las políticas económicas, el desarrollo sostenible y el rescate de la cultura y las lenguas indígenas, y los estudios de población son algunas de las áreas de investigación más insignes. Presentamos varios de los aportes que la Universidad Nacional le devuelve al país con sus proyectos, investigaciones, y conocimientos transmitidos en las aulas, y que se traducen en bienestar general, prevención ante la adversidad, justicia con equidad y soluciones para problemas del futuro.
Fiel a su condición de universidad necesaria, la Universidad Nacional cuenta con un modelo de admisión único entre las universidades públicas costarricenses diseñado para representar a los sectores más desfavorecidos del país–por razones geográficas o socioeconómicas—así como un vigoroso sistema de becas que se actualiza periódicamente; una oferta académica de calidad tanto a nivel de grado como de posgrado para el fomento de una educación superior que contribuya con el desarrollo nacional.
El compromiso de la UNA con la transparencia, la rendición de cuentas y la eficiencia en el uso de los recursos públicos asignados se ratifica con la reciente promulgación de la política de calidad y el desarrollo de un sistema de gestión con enfoque por procesos, que usa indicadores para la toma de decisiones y la decidida visión de avanzar hacía una acreditación institucional internacional.
Hoy 50 años después la institución renueva sus votos y compromiso con la educación y la sociedad costarricense, con una visión prospectiva que le permite avanzar en medio de los retos y desafíos que enfrenta como institución para seguir siendo la universidad siempre necesaria para el país.
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