La llegada de la inteligencia artificial ha irrumpido de manera cada vez más acelerada en las sociedades; algunos opinan que esto ha sido beneficioso, otros que es perjudicial, pero todos coinciden en el reto que conlleva y cómo ha puesto en jaque a distintos profesionales, entre ellos los del derecho, que hoy deben dilucidar entre estas tecnologías, los derechos de autor y hasta dónde llega la legislación.
“Estamos celebrando en esta semana el Día Mundial de Propiedad Intelectual, y en ese sentido, desde la academia queremos aportar al debate científico y académico sobre cómo proteger los derechos de autor ante una inminente revolución tecnológica”, informó el abogado y secretario académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas, José Ávila.
El togado acotó que la normativa es clara cuando señala que solamente las personas naturales pueden ser consideradas autores, sin embargo, con las nuevas tecnologías cada vez más avanzadas se ha generado un debate en torno al tema.
Para el abogado es necesario evitar que se vulneren los derechos de autor, pero la ley se ha quedado corta, por lo que es el del parecer que se debe ampliar ante la importancia y participación que la inteligencia artificial está teniendo en el desarrollo de inventos, marcas y todo lo concerniente a derechos de autor.
“La presunción o descripción de una obra está supeditada a la persona que la presenta como autor, pero no hay un medio de verificación, no hay un examen de fondo para determinar si en efecto es el autor que presenta la obra, quién la presenta o si es producto de una inteligencia artificial, entonces la ley debe ir más allá a fin de poder determinar tal cometido”, expresó.
Amplió que la Organización Mundial de Propiedad Intelectual ha discutido mucho el tema, pero han dejado a criterio de cada país determinar cuándo una obra es creada por un autor determinado.
Asimismo, señaló que, en el caso de las obras de dominio público, las cuales tienen un tiempo de protección durante la vida del autor y 35 años después de su muerte, las asociaciones de gestión colectiva deben proteger el derecho moral de los autores, pero “la inteligencia artificial ya está llegando a un punto en el que su uso es imparable, no se puede detener”, indicó.
En conclusión, la pregunta es ¿a quién pertenecen los trabajos que realiza la inteligencia artificial?, interrogante que hasta el momento no tiene respuesta concreta. “Esa es la pregunta que nos toca responder, el punto que toca dilucidar y resolver no solamente en el país, sino también alrededor del mundo”, indicó.
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