Con el propósito de generar conciencia en la comunidad nacional e internacional acerca del tema de sororidad, el Instituto de Estudios de Género (IEG), el programa de Videocomunicación (VICOM) y la Unidad de Capacitación y Becas de la UNED, junto a la Fundación Justicia y Género, llevaron a cabo la charla virtual: “Relaciones laborales en sororidad”.
Para abordar este tema, los organizadores invitaron a Stella Jeaneette Carvajal Basto, magistrada del Concejo de Estado de Colombia, Tatiana Ordeñana Sierra, exjueza de la Corte Constitucional de Ecuador y a Thais Aguilar Zúñiga, periodista de gran trayectoria y activista de movimientos sociales feministas, quien fungió como moderadora.
Las especialistas coinciden en que la sororidad es un concepto que debe trascender más allá de los ambientes laborales, con el fin de potenciar la unión y la fraternidad entre las mujeres, para que se vean como aliadas en la búsqueda de logro y objetivos, para mejorar las condiciones sociales y laborales, así como en otros ámbitos.
“Para nosotros es importante destacar la relevancia que tiene el tema de la sororidad, esa alianza entre mujeres, y es que la historia nos ha demostrado a través de las luchas sociales, que la unión y la cooperación entre nosotras son potenciadoras de una sinergia que nos permite avanzar y generar cambios significativos”, manifestó Evelyn Delgado López, de la Unidad de Capacitación y Becas de la UNED.
Respecto a la charla, “Relaciones laborales en sororidad”, Stella Jeaneette Carvajal Basto, magistrada del Concejo de Estado de Colombia, indicó, que existen varios instrumentos jurídicos que amparan actualmente a las mujeres y que estos logros son el resultado de las incontables luchas sociales por parte de las mujeres, en función de crear un futuro mejor para las nuevas generaciones. “Por ejemplo, en Colombia tenemos la Ley 1257, que fue creada en el 2008, y en el campo laboral, tenemos la Ley 1010 desde el 2006”.
“La sororidad es muy importante para la humanidad y, sobre todo, para las mujeres, para prevenir, sancionar y erradicar a la violencia contra la mujer. En ese sentido, me gustaría llamar la atención en primer lugar, a todas aquellas mujeres, quienes desde muchísimos años atrás han luchado incansablemente para luchar por nuestros derechos y que hoy nos permiten estar donde estamos”, expresó Carvajal Basto.
“En la actualidad ya contamos con instrumentos que velan por la no violencia contra la mujer como es la Convención de Belém do Pará, la Convención contra la discriminación de la mujer, y en el ámbito interamericano, mencionar la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, junto a otros instrumentos que nos amparan. Pero más allá de las convenciones y de los instrumentos jurídicos que nos amparan, la sororidad es fundamental para seguir avanzando como sociedad. Entonces, la sororidad significa empatía, escucha activa y una actitud compasiva entre semejantes, a pesar de las formas en que ahora nos estamos comunicando debido a la pandemia”, agregó la magistrada del Concejo de Estado de Colombia.
Por su parte, Tatiana Ordeñana Sierra, exjueza de la Corte Constitucional de Ecuador, aseveró que la sororidad busca la solidaridad entre mujeres y propone romper paradigmas instaurados por la sociedad patriarcal, donde las mujeres son agredidas y discriminadas por el sólo hecho de ser mujer.
“El tema de la sororidad a mi siempre me ha llamado la atención, principalmente por lo que engloba este concepto. En la actualidad, la tacha que se le hace las mujeres únicamente por el hecho de ser mujer nos pone en situación de discriminación en varios ámbitos, tanto en la educación, en el trabajo y el tema salarial, así como las oportunidades desiguales que existen entre hombres y mujeres… En ese sentido, creo que es importante saber escuchar a la otra persona, ponerse en sus zapatos, para así entender un poco más ese otro contexto; esa es una práctica esencial que debemos realizar como seres humanos y desde una perspectiva de género”, externó Ordeñana Sierra.
Respecto a las diversas situaciones que han experimentado las especialistas entorno al tema de sororidad, Ordeñana Sierra, comentó: “hace algún tiempo, cuando recién se creaba la Ley de Violencia contra la Mujer en Ecuador, recuerdo que llegó la Convención de Belém do Pará, que planteaba la erradicación absoluta de violencia contra las mujeres. En ese tiempo, en muchos países latinoamericanos se abría una discusión, y no fue la excepción para la Asamblea Nacional del Ecuador, pues también se generó un debate, donde se discutía la aprobación de la Ley. Esto fue confuso porque era la primera que vez que se tocaba este tema y la mayoría de los asambleístas no querían atenderla por su complejidad, Pero lo interesante fue que todas las mujeres asambleístas de todas las bancadas, se unieron y dijeron que darían paso a la Ley. Esa fue un ejemplo de sororidad en nuestro ambiente político”., añadió la exjueza de la Corte Constitucional de Ecuador.
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