“Me gusta visualizar la educación como una oportunidad de cambiar, de transformar, de dejar una pequeña semilla, de ofrecer y facilitar un espacio de crecimiento y aprendizaje a aquellos que están llenos de ilusión”, es el pensamiento de Kimberly Rodríguez Rodríguez, emprendedora y estudiante de la carrera de Administración Educativa, de la Escuela de Ciencias de la Educación (ECE).

Rodríguez Rodríguez, quien es oriunda de Las Nubes de Tilarán, Guanacaste, asiste a la Sede Universitaria de Monteverde y combina sus estudios con la pasión del piano, arte que aprendió en la Escuela Superior de Piano de Costa Rica, la lectura y la confección de bolsos.

La estudiante quien tiene una visión emprendedora, ha consolidado el proyecto Escalas Infantiles: Clases de piano para niños y Estimulación Musical Temprana. Por lo que atiende niños y niñas de 0 a 4 años, en el área de estimulación musical y de 4 años en adelante para la enseñanza del piano.

Acontecer conversó con Kimberly para conocer su opinión acerca del Bicentenario del Independencia Costarricense, vinculado al ámbito educativo desde la mirada estudiantil.

¿Cuál es su visión de la educación costarricense?

Aunque en Costa Rica tenemos una Constitución que respalda el sistema educativo, ofreciendo a la población una educación gratuita y accesible, aún puede lograr mucho más de lo que creemos y proponerse ser una educación que transforme a todo aquél que participe en ella, para esto los educadores tenemos un papel esencial ya que necesitamos dejarnos transformar para poder ser ese medio que transforme a las generaciones que tenemos a nuestro cargo. ¿Y que transforme qué? Que nos transforme en ciudadanos y seres más críticos, responsables y comprometidos con nuestro país y con nuestro planeta. La educación en Costa Rica es un privilegio, y nuestras aulas deben ser constantemente un espacio de transformación y construcción de aprendizaje.Kim

Pensando desde su labor docente y su formación profesional, y su comunidad ¿Cómo visualizan el bicentenario costarricense?

El Bicentenario Costarricense debe hacernos como costarricenses y como educadores, reflexionar y actuar. Este año es un año de celebración, pero no debe ser solo eso, no solamente celebraciones y conmemoraciones que pasan y se olvidan, sino poder comprender la magnitud de lo que esto sigue significando para nuestro país y poder seguir dejando huellas que den honor a nuestra independencia y a nuestra esencial.

Como educador, el compromiso de velar por las futuras generaciones, aquellos que llegarán a ocupar puestos en nuestro gobierno o aquellos que lograrán con su esfuerzo de hoy, llegar a ocupar cargos en diferentes áreas que marcarán el futuro de nuestro país, en ellos debemos centrarnos, para poder con la misma libertad de ahora y con el mismo orgullo que tenemos hoy al llegar al Bicentenario de la Independencia de Costa Rica, poder en el futuro pararnos y alzar nuestras cabeza orgullosos de lo que dejamos sembrado en el corazón de cada estudiante que educamos.

¿Cuál es su mensaje para fortalecer la educación y el compromiso social en el marco del bicentenario, a la comunidad estudiantil y profesional de la universidad?

Me gusta visualizar la educación como una oportunidad de cambiar, de transformar, de dejar una pequeña semilla, y de ofrecer y facilitar un espacio de crecimiento y aprendizaje a aquellos que están llenos de ilusión, de sueños, de encanto, a aquellos que tienes ganas de vivir y que no ven los obstáculos como los vemos nosotros cuando estamos adultos. Nosotros como educadores tenemos el compromiso de regar y cuidar esa semilla, para que produzca el fruto que nuestro país necesita.

La parte que más me gusta de ser educadora, es que no olvido lo que es ser un niño y esto me permite entenderlos, valorar el compromiso que tenemos y guiarles para que disfruten la libertad que tenemos en nuestro país, su ilusión, su etapa y la oportunidad que tienen de educarse.