La embajadora de la Unión Europea en Costa Rica, María Antonia Calvo Puerta, junto a sus similares de Países Bajos, Alemania e Italia, visitaron esta semana la cooperativa Osacoop, en La Palma de Puerto Jiménez, península de Osa, para conocer el avance del proyecto que el Tecnológico de Costa Rica (TEC) desarrolla en la zona e inaugurar el secador solar de cacao financiado por la misión europea.
La iniciativa, de nombre Osagro, es coordinada por especialistas de la Escuela de Agronegocios del TEC, junto a investigadores del Campus Tecnológico Local de San Carlos. Cuenta con financiamiento de la Unión Europea y es coordinado con el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan), pues además forma parte del Plan Estratégico Nacional 2050 (PEN).
Consiste en apoyar a familias agricultoras de la zona para diversificar la producción del cultivo de la palma aceitera, de forma que tengan sistemas productivos más resilientes al cambio climático y a los vaivenes del mercado.
Al mismo tiempo se mejoran las capacidades productivas de la cooperativa, por medio del centro de acopio de cacao que se inauguró el 23 de enero; este incluye fermentadores con capacidad para tonelada y media del grano y un secador solar con una capacidad de 600 kilos .
“La verdad es que estoy bastante impresionada, es impresionante lo que se ha conseguido en un año (...). Fue una selección bastante dura, porque había 70 proyectos y solamente tres elegidos, entonces la base del llamamiento era poder identificar proyectos que tuvieran una capacidad transformadora de la economía y del tejido social, y este yo creo que es uno de estos proyectos que puede cambiar los medios de vida siendo al mismo tiempo sostenible y amigable con el medio ambiente“, comentó la embajadora Calvo.
Como parte de este proyecto, se le está brindando acompañamiento y material a 16 familias para que establezcan parcelas de cultivos diversificados, que incluyan vainilla, cacao, árboles frutales, musáceas (plátano o banano) y hasta árboles maderables. Esto ayuda a mejorar la salud del suelo, a aumentar los servicios ecosistémicos y la biodiversidad, al tiempo que propicia fuentes alternativas de ingresos.
Carlos Robles, docente e investigador de la Escuela de Agronegocios, explicó que el proyecto fue ampliado a una segunda etapa en la que se construirá una planta agroindustrial en la cooperativa y se trabajará en conjunto con los productores para establecer el desarrollo de productos de valor agregado, como nibs o licor de cacao (base para la elaboración de confitería).
“Esta mezcla de cultivos en sistemas agroforestales lo que va a hacer es ayudar a mejorar la producción y la sostenibilidad, tanto económica como ambiental, de los productores. Son 16 familias beneficiadas en un inicio, pero lo que aprendamos todos aquí se puede extender a más productores de la zona“, argumentó Robles.
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