¿Cómo se construye un futuro de paz a través de la educación?
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En la conmemoración del 50 aniversario de la carrera de Educación Especial y del 60 aniversario de la carrera de Orientación, la Facultad de Educación se erige como un faro de compromiso y excelencia académica en la formación de profesionales dedicados a la promoción de la equidad y el bienestar social.

Al respecto, la Dra. Julieta Solórzano Salas, directora de la Escuela de Orientación y Educación Especial (EOEE), afirmó que además de la formación académica, estas carreras realizan investigaciones, participan en proyectos de acción social y mantienen vínculos internacionales con universidades de diversos países, pero también contribuyen a la actualización profesional de diversos sectores, como por ejemplo en el Ministerio de Educación Pública y en el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam).

A través de su labor, estas carreras impactan en la regionalización de la educación superior y han promovido la inclusión de personas con discapacidad en la vida universitaria. Además, han liderado la creación de asociaciones y centros de apoyo en sus respectivas áreas.

 

Desde sus inicios, la EOEE ha sido pionera en Costa Rica en la formación de profesionales que resultan claves para el desarrollo humano y social.

La carrera de Orientación, fundada en 1964, se distingue por su enfoque de facilitar procesos que promuevan un crecimiento armónico del individuo, en diversos ámbitos de su vida. Por su parte, la carrera de Educación Especial, iniciada en 1974, surge como respuesta a la necesidad imperante de brindar una educación inclusiva para personas con diversas capacidades.

“Ambas carreras destacan por su compromiso con la excelencia académica, y la formación de profesionales éticos y comprometidos con el desarrollo integral de la sociedad costarricense”, señaló Solórzano.

Por su parte, la Dra. Alejandrina Mata Segreda, destacada catedrática jubilada de la UCR, destacó la importancia de la orientación como promotora del bienestar y protectora contra los riesgos de la vida.

Mata argumentó que esta profesión en particular se nutre de la investigación, la práctica profesional y el estudio teórico para avanzar. “La orientación, que comenzó como un apoyo para las elecciones vocacionales a finales del siglo XIX, ha evolucionado hacia un enfoque de desarrollo humano y prevención, influyendo en áreas como la educación escolar y laboral. Se acentúa siempre la necesidad de sistematizar la experiencia profesional de los orientadores y fortalecer el enfoque humanista en su formación, para contribuir a una cultura de paz con sentido humano”, indicó.

 

A su vez, la M. Sc. Melania Monge Rodríguez, profesora e investigadora jubilada de la EOEE y del Instituto de Investigación en Educación (INIE), resaltó la evolución de la educación especial en Costa Rica, desde una perspectiva segregacionista hasta una inclusiva.

“Es de mucha relevancia la formación de profesionales comprometidos con una educación más inclusiva y justa, reconociendo la diversidad como un valor fundamental. Sin embargo, tenemos que estar atentos al desarrollo de los desafíos actuales, como la privatización y la desigualdad en el acceso a la educación de calidad, que perpetúan las injusticias sociales. Ante esto se podría pensar en un cambio en el enfoque económico y educativo que promueva una cultura de paz, haciendo hincapié en la participación activa de esta Universidad, como agente de transformación social”, afirmó Monge.