Universidades disponen equipos especializados para análisis de daños

Las lluvias de los recientes huracanes han cesado en algunos sectores del país, y ante una calma ,que poco a poco, el clima del país recobra, es momento de ver el estado en el que se encuentra el país y particularmente nuestra universidad, después que los Huracanes ETA y IOTA pasaran por nuestro país.

En entrevistas brindadas a los medios de comunicación nacional, el Dr. Armando Ugarte, Delegado de la UNI ante el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED) confirmó que para analizar la situación en la que se encuentra actualmente el país, no se puede desvincular la situación actual, sin antes contar las consecuencias de ETA.

Hasta las 12:00 MD del 18 de Noviembre, se había registrado altos niveles de precipitación en el Istmo de Rivas; en Managua según datos los acumulados de precipitación llegaron a promediar entre los 90 y 100 milímetros de agua, que provocó bloqueos temporales en el sistema vial que volvieron a su normalidad horas después de finalizada la lluvia.

En el Caso del Caribe Norte, donde el foco de destrucción fue más importantes, “aún no se puede dar una conclusión del nivel de afectación, porque se debe de hacer un levantamiento de daños muy detallado. La afectación además de ser por el impacto directo de los Huracanes, se debe a las características de infraestructura de estos sitios, por lo que es importante que las nuevas estructuras habitacionales, gubernamentales y locales, se levanten con la información apropiada de la construcción resiliente”.

Antes de la presencia y ocurrencia de ETA y IOTA, se prepararon y se afinaron los planes universitarios e interuniversitarios de contingencia, entre ellos la colocación de sacos de arena en puntos críticos, especialmente aquellos que resguardan documentación importante, así como equipos de informática.

Al encontrarse en la zona de impacto, las universidades URACCAN y BICU, resultaron con afectaciones directas. Particularmente, URACCAN informó lo siguiente:

En el caso de su sede de Bilwi: sufrió el impacto directo del huracán IOTA y causó daños en el 100% del techo, con afectaciones en: 14 aulas de clases; 3 laboratorios; 3 auditorios; 1 biblioteca; 2 salas de docentes; 1 edificio de rectoría; 1 edificio de vicerrectoría; 1 casa de protocolo; 1 edificio de internado; 1 edificio comedor; 2 casas alberque de estudiantes; 5 edificios administrativos; 1 bodega; 3 baterías de baños; 1 portón principal con su techo; 4 infraestructura de sistemas prácticos productivos.

En el caso de la sede de Siuna: afectaciones en el 80% en techo y 40% en el sistema estructural, con énfasis en 12 aulas de clases; 2 laboratorios; 1 biblioteca; 1 sala de docentes; 1 edificio de vicerrectoría y administrativo; 1 internado; 1 comedor; 2 baterías de baños; 500 mts. de cercado.

La mayor cantidad de daños se reflejan en techo de zinc, cielo raso, persianas y ventanas, sistema eléctrico, y algunos edificios afectados por la caída de árboles.

Una de las lecciones aprendida cuantitativa y cualitativa de estas situaciones, es la consolidación del sistema de articulación que responde ante estas iniciativas, y el la disposición de las universidades del CNU para consolidar un esfuerzo de acción y reacción ante los desastres provocados por fenómenos naturales o antrópicos.