El pasado 12 de febrero, José Alonso Calvo Araya, coordinador del Laboratorio de Fitopatología de la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, partió rumbo a Viena, Austria, para participar en un curso regional impartido por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), sobre Técnicas de mejoramiento por mutaciones y mejorar la eficiencia para la incorporación de resistencia a la enfermedad de Marchitez de Banano causado por el hongo Fusarium oxysporum f. sp cubense Raza 4 Tropical (Foc R4T).
“Esta raza de Fusarium se observó afectando plantas de banano Cavendish en 1967 en Taiwán, posteriormente se dispersó al norte de Australia en 1997. Actualmente, en América Latina se encuentra solamente en dos países (Colombia y Perú), este hongo se caracteriza por formar esporas especializadas llamadas clamidosporas las cuales tienen la capacidad de sobrevivir en el suelo hasta 40 años. La principal medida de control es mediante control legal evitando el ingreso a aquellos países en los cuales se encuentra ausente, en este caso el gobierno de Costa Rica ha firmado decretos nacional para la declaratoria de emergencia fitosanitaria, para la prevención del ingreso del Foc R4T a Costa Rica.”, detalló Calvo.
Según el investigador, el objetivo de la capacitación que se impartió del 14 al 25 de febrero, es proveer las herramientas necesarias para incorporar resistencia genética mediante mutaciones a este fitopatógeno.Calvo es el único participante de Costa Rica, donde también participan investigadores de Colombia, Brasil, Ecuador, Venezuela y Perú. “El fin es crear un grupo de investigadores expertos a nivel de Latinoamérica capacitados para generar material vegetal de banano resistente a Foc R4T, ya que en caso de que ingrese este hongo en el país, por ejemplo, podría representar no solo la pérdida de las plantaciones en las zonas productoras, sino también se verían afectados más de 40,000 empleos directos y 100 000 empleos indirectos, así como a los otros sectores de micros, pequeños y medianos productores de musáceas distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional”.
Una vez que este patógeno es detectado, explica calvo, se requiere la implementación de medidas fitosanitarias severas para evitar que se disemine otras áreas libres. Estas medidas son costosas y demandan personal capacitado para un diagnóstico oportuno y temprano de la enfermedad y actualmente no se cuenta con un cultivar de banano resistente a este hongo en América Latina.De acuerdo con Calvo, a su regreso trabajará en un proyecto que impulsaría la Escuela de Ciencias Agrarias de la UNA, en conjunto con el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) y la Corporación Bananera Nacional (CORBANA), con el objetivo de generar mediante mutaciones material vegetal resistente a este hongo.
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