Salom enumera sus logros y sugiere cambios sobre el futuro universitario
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Alberto Salom Echeverría ejerció la rectoría de la Universidad Nacional (UNA) en el periodo 2015-2020. En el marco del 50 aniversario de esta Institución y como parte del ciclo de conferencias con exrectores presentó: “Principales desafíos y logros de mi gestión” y “Visualización y prospectiva de los principales retos que tiene la Universidad Nacional en los próximos años”.

Durante este periodo—dijo—se adoptó el concepto de gobierno abierto para una gestión más transparente y cooperativa. La universidad recibió reconocimientos en índices de transparencia y gestión, implementó carreras itinerantes en zonas rurales y promovió comunidades epistémicas para fomentar la interdisciplinariedad, además de un sistema de gestión de calidad. También, se emprendieron iniciativas de sostenibilidad financiera, incluyendo negociaciones salariales que contemplaron la inflación.

En términos de infraestructura, Salom hizo énfasis en diversas obras financiadas por el Banco Mundial, entre las que destacó la construcción de residencias estudiantiles e instalaciones deportivas en diferentes sedes regionales. “Con recursos institucionales se realizaron proyectos como la pista atlética, la piscina y la Casa Internacional en el Campus Benjamín Núñez, así como el edificio académico administrativo en el Campus Pérez Zeledón y el Campus El Higuerón, generando un ahorro anual significativo en alquileres”.

Sobre el futuro, habló de la necesidad de una reorganización profunda del sistema universitario, y propuso una revisión a fondo de las instituciones de educación superior bajo la supervisión del CONARE. “Debemos abogar por una interrelación más profunda entre las universidades para mejorar la calidad y capacidad de respuesta al desarrollo nacional”. Además, subrayó la importancia de preservar la independencia universitaria y resistir imposiciones externas en temas sociales, científicos, artísticos y culturales.

Dentro de los principales desafíos resaltó la integración de carreras tecnológicas con una visión filosófica y humanista, un mayor enfoque en el mundo rural, democratización de la educación superior, equidad de género, lucha contra la discriminación étnica y sexual, y un compromiso activo en la batalla contra el cambio climático.