Anthony Esquivel Cambronero, funcionario de la UNA fue elegido entre un amplio número de aplicantes a nivel mundial para recibir el Programa de Entrenamiento de Salvaguardias. Su nominación fue gestionada por la Dirección General de Política Exterior –Departamento de Desarme- con apoyo de la Comisión de Energía Atómica (CEA) y la UNA.
El entrenamiento que inicia el 1 de febrero por un período de diez meses será proporcionado por el OIEA, en la ciudad de Viena, Austria, y tiene como objetivo crear capacidades en países donde aún no se cuenta con inspectores o donde el conocimiento sobre el ciclo de combustible nuclear es limitado.
“Se nos va a capacitar a los pasantes en conocimientos técnicos para la implementación pacífica de la energía nuclear, así como en los criterios para velar por el uso pacífico de la energía atómica en otros países del mundo. Las expectativas a mi regreso son altas, porque la idea es trasladar esos criterios a las autoridades para el impulso de nuevas iniciativas”.
Para Costa Rica esto representa una gran oportunidad pues permitirá que este conocimiento científico posteriormente se extienda a nivel nacional y también el mismo contribuya a la posición nacional en las negociaciones multilaterales. El Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, conocido como Tratado de Tlatelolco; el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP); y el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), el cual cumplió un año de su entrada en vigor el pasado sábado; contemplan la necesidad de verificar la no proliferación y el desarme nuclear. Para ello, el OIEA ya cuenta con un grupo de inspectores internacionales cuya función es la de verificar el cumplimiento de las obligaciones de los países en este sentido.
En el caso de la primera reunión de Estados Parte del TPAN, que está programada para llevarse a cabo en marzo de este año, se deberán definir detalles técnicos sobre cómo se verificará el desarme nuclear, cuando alguno de los países que actualmente poseen este tipo de armamento nuclear decidan adherirse al tratado. Todo lo anterior reviste importancia a la luz de uno de los principales ejes de la política exterior costarricense como es la promoción de la paz, del desarme y de la seguridad nacional, regional y mundial, de la mano con el impulso que se brinda a la Diplomacia Científica desde la Cancillería. Al ser parte de este programa el país fortalece su conocimiento técnico en materia de verificación nuclear.
La directora general de Política Exterior, Embajadora Adriana Solano, sostuvo una audiencia con Esquivel, donde examinaron la relevancia que tiene para el país acceder a este tipo de capacitación. La directora felicitó a Esquivel por ser seleccionado entre tantas personas y destacó la importancia de poder aportar elementos científicos a la formulación de políticas, en especial en un tema como el desarme y no proliferación nuclear, donde Costa Rica es reconocido como líder.
Costa Rica es miembro del OIEA desde 1965. Además, el país ratificó el Tratado de Tlatelolco en agosto de 1969, el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares en marzo de 1970, y el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares en julio de 2018.
Esquivel es oriundo de Pangola, un pueblo ubicado en la Virgen de Sarapiquí a solo una hora de la frontera con Nicaragua. Desde primaria y hasta noveno año, realizó sus estudios en la telesecundaria de la zona, para luego trasladarse con su familia hacia Naranjo de Alajuela para obtener su bachillerato en Educación Media.
Él es graduado de la carrera de Ciencias Biológicas con énfasis en Biología Tropical de la UNA, y asegura, “todo lo que he logrado ha sido por el esfuerzo de mis padres, de mi familia y de la educación pública”. Actualmente es funcionario del Departamento de Física de esa misma Institución, donde ha trabajado en el área de las radiaciones ionizantes por más de seis años colaborando en proyectos de investigación y de apoyo a la academia.
“Si bien en Costa Rica trabajamos desde los años sesenta con recursos de cooperación del OIEA para el desarrollo de proyectos nacionales y regionales, por cierto, muchos de ellos liderados desde la UNA, esta pasantía de Esquivel abrirá nuevas posibilidades de establecer sinergias con otros actores cooperantes internacionales en materia nuclear. Sin duda es una gran oportunidad para el país”, dijo Esteban Picado, presidente de la Comisión de Energía Atómica en Costa Rica y decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNA.
En la UNA se trabaja desde hace varios años en proyectos relacionados con el uso práctico y pacífico de la energía atómica, entre ellos hay estudios de calidad de aire; esterilización y exploración de nuevas especies agrícolas (como arroz o banano); disminución de la tasa de parasitosis en ovejas; caracterización de materiales mediante técnicas de difracción y fluorescencia de rayos X; hidrología isotópica para conservación de recursos hídrico y cambio climático, y de acuerdo con Picado, recientemente está iniciando un proyecto innovador, en conjunto con los hospitales de Niños y San Juan de Dios, que vincula tecnología de imágenes médicas e impresiones 3D para el tratamiento de cardiopatías.
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