Detrás de la divulgación de obras literarias, documentos científicos, tratados internacionales, materiales didácticos y especificaciones técnicas está la necesaria y precisa labor de los traductores e intérpretes. La Asociación que los representa, ACOTIP, celebró su 20 aniversario con una actividad el 15 de noviembre en la biblioteca Joaquín García Monge.
Fue en el 2003 cuando ACOTIP vio la luz, en la visionaria gestión de quienes fueron sus fundadores. Desde ese momento, sus miembros se han dedicado con incesante esfuerzo a trabajar en procura de la profesionalización, tanto de la traducción como de la interpretación en Costa Rica.
Esa labor se concretó desde que esta Asociación sin fines de lucro les ha abierto las puertas a sus integrantes para participar en congresos, seminarios y talleres a nivel nacional e internacional.
Los vínculos que mantiene ACOTIP con otras entidades vinculadas son un aspecto relevante de su gestión. Muestra de ello, es que forma parte de la Federación Internacional de Traductores, donde los asociados pueden ser parte de dos comisiones: la de traducción para derechos de autor y la de Educación y desarrollo profesional.
“Mantener vivos estos vínculos le permite a Costa Rica dar a conocer todo lo que podemos aportar en materia de la especialidad de traducción e interpretación”, destacó Bianchinetta Benavides, catedrática de la UNA, quien asume con la misma ilusión el reto que se abre para esta organización, a partir del éxito cosechado en los últimos 20 años.
Las alianzas le han permitido a esta organización integrarse a una amplia red de colaboración que incluyen a la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes, el Colegio Mexicano de Intérpretes de Conferencias, la Organización mexicana de Traductores, así como otras entidades afines de Brasil, Colombia, Cuba, Guatemala, Perú y Venezuela.
“Si el traductor hace bien su trabajo, es un benefactor de la humanidad”, asegura con entereza Adriana Zúñiga, directora de ACOTIP, al poner en perspectiva la importancia de la labor de estos profesionales en la divulgación del conocimiento científico, técnico, literario, artístico y comercial.
El vicerrector de Extensión, Martín Parada, resaltó el hecho de que la Universidad Nacional es la única institución del país que forma a traductores e intérpretes a nivel de posgrado, en la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje. “Es un privilegio ser los anfitriones de una celebración tan importante en la historia de la traductología costarricense”, manifestó.
Desde la trinchera de la labor extensionista, Parada hizo una homologación del trabajo que realizan los traductores e intérpretes al asegurar que “su labor permite descubrir nuevas áreas de investigación, que con la acción aplicada produce nuevos conocimientos integrales para la resolución de problemas desde un abordaje intra e interdisciplinario”.
Durante la actividad se contó con la participación de la académica Sherry Gapper, quien impartió la conferencia La traducción profesional, veinte años de aportes al país. Los avances tecnológicos, asegura, lejos de ser una amenaza, han acompañado el proceso pedagógico que se ha llevado adelante. “En este proceso ha habido una transformación en la especialidad de la traducción y de la interpretación. Nosotros, cuando comenzamos, no había Internet, no había la tecnología que tenemos hoy y había que ir descubriendo cómo utilizar estas nuevas herramientas para apoyar la enseñanza a los estudiantes”.
Durante el acto conmemorativo se hizo la entrega de homenajes a los profesores fundadores del programa de Traducción de la UNA: Sherry Gapper Morrow, Carlos Francisco Monge Meza, Judith Tomsanyi Major, Rocío Miranda Vargas, José Bogarín Benavides y Lisandro Gastón Gaínza Álvarez.
El Vicerrector Parada destacó el hecho de que los homenajes en talle de madera con un mensaje impreso en 3D fueron elaborados con material del sendero Los Matapalos, en Liberia, donde la UNA desarrolla un proyecto de extensión con la participación de estudiantes de la Sede Regional Chorotega.
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