Como un rotundo éxito catalogaron sus organizadores el XII Congreso Latinoamericano de Investigación para la Paz “Una nueva normalidad es posible y necesaria”, desarrollado del 3 al 7 de agosto de 2021, en la modalidad virtual.
Según la declaración final, a lo largo de la jornada, se desarrollaron más de 250 ponencias, comunicaciones breves, libros e intervenciones artísticas, lo que “demuestra que la paz late con fuerza en América Latina a pesar de las violencias directas, estructurales y culturales que se manifiestan en el continente”.
“No cabe duda de que en Latinoamérica, la disciplina de los Estudios de la Paz y el Conflicto atraviesa por una etapa especialmente estimulante”, cita uno de los párrafos.
Soluciones integrales
Como parte de las conclusiones del referido evento encaminado a aportar soluciones a la crisis social, política y económica agravada por la pandemia de COVID-19 que apremia a la academia, a los movimientos sociales y al conjunto de la ciudadanía a apostar de manera valiente y decidida por la construcción colectiva de propuestas que transformen radicalmente la matriz de relación con la Madre Tierra, los expertos destacaron la urgencia de transitar de la explotación de los recursos naturales, al respeto y el cuidado de los bienes naturales.
Asimismo coincidieron en la necesidad de superar el paradigma capitalista y colonial basado en la producción exacerbada, la acumulación de capital, la especulación financiera y la maximización de los beneficios y apostar por el decrecimiento y por economías alternativas que retomen la lógica del cuidado, centradas en la atención de las necesidades humanas y la sustentabilidad ambiental, produciendo a pequeña escala y recuperando el trabajo artesanal y campesino.
De igual manera, enfatizaron la importancia de poner fin a la lógica patriarcal y a los privilegios del hombre sobre la mujer; frente al proyecto de guerra y muerte que busca imponerse en el continente mediante el poder de la violencia instituida, se afirma el diálogo, el amor y la empatía y se reivindica la desobediencia, la acción directa no violenta, la autonomía, el apoyo mutuo y la articulación en redes acentradas y auto-organizadas.
Frente al deterioro del sistema democrático representativo, la corrupción estatal, y el uso del poder jurídico como instrumento de protección de las élites y sus intereses particulares, se plantea un cambio de paradigma, así como el desarrollo de una democracia directa, participativa y deliberativa que fomente desde los territorios la construcción colectiva de las propuestas y políticas con las que atender las problemáticas y necesidades sociales.
Frente a la rigidez, uniformidad y verticalidad de la educación formal, se propone una educación afectiva, liberadora, participativa y transformadora, capaz de propiciar las segundas reflexividades necesarias para potenciar la creación de nuevas realidades y otros mundos posibles y frente a la salud como negocio y basada en la enfermedad, se plantea una salud integral, eje de vida y bienestar.
Frente al retorno a la vieja normalidad, mientras tanto, se reivindican las prácticas pacifistas de los territorios y comunidades latinoamericanas como los hilos con los que tejer una nueva normalidad que le devuelva el valor a la vida, que reconozca la diversidad como característica inherente a lo humano y elimine cualquier forma de dominación y discriminación, reconozca el valor de las memorias diversas, la intersubjetividad y la singularidad, y potencie los saberes diversos, ancestrales y emergentes.
La edición 2021 de este evento de alcance mundial fue organizada por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), a través del Área de Paz del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), y el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como parte del Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP).
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