La coordinadora del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV), Migdonia Ayestas, informó que de acuerdo con los datos analizados durante todo el año 2020, Honduras estaría siendo el tercer país más violento a nivel de América Latina, debido a un incremento de la tasa de homicidios.

“En el año 2020 cerramos, información que estamos por completar, con una tasa de homicidios de 38.7% por cada 100,000 habitantes y eso hace que a nivel de Latinoamérica ocupemos el tercer lugar con una alta tasa de violencia”, enfatizó la investigadora.

Comentó que la violencia y la criminalidad en el país son otros de los problemas que afectan significativamente a la población hondureña, cuyos pobladores expresan que si no se están muriendo de hambre o por la COVID-19, son víctimas del manto negro que va dejando a su paso la violencia.

“Esto sí es un gran problema, porque eso significa que a pesar de todas las estrategias de seguridad que ha implementado el Gobierno, seguimos siendo el país con la tasa más alta en homicidio a nivel de Centroamérica, pues ocupamos el primer lugar en índices de criminalidad, seguido de Belice, Guatemala y El Salvador”, indicó la coordinadora del ONV.

Cifras de 2021

En cuanto a las cifras del presente año, mencionó que de enero a la fecha se reportan 36 muertes violentas más, en comparación al mismo período del año 2020, escenario que genera una mayor preocupación porque el mes de marzo fue donde hubo más homicidios a nivel nacional, a pesar de que la ciudadanía continúa en un período de confinamiento por la COVID-19.

“Durante este primer trimestre de 2021 se han presentado 15 homicidios múltiples, donde 3 o más personas han sido víctimas de la violencia, esto ha dejado como saldo 52 muertes violentas con un aumento en comparación al año anterior del 63% en número de casos, estadística que hace que sume también en la tasa de homicidios”, manifestó la académica.

Referente a los datos registrados a lo largo de los últimos 10 años por el ONV, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se explicó que los homicidios múltiples se han cuantificado, pues se contabilizan 1,038 escenas de crimen, con 3,806 víctimas.

“Para realizar estos homicidios ha predominado el uso del arma de fuego con un promedio del 79% en los últimos años; los Departamentos donde más violencia se presenta a nivel nacional siguen siendo Cortés, Francisco Morazán, Yoro y Atlántida, donde se reporta el mayor número de víctimas; seguidos de Olancho, Copán y Santa Bárbara; en cuanto a género, la mayor afectación es a los hombres en un promedio del 90%, en el caso de las mujeres con un 10% y son hechos que ocurren a vista y paciencia de las autoridades”, lamentó la funcionaria.

Recomendaciones

“Si hacemos un análisis, la mayoría de estas muertes se agrupan en delincuencia organizada aproximadamente en un 65%, seguido por la delincuencia común que son los robos y hurtos, y en tercer lugar con temas relacionados con la convivencia, es decir, la forma en cómo establecemos nuestras relaciones, dónde ocurren parricidios, femicidios u homicidios relacionados, donde dos personas por una discusión llegan al grado de no encontrar cómo resolver un conflicto y sumado a esto la violencia doméstica e intrafamiliar, que en promedio anda en un 25%”, explicó la investigadora.

Señaló que las estrategias que actualmente está implementando el Gobierno tienen más control y disuasión del delito; más leyes, más militares, cuentan con mayores fondos para tener mayor presencia en los barrios y colonias; pero fue del parecer que lo que realmente hace falta en Honduras son estrategias que sean orientadas en fortalecer las instituciones para la prevención de la violencia en el país.

Para enfrentar esta ola de muertes violentas en el país, la coordinadora del Observatorio Nacional de la Violencia, Migdonia Ayestas, enfatizó que se debe realizar una reorientación de las políticas públicas en esta temática, en la que se debe fortalecer la investigación criminalística con el fin de encarcelar a los responsables, conocer las causas de este fenómeno, como la judicialización de los casos.