El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó su Informe Macroeconómico Anual, en el cual urge a los países de Latinoamérica y El Caribe adoptar reformas fiscales para una recuperación sustentable post COVID-19; sin embargo, expertos en economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) aseguran que el país no tiene espacio para un “paquetazo” más.
El BID indica que las perspectivas de crecimiento para 2021 son inciertas; la hipótesis de base de un crecimiento del 4.1 por ciento para la región podría reducirse a tan solo 0.8 por ciento si se toman las proyecciones más pesimistas.
Está de más decir que el año 2020 fue catastrófico para Latinoamérica en términos económicos, ya que la caída fue de -7.4 por ciento, considerado como el peor desplome anual de que se tenga registro desde 1821 (año de la independencia centroamericana); también se prevé que esa expansión se desacelere hasta un 2.5 por ciento anual en el 2022 y años sucesivos.
“Para alcanzar un mayor ritmo de crecimiento, la región necesita implementar una serie de reformas que mejoren la productividad, ayuden a conectar a las empresas a las cadenas globales de valor, y promuevan la economía digital y la creación de empleo en forma inclusiva, sostenible y resiliente”, indica el Informe de la institución financiera.
El organismo financiero internacional resalta que las economías de América Latina y el Caribe están emergiendo de la crisis provocada por el coronavirus con altas tasas de desempleo y con sus sistemas de salud exigidos al límite. La crisis ha afectado a las poblaciones vulnerables con mayor severidad, exacerbando aún más las desigualdades de la región.
Deuda pública
Los impactos negativos sobre los ingresos y los mayores gastos llevaron el balance primario promedio desde -0,5 por ciento del PIB en 2019 hasta -5,4 por ciento en 2020. El déficit fiscal general se elevó al 8.3 por ciento del PIB desde el 3 por ciento en 2019. La deuda pública creció desde el 58 por ciento en 2019 hasta el 72 por ciento en 2020. El informe prevé que seguirá en aumento, alcanzando el 76 por ciento en 2023.
Sin embargo, una fuerte recuperación acompañada de reformas estabilizaría la deuda en un 72 por ciento y esta luego podría comenzar a caer, destaca el informe. Los países con altos ingresos tributarios y alto nivel de gastos se verían significativamente beneficiados de una mayor eficiencia tanto en el aspecto impositivo como en el de erogaciones, el organismo multilateral de crédito.
Recalca que los países con baja recaudación tributaria deberían buscar aumentar sus ingresos sin sacrificar el crecimiento. Esos mayores ingresos y ahorros deberían destinarse a proyectos cuidadosamente seleccionados que puedan tener un fuerte impacto social y en el crecimiento, en particular obras de infraestructura necesarias para construir una economía digital que genere más oportunidades laborales para la economía del futuro.
“Dados los desafíos fiscales y los altos niveles de endeudamiento, la mejora de las instituciones fiscales debería ser un tema de alta prioridad”, dijo Andrew Powell, asesor principal del BID y uno de los coordinadores del informe. “Instituciones más sólidas darían un mayor grado de credibilidad y permitirían un ajuste más gradual con tasas de interés más bajas para asegurar la sostenibilidad de la deuda”, agregó.
El informe recomienda a los gobiernos aprovechar las bajas tasas de interés internacionales vigentes para reducir su pago de intereses, con mayor financiamiento por parte de las instituciones financieras internacionales para reducir los pagos o reemplazar deuda más costosa.
Expertos de la UNAH
paquetazo dos
Sami Castro, máster Internacional en Finanzas con doctorado en Ciencias Sociales y Economía planteó que Honduras ya no cuenta con espacios para implementar reformas fiscales ya que en la última década el país fue sometido a varias reformas fiscales que algunas fueron gravámenes sobre gravámenes, como es el caso de las ganancias de capital, impuesto que se gravó en recursos que ya estaban gravados en el Impuesto Sobre la Renta.
Para el experto, es complicado hablar de un paquete de reformas fiscales en el caso de Honduras ya que la economía ha tenido un franco deterioro debido a la pandemia “no hay un espacio de lo que se pueda gravar, la economía no ha crecido, por lo tanto, no es una medida que se pueda implementar de inmediato”.
No obstante, en lo que corresponde al sacrificio fiscal, el docente de la Escuela de las Ciencias de la Comunicación de la Máxima Casa de Estudios afirmó que si se puede realizar revisiones, con el fin de disminuir la carga alta de exoneraciones y extensiones fiscales que se dan anualmente.
Asimismo, aseguró que en lugar de hablar de un paquete de reformas fiscales, es más viable potenciar el Servicio de Administración de Rentas (SAR), ente recaudador del Estado, para reducir la evasión fiscal, acción que la practican muchas empresas del país en detrimento de los fondos estatales.
Resaltó la reducción de la Tasa de Política Monetaria que realizó el Banco Central de Honduras (BCH) (tasa base para la definición de las tasas de interés en el país) acción que abarató el costo del dinero en el sistema financiero (bancos, cooperativas, financieras), lo que provoca que las empresas y personas naturales opten por recursos más blandos.
Con esta acción, Castro aseguró que el BCH está considerando que el sistema financiero ponga a disposición de los sectores productivos 164 mil millones de lempiras, liquidez actual del sistema financiero, dinero que se le puede dar mayor utilidad colocándolo en los sectores dedicados a la producción, lo que provoca generación de negocios y empleos.
Al finalizar, el experto recalcó que un paquete fiscal golpearía a la clase media y al sector empresarial del país, lo que provocaría sumar una crispación social más al descontento por corrupción, narcotráfico y otras situaciones negativas.
Bajo los mismo términos, se refirió Henry Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la Máxima Casa de Estudios, al asegurar que los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos de desarrollo como el BID, Banco Mundial y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) siempre buscan la salida más fácil para ellos y no para los países.
Las reformas fiscales o “paquetazos” como se les llama, según Rodríguez, están más orientados en fortalecer las variables macroeconómicas, las cuales dan solidez al país para que pueda pagar la deuda, pero realmente muy poco contribuye al bienestar de la población, a reducir la pobreza “Honduras ha suscrito seis cartas de intenciones con el FMI, donde el organismo ha estado de manera permanente desde el paquetazo de los años 90 en el gobierno de Rafael Leonardo Callejas, y la pobreza, lejos de disminuir, se ha incrementado”, remarcó Rodríguez.
El experto subrayó que los paquetazos son muestra de la mala administración de los gobiernos, porque cada vez necesitan más dinero para hacerle frente a las obligaciones que tienen con la población. La pandemia provocó reducción en la captación de impuestos y este a su vez derivó en un déficit fiscal, no obstante, el Gobierno no ha sufrido las consecuencias ya que esa caída de impuestos la ha compensado con deuda (préstamos).
“Antes de buscar un paquetazo fiscal que significaría ampliar la base tributaria, cobrar más impuestos y sobre todo precarizar más a la clase media, que es la que sostiene la economía, se puede hacer más eficiente al Gobierno, se debe buscar a los ciudadanos más eficientes en los cargos estratégicos, transparencia y rendición de cuentas y revisar el sacrificio fiscal”, recomendó el catedrático.
Expone que las exoneraciones son necesarias, pero hay que revisarlas e imponerles objetivos de desarrollo, de inversión y de generación de empleo, y con ello se mejorarán las finanzas del Estado. Otra recomendación de Rodríguez fue la creación de un mecanismo para evitar la evasión, endureciendo las leyes y los castigos.
“Por sacrificio fiscal el país deja de percibir 40 mil millones de lempiras, por evasión fiscal otros 30 mil millones y la corrupción se lleva 70 mil millones, con la suma de esos fondos a la par de un buen manejo ordenado de las finanzas públicas no habría necesidad de un paquetazo fiscal, porque ello desincentiva la inversión y desmotiva a los empresarios actuales, disminuyendo la capacidad de consumo a la población”, concluyó Rodríguez.
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