“Nunca imaginé sentir tanta alegría; yo vengo de un lugar donde decían que no valía nada por nuestra pobreza, lo cual me hizo tener una estima bien baja pero no saben lo que significa tener este reconocimiento en mis manos porque desde que llegué a la UNAH me hicieron sentir bien y me encanta mi trabajo”, fueron las palabras que expresó entre lágrimas la Sra. Rosa María Ortíz, asistente operativa de la Dirección de Docencia de la Máxima Casa de Estudios.
La Dirección de Docencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), otorgó un reconocimiento a la Sra. Rosa Ortíz, por su larga trayectoria, excelente servicio y dedicación durante 38 años en la Máxima Casa de Estudios.
Ortíz, comenzó a laborar en la UNAH un 1 de mayo del año 1983 en el puesto de aseadora, permaneció ahí durante tres años, el ese lapso ella estudiaba por la noche y se graduó de Secretaria Comercial.
En el año de 1987 se le presentó la oportunidad de aplicar a una plaza de secretaria en la Dirección de Docencia de la UNAH, en la cual se desempeña hasta la fecha 1 de febrero de 2022, día de su retiro.
“Puedo decir que estos 38 años han sido de mucho aprendizaje y satisfacciones, llegué a querer el trabajo que realizo y también la institución que me dio esa gran oportunidad de pertenecer a ella, entré a trabajar en una extrema pobreza con muchas limitantes, pero me voy con la gran satisfacción de haber obtenido todo lo que tengo poder ver a mis cuatro hijos graduados”, comentó.
La homenajeada mencionó que dos de sus hijos sacaron su primaria en el Centro Experimental de la UNAH. Recalcó que lleva en su corazón un grupo de amistades y un baúl lleno de grandes recuerdos, sintiendo mucha nostalgia al saber que ya no estará compartiendo con sus compañeros que llegaron a convertirse en su familia.
“Compartimos momentos alegres, tristezas, triunfos, nacimientos de nuestros hijos, nietos y tantas vivencias, pero me voy con la frente en alto de haber honrado a mi Universidad con mi trabajo”, detalló.
Ortíz destacó que fue un gran honor pertenecer a la UNAH, además, dice estar muy agradecida con Dios y la Universidad por todo lo que ella ahora es; indicó que el jubilarse es un privilegio que no todas las instituciones lo tienen.
“Estoy feliz de cerrar un ciclo en mi vida y comenzar uno nuevo, gracias UNAH por creer en mí y darme una oportunidad que supe aprovechar”, concluyó Ortíz, entre una voz quebrantada y lágrimas en su rostro.
El reconocimiento a sus 38 años de servicio fue entregado por Leonarda Andino, titular de la Dirección de Docencia junto a funcionarias y compañeras de dicha unidad académica.
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