Hace millones de años Tegucigalpa era una de las zonas volcánicas más activas del país, toneladas de materiales gaseosos, líquidos o sólidos emanaron desde el interior de la tierra hasta convertir, con el paso de los años, la topografía de lo que hoy es la capital del país. Como resultado de toda esa actividad volcánica, hoy existen en diferentes puntos de la ciudad al menos unos 32 conos volcánicos, sostiene Ramón Rivera, docente de la UNAH y profesor de Geografía, con formación sobre volcanes en universidades de Estados Unidos.
“Estos conos estuvieron activos hace millones de años, los últimos hace uno o dos millones de años, son volcanes viejos, están descansando, no muertos”, aduce Rivera. El estudioso sostiene que en Honduras se han encontrado al menos 100 volcanes inactivos, todavía vivos con sus respectivas aguas termales, emanación de cenizas y gases, a diferencia de países como Guatemala, Nicaragua o El Salvador, que tienen actividad constante.
En el país no existe tanta información respecto a la temática; solo por ejemplificar, en 1969 uno de los volcanólogos más importantes del mundo, el inglés Howel Williams, junto a Alexander Mcbirney escribieron en Estados Unidos uno de los libros más importantes sobre la historia volcánica de Honduras, que incluyó un análisis de los múltiples volcanes.
Hasta la fecha, en el territorio hondureño se pueden identificar en todas las regiones: al sur de Honduras, precisamente en el Golfo de Fonseca, donde se puede visualizar la Isla del Tigre, que es tal vez el volcán de mayor envergadura que posee nuestro país; se ubica en el municipio de Amapala, Valle, y cuya altura alcanza los 783 metros sobre el nivel de mar. También hay en Comayagua, La Paz, entre otras regiones, en el Distrito Central se reconocen como zonas volcánicas El Pedregal, El Mogote, La Laguna del Pedregal, las zonas aledañas a La Tigra y San Juancito, también el Cerro de Hula, que se formó hace unos 2 y medio millones de años, y que data desde el Período cuaternario, este alcanza una altura de 1,725 metros sobre el nivel del mar, su lava negra y otros materiales se extendieron por todas las direcciones.
“Hace millones de años estos tuvieron mucha acción y expulsaron estos suelos rojizos, que en geología son conocidos como lutitas rojas”, es por ello que los suelos que el país tiene son todos de origen volcánico, “estos suelos rojos y arcillosos que al entrar en contacto con el agua se vuelven pesados son los que precisamente provocan los deslizamientos, sobre todo con las crisis que se está viviendo en las periféricas de Tegucigalpa", agregó.
¿Qué implica tener este tipo de suelos?
Para Rivera, el hecho de tener este tipo de suelos no permite que estos se conviertan en roca, es decir no se solidifican, “siempre están en formato de suelo separable y al entrar en contacto con el agua se deslizan”, eso también está relacionado con las fallas geológicas, continúa diciendo.
Si bien se puede construir sobre ellos, habrá que tener en cuenta dos factores: la calidad de los suelos, su dureza y resistencia; y por otro lado se deberá observar la presencia del agua superficial y subterránea, para eso recomendó que el Estado invierta en identificar las zonas habitables y no habitables en aras de salvaguardar la integridad de sus ciudadanos.
“No se han considerado estos riesgos y muchas autoridades han dado permisos para construir en lugares donde no se debió hacer, como Ciudad del Ángel, a la salida de la capital”, detalló.
En esa misma línea se recomienda a la población estar más informada sobre el tema, sobre todo en la adquisición de nuevas propiedades, por lo que se debe verificar la calidad de los terrenos y si están ubicados en una zona de riesgo o no.
“Los terrenos más baratos son los más riesgosos, los que presentan mayores dificultades para la construcción; además las autoridades deben saber identificarlos, por otro lado, los ingenieros que hagan las edificaciones deben realizar los estudios necesarios, porque gran parte de los desastres ocurren por la mala práctica”, finalizó diciendo.
Probabilidad
Finalmente el estudioso envió un mensaje para tranquilizar a la población, pues considera que aunque es posible que esos volcanes que llevan millones de años se activen, la probabilidad de que esto ocurra es remota, podría ser en cien mil años o más, afirmó.
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