Cambios abruptos en trayectoria del COVID-19 ocurren entre los 40 y 50 días

Expertos de la UNED advierten sobre probables cambios abruptos en el comportamiento de la trayectoria del COVID-19, luego de observar los casos en países como España, Italia, Reino Unido, Ecuador y Panamá

En su análisis, reconocen que el país ha mantenido un crecimiento estable en la curva de casos, pero la tendencia puede cambiar si la población desatiende medidas preventivas

Entre los 40 y 50 días de haberse presentado el primer caso de COVID-19 ocurren efectos importantes que inciden directamente en el registro de casos, según la tendencia en otros países del mundo. Costa Rica alcanzará el próximo viernes 50 días, por lo que expertos de la UNED llaman a la población a cumplir con mayor atención las medidas preventivas para evitar aumentos abruptos en el número de personas infectadas.

“El cuidado que debe tener la población costarricense es precisamente no hacer que la curva de casos nuevos crezca. Entre los 40 y 50 días es cuando en otros países se ha dado un incremento abrupto del número de casos, por ahora está controlado en Costa Rica, pero se deben realizar esfuerzos para que se mantenga estable y tienda a reducirse como en otros países del mundo que ya han pasado las etapas más fuertes de la enfermedad. Lo peor que puede ocurrir es relajarse y como consecuencia, se descuide el cumplimiento de medidas provocando un brote acelerado haciendo que la infraestructura médica se sature”, comentó Greibin Villegas Barahona, investigador y estadístico de la UNED.

Al respecto, el experto citó ejemplos España, Italia, Reino Unido, Ecuador y Panamá, este último país que incluso presentó cambios abruptos antes de llegar a los 40 días del primer caso reportado.

Villegas Barahona lidera un proceso de investigación dentro del “dashboard” denominado “UNED. CR, siguiendo el COVID-19”, un sitio interactivo que ofrece información nacional e internacional sobre el coronavirus, en diferentes aspectos como número de casos y muertes por país, análisis estadísticos sobre el comportamiento de la enfermedad y un estudio activo sobre la percepción de la población hispanoparlante en relación con el COVID-19.

De acuerdo con el investigador, “la tendencia de crecimiento exponencial en el número de casos contagiados por COVID-19 se puede controlar o desbordar a partir de los 40 a 50 días de registrar el primer caso con COVID-19, según lo observado hasta ahora en todo el mundo”.

Al respecto, el biólogo Dr. Harold Arias Le Claire, académico de la UNED y quien forma parte del equipo de investigación, acota que “una de las razones que se ha argumentado para explicar la relevancia de los 40 o 50 días como periodo clave, se relaciona con el periodo de aislamiento o de cuarentena”.

“Se dice que, al cabo de dos o tres semanas de confinamiento, es posible que las personas empiecen a romper de forma intermitente sus aislamientos. También, se puede deber al ciclo incubación del virus, es posible que los 40 o 50 días se acumulen varios ciclos de incubación y que al cabo de las 4 a 6 semanas se alcance una densidad significativa de personas infectadas que considerando que este fenómeno es denso-dependiente se acelere la tasa de contagio”, explicó.

Costa Rica registró el primer caso de COVID-19 el 6 de marzo. Desde entonces, el crecimiento de casos ha sido estable desde el día 20 y en la última semana tendió a la baja, con reportes de menos de 10 casos diarios. No obstante, las autoridades han sostenido que estos resultados obedecen a las restricciones aplicadas durante la Semana Santa que, una semana después, fueron levantadas observándose un mayor relajamiento de la población frente a las medidas.

“El comportamiento estable en el crecimiento de los casos se observa a partir de los primeros 20 días desde que apareció el primer caso, lo cual es muy positivo porque en ese tiempo se ha dado un adecuado aprendizaje del personal de salud para tratar la enfermedad, de reajustar las condiciones de infraestructura médica y de que la población pueda asimilar la situación de la pandemia y pueda recalibrar sus prioridades para mantener estabilidad en su vida, hogar y su trabajo”, indicó Villegas Barahona.

A nivel general, los expertos consideran que, aunque Costa Rica presente una tasa de crecimiento bastante estable en el número de casos, no se deben desatender las medidas de prevención ampliamente abordadas por las autoridades sanitarias y medios de comunicación, entre ellas el distanciamiento social, el lavado constante de manos, el aislamiento de infectados y la reducción del movimiento.

“Ahora más que nunca hay que tener mayor control y extremar medidas de distanciamiento social, porque es en el contexto de las relaciones humanas en donde se producen la mayoría de los contagios”, afirmó el biólogo, quien pertenece a la Escuela de Ciencias Exactas y Naturales (ECEN).

Acotó que la tasa de crecimiento de la curva de casos acumulados por una enfermedad contagiosa, como es el caso del COVID-19, estará influenciada por varios factores. “Inicialmente el distanciamiento social, que es un factor que se puede descomponer en varias dimensiones o niveles. Desde el aislamiento total, el distanciamiento físico (mantener una distancia de al menos 1.2 o 1.5 m. entre personas), la disminución de la movilidad y la reducción de los contactos diarios por persona (se recomienda bajar los contactos con otras personas en un 75%)”, agregó.

“Esto afecta la probabilidad de que una persona infectada contagie a alguien susceptible (sano). Es decir, reduce las posibilidades del virus de dispersarse. Recordemos que la principal forma de transmisión es en el contacto entre personas, en segundo grado sería el contacto con alguna superficie contaminada y por último el caso de que una persona susceptible entre en contacto con el virus en suspensión (a menos de que se esté en un espacio cerrado y de personas aglomeradas)”, dijo.

El biólogo argumentó que “otro factor que afecta la tasa de crecimiento de la curva acumulada de casos de la enfermedad es la tasa intrínseca de infección. Esa tasa se traduce en el número promedio de personas que puede contagiar una persona enferma. Se estima que esta enfermedad tiene una tasa intrínseca de contagio de 2 a 3 personas por cada enfermo. Entre mayor sea ese valor intrínseco 4 o 5, la tasa de crecimiento de los casos nuevos será mayor y tenderá a ser exponencial. Si la tasa intrínseca es cerca de 1, la curva crece de forma lineal”.

En el análisis, ambos científicos coinciden en señalar que “cuando la relación entre casos nuevos del día y los casos nuevos del día anterior sea similar a 1 y mejor si es menor que 1, esto evidencia que hemos dejado la tasa de crecimiento exponencial para avanzar sobre la fase de una tasa decreciente de casos contagiados”.

“Esto se podría mantener en el tiempo, siempre que se garanticen las medidas que reducen la dispersión del virus, de modo que se mantengan controladas las infecciones de esta enfermedad. Es decir, esta tendencia se puede mantener siempre que seamos persistentes, en caso contrario ese escenario tan positivo fácilmente se puede revertir a una curva con crecimiento lineal o exponencial”, concluye Arias Le Claire.

Además de Villegas Barahona y Arias Le Claire, participan en la investigación: la Dra. Nerea González García y la M.Sc. Armando González Sánchez (Universidad de Salamanca, España), así como Iván León González, Joshua Salazar Obando y Fernando Alvarado Prado (pasantes de Estadística, Universidad de Costa Rica).

Si desea más información, puede escribir al correo electrónico gvillegas@uned.ac.cr

Ingrese al sitio y conozca la trayectoria del COVID-19: “UNED. CR, siguiendo el COVID-19”