Con orgullo y satisfacción, el joven de origen creole Darrel Patterson, con apenas 24 años, se ha convertido en un nuevo emprendedor con mucho éxito en la ciudad de Bilwi, Puerto Cabezas; luego de regresar de sus clases de Psicología en el recinto Bilwi, se impone tras el carrito de comida rápida para ofrecer sus productos gastronómicos, los cuales han tenido gran aceptación por la población porteña.
Darrell es estudiante del tercer año de la Licenciatura de Psicología en Contextos Multiculturales de URACCAN recinto Bilwi, pero desde muy temprana edad ha sido apasionado por el emprendedurismo y ha luchado por la superación personal. “Mi proceso de emprendimiento ha iniciado a lo largo de diez años (…) inició con un producto llamado ‘wantang frito’, conocido popularmente como ‘los pajaritos’, y ahora estoy trabajando en este local, que es un negocio de comida rápida”, relató Patterson.
En este puesto se ofertan los productos como hamburguesas, burritos, tacos mexicanos, chilaquiles, nachos, hot dogs, papas fritas, entre otros. Frente al Polideportivo Ferrera Dixon, de la ciudad de Bilwi, se observa a gran cantidad de gente que llega hasta las instalaciones del carrito callejero para degustar de la comida preparada por las manos de Darrel; asimismo, cuentan con el servicio de delivery gratis, estrategia que ha logrado posicionar por medio de las redes sociales, y que ha generado el recibimiento de numerosos pedidos, detalló el joven.
“No me puedo quejar, me ha ido muy bien, excelente”, expresó con una enorme sonrisa el joven emprendedor, añadiendo que las ventas han sido un total éxito. “Como estoy estudiando, yo inicio a abrir desde las cuatro de la tarde hasta las once, doce de la noche, es mi horario de trabajo”, compartió.
El compartir de la mano con familias y amistades
Sucede pues, que, como el negocio ha dado resultados positivos, la familia y amistades de Darrel se han involucrado dando apoyo al joven, para que pueda cumplir con el sinnúmero de pedidos que se hacen cada noche. “En este proceso me ha apoyado mi familia, en especial mi mamá, mi papá, mis hermanos y mis amigos más allegados”, aseguró.
Colly Patterson, de origen creole, y Alfredo López, del pueblo mestizo fueron los encargados de procrear a Darrel, siendo quienes le inculcaron desde la infancia el valor de la superación personal, “siempre me ha gustado comprar mis propias cosas, ser independiente (…), por eso decido emprender mi propio negocio”, aseguró.
Desde los 14 años inició con la venta de los pajaritos, la trayectoria de negociante, no ha sido un tema fácil, ha tenido altibajos, sobre todo en la parte económica; “el interés inició al ver que los productos se vendían, pero cuando yo quise probarlo, inicié con un fondo de 500 pesos (córdobas), lo que hice, fue agarrar mi teléfono y empeñarlo y así inicié”, contó con una expresión en su rostro de orgullo personal y deleite por estar cumpliendo uno de sus grandes sueños.
Planes de un futuro prometedor de la mano con la URACCAN
Al preguntarle cómo ha sido la experiencia como estudiante de la Primera Universidad Comunitaria Intercultural en América Latina, con una hermosa sonrisa genuina y sincera, el joven respondió que, “URACCAN ha sido para mí lo mejor que me ha podido llegar a la vida”, esta frase tiene un enorme significado, resulta que por ser parte del Movimiento Estudiantil del recinto y además del pueblo creole, Darrel ha sido partícipe de eventos de magnitud regional, nacional e internacional que fueron promovidas en su momento por la universidad.
“URACCAN me ha abierto las puertas, los espacios donde he estado, he participado en congresos universitarios, he participado en actividades de organizaciones extranjeras y he participado en el Centro de Innovación Slilma”, puntualizó.
Actualmente está enfocado en crear una microempresa, por eso, realizó una solicitud al Centro de Innovación Comunitario Intercultural Slilma de URACCAN, para ingresar en el programa de financiamiento a nuevos emprendedores. Porque para él, ser parte de esta casa de estudios superiores interculturales, ha sido una de las mejores experiencias vividas, expresó el joven.
“El Centro de Innovación nos ha dado la oportunidad de crear nuestros propios negocios, URACCAN, el Centro de Innovación, ha sido como mi mentor a lo largo de este proceso, ahorita estoy trabajando con el Centro de Innovación para un financiamiento que les están dando a pequeños negocios para crear nuestras propias empresas, entonces, yo me afilié y estoy en espera de la respuesta”, concluyó el joven.
En este sentido, se comprende que, en 26 años, la URACCAN ha logrado cumplir con sus procesos filosóficos institucionales, el crear profesionales con actitud de emprendimiento e innovación ha sido como el pilar fundamental para la creación de futuros prometedores en la comunidad estudiantil.
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