Una mirada feminista y disidente del Poder Ejecutivo: el culto al gamonal
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“Siempre he creído que, en última instancia, si la gente presta atención, obtendremos un buen gobierno y un buen liderazgo. Y cuando nos volvemos perezosos, como democracia, y cívicamente empezamos a tomar atajos, el resultado es un mal gobierno y una mala política.”

Barack Obama

Inicio esta reflexión con esta cita ya que comparto completamente las palabras del expresidente de los Estados Unidos. Yo creo que la democracia en Costa Rica se ha vuelto perezosa y una de las manifestaciones de esto es a lo que yo le llamo “el culto al gamonal”. Quisiera explorar desde una mirada feminista y disidente, el fenómeno del culto al gamonal en el presente Poder Ejecutivo de Costa Rica por medio de varios elementos característicos del patriarcado.

El término gamonal se utilizó en particular durante la época colonial de América Latina. Don Hernán Ibarra, investigador y docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), menciona en su artículo Origen y decadencia del gamonalismo en la sierra ecuatoriana la definición de gamonal acuñada por don Pablo Macera desde 1863:

“La lengua castellana da el nombre de gamonal a un terreno que abunda en plantas afrodillas. Pero en algunos pueblos americanos ampliando la idea y tomando por extraña analogía y pícaramente al propietario de la propiedad llaman gamonal, por no decir capataz o cacique, al hombre rico de un lugar pequeño, propietario de las tierras más valiosas, especie de señor feudal de parroquia que influye y domina soberanamente en el distrito, maneja sus arrendatarios como borregos, ata y desata como un San Pedro en caricatura y campea sin rival como el gallo entre las gallinas. El gamonal es pues, el sátrapa de la parroquia.” (Ibarra, 2002, pp 497).

A su vez, “sátrapa” se define como “persona que gobierna despótica y arbitrariamente y que hace ostentación de su poder.” (Real Academia Española, s.f., definición 2). Según la definición anterior y el análisis de quien escribe, la figura del gamonal se ha infiltrado desafortunadamente en el Poder Ejecutivo de Costa Rica. El personaje del gamonal es estrictamente una figura patriarcal que personifica varios elementos de este sistema de opresión.

En esta ocasión se analizarán tres elementos del patriarcado, que también han sido pilares de la lucha feminista. El primer elemento es la dominación masculina; el segundo, la violencia de género junto con el ataque a los derechos reproductivos y, finalmente, el desprecio por la promoción de la educación y la concientización. Como ilustrarán los diferentes ejemplos aportados, estos elementos del patriarcado que definen al gamonal también están presentes en el Poder Ejecutivo: en la persona del presidente, pero también en sus ministros y ministras.

El primer elemento del patriarcado, muy evidente en la figura del gamonal, es la dominación masculina. Es claro que la persona que se encuentra en la presidencia en este momento calza a la perfección con este fundamento. Por ejemplo, desde la campaña política de las pasadas elecciones presidenciales, Rodrigo Chaves demostró un estilo centralista de gerencia. Recordemos que el eslogan de campaña era “Yo me como la bronca”.

 

Detengámonos un minuto para analizar el contenido violento de esta frase: una bronca es sinónimo de un pleito o una trifulca. Rodrigo Chaves, desde la campaña, indicaba sin remordimiento, que ese iba a ser su estilo: uno confrontativo y violento. El otro factor importante es que en este eslogan solo hay una persona ejecutando, no es “nosotros” nos comemos la bronca, es “yo” me como la bronca, haciendo énfasis en que quien da las órdenes es él.

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Dentro de este elemento de dominación masculina hay un asunto entristecedor y es que en la elección presidencial pasada hubo un espaldarazo a ese machismo gamonal que era evidente en quien en aquel entonces solo era candidato presidencial. La analista política, doña Gina Sibaja, afirmó en el 2022 que se formó una empatía especialmente en la población masculina “porque hay que decir que aquí el acoso sexual se naturalizó y ha sido una práctica diaria. […] Chaves, al ser un outsider (desconocido) de la política, que parece que irrumpe sin negociar, era atractivo para la población. El voto fue para una persona que parece que se enfrentará a las élites” (Infobae, 2022).

Sumado a lo anterior, parte de esa dominación masculina ha sido muy evidente en la escogencia de colaboradores y colaboradoras con una obediencia inquebrantable como requisito de participación en el Poder Ejecutivo. Uno de los casos que más ruido le ha generado al Poder Ejecutivo es la cartera de Salud, inicialmente asignada a la doctora Jocelyn Chacón. La doctora Chacón creó muchos anticuerpos en su equipo de trabajo, en la prensa y en la opinión pública en general por la falta de fundamentos técnicos en la toma de decisiones dentro del Ministerio de Salud.

La doctora cayó en la trampa del patriarcado de la que habla la escritora feminista Audre Lorde en su artículo Age, Race, Class and Sex: Women Redefining Difference. Esto significa que la persona piensa que, acercándose y siguiendo la misma línea de su opresor, va a obtener los mismos beneficios que este. El final de la historia de la doctora Chacón en el Ministerio de Salud, hasta donde lo conocemos hoy, no fue exitoso. Lo que sí fue muy evidente, es que ella se apegó a la línea del Poder Ejecutivo hasta las últimas consecuencias.

Por su parte, doña Marta Esquivel, presidenta de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en reiteradas ocasiones ha hecho evidente su lealtad hacia el Poder Ejecutivo, incluso cuando las decisiones de este han ido en detrimento de la institución que ella lidera. El presidente también hace alarde de su dominación cuando habla de una institución benemérita para Costa Rica como lo es la Caja. Rodrigo Chaves, en diversas declaraciones públicas, ha afirmado que la CCSS está en quiebra sin aportar ningún elemento probatorio para su afirmación.

Al otro extremo de la lealtad incuestionable, don Álvaro Ramos, doctor en Economía, no estaba de acuerdo con las declaraciones del presidente y, con números y datos, demostró frente a la prensa que la Caja no está en quiebra, como lo mencionó la nota de setiembre del 2022 el medio DelfinoCR. El contradecir al presidente en público le costó el puesto a don Álvaro Ramos, quien inició esta administración como presidente ejecutivo de la CCSS.

El segundo elemento del patriarcado que comparten tanto el gamonal como Rodrigo Chaves, es la violencia de género. Costa Rica en este momento tiene un presidente que fue condenado por acoso sexual en el 2019 por el Banco Mundial (Cambronero y Chinchilla, 2021). Costa Rica en este momento tiene un presidente para quien la violencia de género fue su diario vivir durante más de 13 años, según indica el resultado de la investigación del Banco Mundial

(Bolaños y Kurmanaev, 2022). Costa Rica tiene un presidente que en ningún momento ha negado esa violencia de género, muy por el contrario, la ha aceptado y justificado como “bromas malentendidas,” por supuesto, desde la posición de poder que ostentaba en el Banco Mundial.

Sería entendible que la respetable audiencia pudiese pensar que este es un asunto viejo, que es agua bajo el puente, que las personas cambian, evolucionan y aprenden de sus errores. Pero este no es el caso de Rodrigo Chaves. En junio del 2023, hace tan solo unos cuantos meses, la Asamblea Legislativa de Costa Rica emitió una moción para pedir al presidente no fomentar la violencia de género. Esa moción, aprobada por 41 de los 57 diputados y diputadas de la República, le pedía al presidente que dejara de usar lenguaje violento durante sus intervenciones públicas y sus declaraciones a la prensa.

Otro ejemplo de la violencia de género perpetrada por el presidente fue el caso de la expresidenta del PANI, doña Gloriana López. Este caso está muy relacionado con el elemento anterior de dominación masculina, ya que en el momento en que doña Gloriana discrepa del presidente en una conferencia de prensa, este la invisibiliza, la infantiliza y la neutraliza al decirle: “No vamos a pelear en público. Después hablamos”. Este tipo de interacciones, muy comunes para el presidente Chaves, son una falta de respeto a la investidura de una Presidencia Ejecutiva, pero también son un irrespeto hacia la profesional y la persona que es doña Gloriana López.

Como se mencionó anteriormente, el gamonal no recibe un “no” como respuesta, porque desde su feudo y desde su posición de poder, no hay nadie que pueda cuestionar o contrarrestar su voluntad. Pero, probablemente, la manifestación más perversa de esa violencia de género es el ataque frontal a los derechos reproductivos de las costarricenses. Según noticia de Semanario, en marzo del 2022, el Poder Ejecutivo pactó una alianza con los partidos neopentecostales con curules en la Asamblea Legislativa para no impulsar la ideología de género, que, dentro de su visión de mundo, es cualquier expresión de sexualidad y orientación sexual diversa. Dentro de ese pacto también se acordó revisar la norma técnica para el aborto terapéutico, tan tardíamente aprobada en el 2019, bajo la administración de Carlos Alvarado, vulnerando así el derecho de las personas gestantes para terminar su embarazo cuando su salud esté en riesgo. El gamonal lidera total y absolutamente, no solo la tierra, sino a los habitantes de esta y no está acostumbrado a negociar sus decisiones con absolutamente nadie.

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El último elemento del patriarcado presente en el Poder Ejecutivo es el desprecio por la promoción de la educación. La educación y la concientización son pilares en la lucha feminista, precisamente porque han sido el antídoto más efectivo contra el patriarcado. Desde nuestras casas, aulas, calles de la comunidad y lugares comunes, hemos concientizado a compañeras y a compañeros sobre las desigualdades que las mujeres, aún el día de hoy, enfrentan en diversos sectores de la sociedad. Esa educación, que por siglos ha sido un pilar de la idiosincrasia costarricense, está en este momento bajo ataque directo del Poder Ejecutivo. Esa estrategia ofensiva empezó, como ya se mencionó, ejerciendo su dominación masculina y poniendo al mando del Ministerio de Educación Pública (MEP) a personas que siguen la línea de pensamiento de Casa Presidencial sin ningún cuestionamiento.

Se ha colocado a la cabeza del ministerio, hay que decirlo, a una persona que no cree en la educación pública, no entiende cuál es su función y no toma en cuenta la diversidad y las

necesidades particulares de las poblaciones en cada uno de los rincones de Costa Rica. Se han hecho recortes de presupuesto importantes al MEP y la ministra de Educación, doña Anna Katharina Müller, los ha defendido y justificado cual si fuera la torre en un tablero de ajedrez, donde el Poder Ejecutivo es el rey. Se ha ido socavando, todavía más, la endeble situación de la educación pública costarricense.

Después de dos años del mal llamado “apagón educativo”, la ministra no solamente no tiene intención de mejorar la educación pública de este país, sino que ha tomado acciones concretas para desmantelarla. Ejemplos hay muchos, pero recordemos los más sonados. Se rompió el convenio con la Fundación Omar Dengo, que tenía más de 30 años y que había provisto de equipo tecnológico a cientos de escuelas en el país. Aún no se les ha dado a los centros educativos una alternativa sobre quien suplirá esas necesidades. Lo que ella ha llamado la “ruta de la educación” no ha sido más que una cortina de humo para distraer a la prensa y a la opinión pública de que nadie en el equipo de trabajo del MEP parece haber hecho un análisis o un proceso de revisión con el fin de proponer soluciones concretas, viables y prontas para la terrible situación de la educación pública en nuestro país.

La ministra Müller no solamente se ha apegado férreamente a la línea del Poder Ejecutivo, sino que ella misma ha cuestionado, por ejemplo, el 8 % que, por mandato constitucional, se invierte en educación. También existe un desprecio elocuente y campante hacia la academia. El Ministerio de Educación ha ignorado programas y convenios previos que involucraban a las universidades públicas de este país, como ejemplo de ello la realización de las pruebas de dominio lingüístico, que por varios años estuvieron a cargo de la Universidad de Costa Rica y, en este momento, aún no se sabe quién se va a hacer cargo de ellas este año.

Después de haber analizado la figura del gamonal y su relación con el Poder Ejecutivo y de tratar de explicar esa relación por medio de los tres elementos mencionados característicos del patriarcado: la dominación masculina, la violencia de género y el desdén por la educación, nos queda la gran pregunta: ¿qué hacer con esta realidad?, en especial, desde la academia. La palabra disidencia es parte del título de esta ponencia, justamente porque es imperativo explorar qué significa desde la educación superior. Hay una palabra que lo explica muy bien: reflexión. Precisamente, estas Jornadas de Reflexión abren esos espacios necesarios no solo para poder entender la realidad nacional, sino para poder plantear soluciones factibles y eficientes a los problemas que se identifican.

Yo creo que hay, básicamente, dos maneras de practicar disidencia: la primera, sería verticalmente, desde la administración. La universidad debe crear espacios para que estudiantes, docentes y administrativos y administrativas puedan analizar la realidad nacional sin tener que sacrificar sus contenidos docentes o sus labores diarias. Estas Jornadas de Reflexión son un ejemplo de esos espacios creados desde la administración para conversar sobre la realidad nacional. Pero, entonces, salta la pregunta: ¿por qué este auditorio no está lleno? Tendríamos que preguntarnos también: ¿qué día es hoy? Hoy es un jueves y son las diez de la mañana. Entonces, respetuosamente, debemos hacer una autocrítica y un análisis de a qué población queremos que llegue nuestro mensaje. Necesitamos pensar en nuestra audiencia meta: esas personas que tal vez no distinguen esos elementos del patriarcado y para quienes no hay nada de malo con que haya un gamonal sentado en la silla presidencial.

A partir de ahí, se deben tomar decisiones. Una acción concreta seria proveer esos espacios de reflexión en horarios más accesibles para el resto de la población ajena a la universidad. Puede ser que esto nos permita captar a amas de casa, personas saliendo de sus trabajos

conductores de transporte público, etcétera. Otra acción concreta, y creo que el Decanato de Letras ha tomado pasos correctos en esa dirección, es la diversificación de canales de comunicación. Por ejemplo, hoy estas Jornadas de Reflexión están siendo transmitidas por medio de Facebook Live. Eso hace que podamos llevar el mensaje mucho más allá del alcance físico de alguien que pueda venir a este auditorio. Y, por último, otra acción concreta es incluir esos procesos de reflexión política y de análisis de realidad nacional como un eje transversal desde la docencia. Es importante que, al menos en nuestra área del idioma, los estudiantes puedan identificar oraciones relativas dependientes de las independientes, que entiendan de shuas y digraphs, pero también es esencial que parte del perfil de salida de nuestros estudiantes sea conocer la realidad nacional y ser críticos de ella.

Por otro lado, la disidencia también puede hacerse horizontalmente en nuestro ambiente personal, en nuestras redes sociales o en nuestras mesas con amigos. La disidencia también puede ser un eje transversal dentro de las conversaciones que tenemos con las diferentes personas con quienes interactuamos a lo largo del día. Nuestras conversaciones cotidianas, bien lo decía el tercer elemento analizado del patriarcado, pueden concientizar de que hay algo que está sucediendo en el Gobierno de Costa Rica que no está bien.

Muy respetuosamente, ¡los y las insto a hacer disidencia! No hay esfuerzos pequeños. Definitivamente, no se necesita un auditorio para hacer disidencia.