Las autoridades políticas y económicas del país suelen gastar muchas horas hablando sobre macroeconomía y reactivación económica, pero muy poco se habla de la “economía del bienestar”. Este concepto va mucho más allá de los índices fríos y de si hay más o menos dinero en las cuentas bancarias de la gente: se trata de una simbiosis de factores que es necesaria para que la colectividad pueda gozar de una calidad de vida, basada en principios como participación ciudadana, servicio social, cuido de la naturaleza, dignidad humana y equidad.
En este especial, usted encontrará nueve temas desarrollados por separado, pero cada uno guarda una estrecha relación con el todo, son las áreas claves del bienestar. De la misma manera, las soluciones que se proponen desde la Universidad de Costa Rica y otras instancias estatales o esfuerzos privados abarcan distintos enfoques para erosionar la pobreza que afecta a todo el territorio nacional.
En primer lugar, no se puede analizar la pobreza y los métodos de subsistencia y desarrollo si no se toma en cuenta antes el estado general del país en esta materia, el cual fue abordado desde una perspectiva de desarrollo cantonal y regional para esta publicación. Luego, aparecen temas más específicos, como la necesidad de crear políticas públicas que refuercen los emprendimientos, sobre todo aquellos provenientes de micro, pequeñas y medianas empresas surgidas de entre la población con mayor necesidad del país.
Por otra parte, la economía del bienestar solo es posible si existen condiciones de vida saludable para que las personas puedan tener la certeza de que podrán atender contingencias y vivir sanas y seguras. Por eso, la salud aparece como una pieza clave en el engranaje que es necesario reforzar y garantizar, sobre todo para aquellos sectores de la población para los que el acceso a servicios sanitarios privados es privativo.
Las mujeres y el valor de su trabajo y aporte social es vital. Pese a esa certeza, la vulnerabilidad y discriminación que ellas sufren en el país es un factor que se debe atender. Las dificultades de las mujeres, jefas de hogar o no, como el peso que recae sobre ellas en el desarrollo de labores de cuido al tiempo que se insertan en el mercado del trabajo remuneradamente, las convierte en presa fácil de la pobreza. No obstante, su resiliencia les permite ser ejemplo en modelos por emular en el desarrollo de negocios. A ellas, toda la capacitación y el acompañamiento. Sin duda, las mujeres son un pilar de la economía del bienestar.
Otras formas de organización productiva, como el cooperativismo y el solidarismo, también han sido claves a lo largo de la historia reciente del país para generar desarrollo y distribución de la riqueza. Sin embargo, estos dos modelos pasan en estos tiempos por situaciones críticas y es por eso que fueron tomados en cuenta para este especial: al país le urge retomar modelos que fomenten el logro del bienestar colectivo, para tener más opciones de fortalecer y dinamizar la economía.
La realidad violenta e histórica por la que pasa Costa Rica en este 2023 es una amenaza seria al bienestar. Las personas costarricenses perciben de cerca la inseguridad. Según, el Organismo de Investigación Judicial, 755 asesinatos se han perpetrado desde el 1.° de enero al 1.° de noviembre, lo cual convierte al 2023 desde hace semanas en el año con más crímenes contra
la vida humana. Esto, además de ser un signo del auge del narcotráfico como negocio violento que genera dinero fácil y que termina por tentar a muchos individuos, también afecta la seguridad ciudadana y daña seriamente la economía, sobre todo de lugares en riesgo social o donde se han perpetrado hechos delictivos. No hay bienestar sin esfuerzos colectivos que nos permitan vivir en paz social.
La solución siempre pasa por el reforzamiento de la educación. Pero, este no es solo un antídoto contra la delincuencia a mediano y largo plazo. Va más allá: la instrucción genera movilidad social, el verdadero vehículo para sacar a la población de la pobreza y proveerle un trabajo digno y bien pagado, que a su vez dignifique a la persona.
Ahora bien, la sostenibilidad económica es imposible si tampoco se asegura un desarrollo ambientalmente sostenible, clave de la economía del bienestar. Este evita la depredación de la naturaleza a costa de la generación de recursos materiales. Para justificar esto hay miles de razones de peso, pero en términos económicos, hay una muy simple: un entorno contaminado desincentiva la inversión. Y esto, en un país donde el turismo ecológico es uno de sus principales dinamizadores económicos, resulta fundamental. ¿Está Costa Rica cuidando su “fama verde” y utilizándola de forma consciente? Aquí encontrará la respuesta.
Finalmente, no podíamos terminar este especial sin hablar de otro tema clave: la alfabetización digital. No se trata solo de crear políticas para asegurarse de que la población tenga acceso a un equipo y conexión a internet que le permitan acceder a las nuevas tecnologías, es sobre todo saber cómo se utilizan estas para generar o fortalecer negocios, pretender mejores trabajos y condiciones de vida óptimas.
Nueve temas. Nueve retos. Nueve reflexiones. Ahora le corresponde a usted informarse y promover cambios desde su comunidad para que su hogar, vecindario y país tengan una verdadera economía del bienestar.
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