Diplomacia científica: una oportunidad para tender puentes entre las comunidades de la política y la ciencia
El seminario organizado por el Conare y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica permitió capacitar a más de 70 personas. Foto: Laura Rodríguez.

Generar una mayor sinergia y tender puentes más robustos entre los diferentes entes, personas investigadoras, gestoras o facilitadoras de internacionalización y funcionarias diplomáticas, que trabajan en nuestro país por el fortalecimiento de la diplomacia científica, fue el firme objetivo de un seminario de particular interés para la Comisión de Directores de Internacionalización y Cooperación Externa (Comdice), de Conare, y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC). Tal actividad tuvo lugar en la Universidad de Costa Rica.

Durante los dos días del Seminario de Diplomacia Científica varios  especialistas de diferentes instituciones colaboraron para precisar el concepto, alcances, y desafíos  de diplomacia científica. Se alcanzó  un importante consenso en cuanto  al necesario entendimiento común del quehacer y la práctica en torno a esta diplomacia y sus herramientas para un  horizonte de trabajo conjunto entre personas científicas, asesoras y diplomáticas.

La Ing. Cecilia Barrantes Ramírez, Coordinadora de Comdice,  destacó que este seminario conformaba una oportunidad  para conversar sobre lo que sabemos o lo que no sabemos sobre diplomacia científica desde nuestros espacios en las universidades y los espacios de la diplomacia. “Este seminario  es un acercamiento para aprovechar los conocimientos, capacidades y recursos que tenemos a disposición para un mejor desarrollo de la diplomacia científica,  como una herramienta para dar continuidad a las investigaciones más allá de las crisis políticas o económicas que nos afectan y como una intersección entre las relaciones internacionales, la ciencia y la tecnología; crear un lenguaje común; construir relaciones de confianza y crear mecanismos efectivos para tender puentes entre las comunidades de la política y la ciencia” enfatizó la coordinadora.

Aunque la práctica de la DC no es nueva, su concepto había sido poco utilizado en el discurso de la Cancillería costarricense y  de las universidades, según hallazgos que a finales del 2018  hizo la Embajadora Claramunt Garro, directora adjunta en la Academia Diplomática Manuel María de Peralta del MREC.

A través de las diferentes conferencias y conversatorios desarrollados durante este seminario pudo evidenciarse que la relación entre la ciencia y la diplomacia se vuelve crucial para enfrentar los desafíos globales, cuyos avances deben medirse a través de indicadores, aunque la tarea no es fácil, debido a que existe una gran cantidad de intereses.

Sobre esta evidencia, el docente universitario del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y presidente de la organización DiploCientífica, Pedro Figueroa Villa,  detalló que los desafíos globales hoy día comparten tres características: son transfronterizos; requieren soluciones multilaterales; y para ser atendidos es indispensable contar con evidencia.  Es así, sostuvo Figueroa,  como la DC sirve, precisamente, de herramienta diplomática para construir puentes entre la comunidad científica y la diplomática para atender los desafíos.

Por un mejor entendimiento global

El  coordinador de cooperación internacional de la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa de la UCR,OAICE, Alejandro Morales Gutiérrez, señaló que “la iniciativa conjunta  en este seminario se dirigió a sensibilizar a los diferentes actores de la academia y del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto sobre la necesidad de propiciar la creación de espacios para el fortalecimiento del asesoramiento científico en las decisiones de política exterior costarricense. Por ello presentamos el estado de la política exterior costarricense y de las políticas públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación, junto con experiencias exitosas de cómo la ciencia de nuestras universidades trasciende en estos ámbitos.”

El seminario  permitió posicionar la experiencia generada desde las universidades, mediante la exposición del caso del Proyecto Irazú, por medio del cual se puso en órbita el primer satélite en la historia de Costa Rica y Centroamérica; la participación científica en el ámbito nuclear desde diferentes espacios multilaterales y redes científicas; y las oportunidades para el liderazgo de Costa Rica en el tema de la diplomacia azul (océanos y mares).

Hoy, es posible observar iniciativas de carácter colaborativo que atienden agendas integrales como otras de carácter más específico, como lo son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de Cambio Climático y el Proyecto Irazú, antes mencionado, entre otros. De tal forma, la articulación entre la ciencia y los tomadores de decisión se hace cada vez más evidente. Una articulación que debe potenciar la atención  de las transformaciones sociales requeridas y las problemáticas nacionales, regionales y mundiales.

La experiencia previa a este seminario de noviembre la encontramos en el ejercicio académico impulsado por la Universidad de Costa Rica, junto con la Unesco, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y en colaboración con la delegación de la Unión Europea en Costa Rica, SciDipGLOBAL, el Sistema de Integración Centroamericana (Sica) y la Red Internacional de Asesoramiento Científico Gubernamental (INGSA Latam), que tuvo lugar del 26 al 29 de abril de 2022 en la UCR.

Este evento fue transmitido durante los dos días por el canal Audiovisuales UNED. Sus intercambios se pueden retomar en los siguientes enlaces:  sesión del 3 de noviembre, viernes 4 de noviembre.

Enfoques de la diplomacia científica

Enfoque tradicional: gira en torno a tres grandes líneas: cómo proveer información científica a la política exterior; cómo facilitar la cooperación científica internacional; y cómo mejorar las relaciones internacionales, mediante la cooperación científica internacional.

La ciencia en la diplomacia: manera en que la ciencia entrega información para decisiones de política exterior, es decir, cualquier decisión de estado debería tomar en consideración información científica. Un ejemplo es el Comité Científico de la COP25 (Cumbre Anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) que sentó las bases de que la evidencia científica fuera considerada primordial para la toma de decisiones dirigidas a mitigar el cambio climático, incorporando actores del sector público y privado.

La diplomacia para la ciencia: labor que realizan los cuerpos diplomáticos para que se obtengan fondos para cooperación científica, es decir, todas aquellas negociaciones que se materializan en infraestructura como los telescopios, rompehielos, bucles, laboratorios internacionales, entre otros.

La ciencia para la diplomacia: identifica a los científicos como embajadores diplomáticos, por ejemplo, colaboraciones en artículos científicos y como esto contribuye a mejorar la imagen país, siendo los científicos un punto de entrada en el extranjero.

Fuente: documento del "Seminario de diplomacia científica. Sistematización por Emanuel Hernández Alvarado, Conare, 3 y 4 noviembre del 2022".