Del 6 al 12 de agosto de 2023, se llevó a cabo en nuestro país la tercera edición de la Olimpiada Panamericana Femenil de Matemáticas (Pagmo, por sus siglas en inglés), en las instalaciones de la Universidad Técnica Nacional (UTN), en Alajuela.
Esta es la primera vez que dicha competencia se realizó de forma presencial, pues las ediciones de los años 2021 y 2022 se efectuaron de forma virtual.
Este año participaron 50 estudiantes en representación de 14 países de Latinoamérica y el Caribe, cuatro por delegación, menores de 18 años. Las jóvenes estuvieron acompañadas por una jefa de delegación y una tutora.
Los países participantes fueron: Brasil, Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, México, República Dominicana, Cuba, El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua.
Este año se otorgaron 26 medallas: cuatro de oro, nueve de plata y 14 de bronce. Además, se concedieron menciones honoríficas a aquellas estudiantes que lograron resolver uno de los problemas con nota perfecta.
De las medallas de oro, Perú obtuvo tres y Brasil una. Entre las representantes de Centro América, El Salvador obtuvo una de plata y Costa Rica una de bronce.
El equipo nacional estuvo conformado por las estudiantes Verónica María Campos Soto, Deilany Fuentes Barquero, Alexa Sofía Romero Méndez y Beatriz Sancho Chaves. Las exmedallistas Nicole Lipschitz Kesselman y Kristel Acuña García fueron la jefa de delegación y tutora, respectivamente.
La organización de la Pagmo en Costa Rica estuvo a cargo de la comisión de Olimpiadas Costarricenses de Matemáticas (Olcoma), conformada por las cinco universidades públicas, el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
Las universidades públicas aportan recursos y también se obtiene el apoyo financiero del MEP.
Alto nivel académico
Marvin Abarca Fuentes, profesor de la Escuela de Matemática del Tecnológico de Costa Rica (TEC) y miembro de Olcoma, dijo que los preparativos de dicha olimpiada se iniciaron desde meses atrás, incluso se reunían hasta dos veces por semana para coordinar todos los aspectos logísticos y académicos.
Tanto Abarca como el profesor de la Escuela de Matemática de la UCR, Daniel Campos Salas, coincidieron en que el nivel académico de la Pagmo es bastante alto.
“Hay países que tienen mucha tradición olímpica y que poseen grandes centros de formación en esta disciplina. Perú, por ejemplo, tiene un vínculo muy estrecho con Brasil, en donde existe un instituto de matemática muy fuerte y es un país que ha invertido enormemente en la formación matemática”, aclaró Campos.
La competición consistió en dos pruebas con tres problemas cada una. Cada examen se debía resolver en cuatro horas y media y cada ejercicio tenía un valor de siete puntos. Con base en el puntaje obtenido se asignaban las medallas.
Los contenidos matemáticos de las pruebas incluyeron geometría, teoría de números, combinatoria y álgebra. Con los problemas planteados se busca que haya una estrategia de solución creativa e ingeniosa, explicó Abarca.
Este tipo de actividad tiene entre sus objetivos crear oportunidades para que las mujeres desarrollen y demuestren su potencial matemático.
Además, se pretende que haya un espacio donde las participantes puedan compartir y reafirmar la confianza en sus habilidades matemáticas.
Al respecto, el profesor del TEC señaló que “lo que queremos fomentar es que las chicas se vean reflejadas en esta competencia, en la cual varias mujeres están a cargo de la elaboración y discusión de los problemas. Es abrir un camino donde ellas puedan sentirse más seguras en su crecimiento académico”.
En las otras olimpiadas hay una predominancia masculina, recordó Abarca. Por lo tanto, “propiciar estos ambientes en donde las mujeres participen da más confianza e inspira a otras chicas que vienen creciendo matemáticamente”.
En el pasado, Costa Rica participaba en la Olimpiada Europea Femenil de Matemática (Egmo).
Sin embargo, debido a los costos económicos que significaba trasladarse a Europa y a que algunos países del continente americano no tenían acceso a dicha competencia, varias exparticipantes de la Egmo plantearon y desarrollaron la idea de conformar un concurso regional femenino. Este esfuerzo se concretó en la fundación de la Pagmo.
Las participantes
La joven tica Beatriz Sancho obtuvo una medalla de bronce por segunda vez, ya que en el 2022 ganó también una medalla en la misma categoría en la Pagmo que se desarrolló de forma virtual.
Sancho, quien cursa noveno año en un colegio de San José, participa en olimpiadas desde la primaria gracias al impulso de un profesor de matemática de su colegio.
En sétimo año empezó a participar en los entrenamientos que brinda Olcoma y en noveno clasificó por primera vez a una competición internacional. La pandemia afectó un poco el ritmo de trabajo y toda la actividad fue virtual.
“Yo tenía como meta superar la medalla de bronce del año pasado, pero más que eso quise superar mi puntaje del año pasado y lo superé”, expresó. Pasó de 10 puntos obtenidos en el 2022 a alcanzar 22 este año en una escala de 42 como puntaje total.
Para el resto de compañeras de la delegación este año fue la primera vez que participaron en una olimpiada internacional, por lo cual todavía tienen varias oportunidades de involucrarse en eventos futuros de carácter internacional.
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