Con el objetivo de generar estrategias de promoción socioecológica del Paseo de los Damas y de los Parques Nacional, España y Morazán, el Tecnológico está evaluando el diseño del paisaje urbano de este sector de la capital desde la diversidad social, cultural y ambiental. El propósito es generar recomendaciones que concuerden con la democratización del espacio y con las políticas del Plan Nacional de Descarbonización.
Para ello, el equipo investigador empezó por estudiar la evolución sociohistórica y arquitectónica de los parques mediante un análisis de los procesos de patrimonialización y concepción ideológica de estos espacios, así como de los cambios que han experimentado en su vegetación y obras artísticas.
Laura Chaverri Flores, docente e investigadora de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del TEC, explica que el espacio público es trascendental para la vida saludable de los habitantes de una ciudad. En este caso, el Conjunto del Paseo de los Damas representa un espacio emblemático que aporta diferentes palimpsestos o capas de la historia josefina y nacional siendo el punto de partida del Ferrocarril al Caribe.
“Sin embargo, el espacio público no es neutral y en algunos casos se gesta desde posiciones y condiciones de poder asimétricas y desiguales, ideologías políticas y de exclusión. Pero también, desde allí, se gestan distintos modos de resistencia de sujetos y movimientos sociales. Es así como esta investigación intenta comprender los conceptos de diseño, desde ideologías de las diferentes épocas y su evolución en cuando a la inclusión social, cultural y la diversidad ecológica”, detalló Chaverri.
Para Luis Guillermo Acosta Vargas, docente e investigador de la Escuela de Ingeniería Forestal del TEC, estos parques ofrecen un espacio para la socialización, la cultura y el contacto con la naturaleza dentro de una ciudad donde el espacio verde es reducido.
Para la experta es urgente realizar un cambio paradigmático en el diseño del paisaje urbano, sobre todo por las amenazas que se ciernen sobre este tipo de espacios, entre las que destaca la destrucción del legado histórico y ecosistémico, el desplazamiento de las especies de árboles y el “carrocentrismo”. Por este motivo, el equipo de investigación se está planteando el reto de proponer recomendaciones para enfrentar este tipo de amenazas desde perspectivas orientadas a la humanización del espacio, de la mano con enfoques alternativos de tipo biocéntrico.
Chaverri explica que los cambios en los parques han respondido a la visión particular de la administración de turno sin contemplar el legado histórico. Como ejemplo menciona el Jardín Japonés, que fue reemplazado por el Jardín de Paz, sin dejar algún antecedente de la capa anterior. Además, se cuenta con pocos datos documentales de los diseños preliminares y de los diseños actuales y no existen planos de paisaje con la composición florística de cada uno de los parques. Ante este vacío, el equipo investigador los está generando.
“Algunos cambios han sido positivos desde la diversidad ambiental, como el caso del rediseño del Parque España, por Herbert Nanne, encargado de parques de la Municipalidad de San José entre los años 1949 y 1979. Él aportó una visión tropical al espacio y un diseño mucho más orgánico que el resto de los parques”, destacó Chaverri.
En este último caso, el carácter sinuoso y tropical del parque refleja la influencia de Roberto Burle Marx, uno de los arquitectos paisajistas más destacados de América y del mundo quien, a mediados del siglo XX, contribuyó con un cambio de paradigma en el diseño de los jardines y en la puesta en valor de la vegetación tropical.
Lugares emblemáticos de la identidad nacional
Para Chaverri, el Paseo de los Damas y los Parques Nacional, España y Morazán, así como el Jardín de Paz, ubicado frente a la Escuela Buenaventura Corrales, han jugado un papel fundamental en la conformación de la identidad josefina y nacional. Como ejemplo apunta la inauguración del Monumento Nacional en 1895, construido con el fin de reforzar el sentido de pertenencia a la nación costarricense a partir de la Campaña Nacional contra los filibusteros de 1856 y 1857. Además, muchos edificios y espacios que han compuesto el entorno, a lo largo de los años, han recibido el adjetivo de “nacional”, como la Biblioteca Nacional, la Fábrica Nacional de Licores y el Parque Nacional.
“No obstante, muchos de los símbolos encontrados remiten a modelos importados europeos, lo que ha reforzado la concepción de la identidad nacional hegemónica y homogeneizante, como vallecentralista blanca que excluye un sinnúmero de diversidades sociales y culturales que habitan nuestro territorio”, advirtió la investigadora.
Entre los ejemplos de esta manifestación destaca el Templo de la Música, que obedece a un estilo neoclásico. También la misma conformación espacial del Jardín de Paz y de los Parques Nacional y Morazán presentan ejes de simetría muy marcados que se traducen en una domesticación y colonialidad de la naturaleza.
“Fotografías de la época muestran el Paseo de las Damas ocupado principalmente por hombres. En este contexto, la información hasta ahora procesada evidencia que la ciudad y sus habitantes debían ser “civilizados”, “pacificados” y modelados según los cánones de la arquitectura cartesiana y eurocéntrica, así como los intereses de las oligarquías y las élites criollas y sus esquemas de percepción y representación patriarcal. El espacio público, entonces, solía ser diseñado por y para hombres, blancos, de la clase alta y la política de la identidad nacional homogeneizante”, subrayó Mojica.
Desde el punto de vista ambiental, el equipo a cargo del estudio señala que la mayoría de las especies son introducidas y, poco a poco, se han ido incorporando mayor número de especies nativas, como los árboles de Dama, que le dan nombre al Paseo. “Se han incluido nuevos símbolos de identidad como el Jardín de Paz, que hace soñar con una Costa Rica de paz y sin ejército y que genera un sentido de apropiación desde otra dimensión y puede dejar en la oscuridad las contradicciones y desigualdades en el país”, apuntó Chaverri.
Por su parte, Acosta señala que, como parte del estudio, se está realizando el inventario de la vegetación de los parques con el fin de determinar la diversidad de especies, la mezcla de especies nativas e introducidas y cuantificar la biomasa. Además, se está haciendo la valoración de los servicios ecosistémicos prestados por estos espacios.
Usos actuales y desafíos
Hasta el momento, la investigación ha comprobado que estos parques y el Paseo de los Damas los aprovechan personas que realizan actividades necesarias. Es decir, gente que frecuenta ese sector de la capital por razones laborales o de otra índole utiliza esos espacios para descansar. Además, se desarrollan actividades de esparcimiento, ocio, recreación y distintas modalidades de turismo, desde el educativo y patrimonial hasta el de carácter sexual.
“Por otro lado, se han generado una serie de dinámicas muy interesantes, como el festival Transitarte, que ha convocado a una gran diversidad de usuarios. Estos son sujetos individuales y colectivos que reclaman y luchan por el rediseño y apropiación del espacio público y eso nos lleva a pensar seriamente sobre las luchas de los agentes sociales por el ejercicio del derecho a la ciudad, en la expresión del geógrafo británico David Harvey”, señaló Chaverri.
Junto a las actividades de carácter cultural que se desarrollan principalmente en la época seca, estos espacios están recibiendo, a diario, grupos turísticos que reflexionan sobre la historia, la arquitectura y el patrimonio. Asimismo, se han abierto a prácticas culturales asociadas con estilos de vida saludable en la ciudad, que han potenciado la visitación de diferentes grupos sociales y artísticos.
“Todo ello nos hace repensar crítica y creativamente la topofilia, es decir, el uso y apropiación del espacio. Es importante pensar en la reactivación nocturna constante y darle nuevos usos al lugar para atraer a más personas. Pero, esto también plantea nuevos desafíos y demandas al gobierno local y nacional, a la universidad pública, a instituciones estatales y a la empresa privada, entre otros, en términos de seguridad, del ejercicio de derechos de diversas poblaciones, del uso y conservación del patrimonio histórico-arquitectónico y de los servicios ambientales generados desde estos ecosistemas”, señaló Chaverri.
Entre los retos que menciona la investigadora está la adaptación de los parques a la Ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad y el uso de medios de transporte alternativos frente a los modelos tradicionales que generan dióxido de carbono y que terminan contaminando el ambiente y dañando las edificaciones. En este sentido, hay que recordar que el Paseo de los Damas es una vía exclusiva para gran cantidad de autobuses.
“La gran cantidad de automotores en el Paseo de las Damas acentúan no solo el reinado de los automotores y su preponderancia por encima de la humanización del espacio; sino que ello evidencia la interconectividad y diversidad social y cultural de quienes habitan la ciudad con otras geografías y calendarios”, remarcó Mojica.
“En la actualidad, hemos visto personas diversas que se apropian de este espacio público en condición de calle, dedicadas a la economía informal, a la prostitución, con dificultades para ejercer su derecho a la ciudad; otros menos visibles se dedican a la delincuencia en ese espacio; asimismo, distintos movimientos sociales, artísticos y culturales que plantean abiertamente el problema del diseño, uso, valoración del paisaje, del espacio público, y reclaman por la apropiación del conjunto del Paseo de las Damas en la ciudad de San José y sus vínculos con una sociedad cada vez más transnacionalizada”. Francisco Javier Mojica Mendieta, docente e investigador de la Escuela de Ciencias Sociales del TEC.En cuanto a la diversidad ambiental, el equipo investigador visualiza la posibilidad de generar servicios ecosistémicos y diversificar las especies de flora y fauna nativa, generando corredores e infraestructura verde que se conecte con otros espacios de alta diversidad biológica como el Jardín Botánico Simón Bolívar o la subcuenca del río Torres.
Para Acosta, estos espacios pueden potenciar su aprovechamiento fomentando actividades culturales, brindando seguridad, resaltando elementos históricos e incluyendo más especies nativas endémicas y raras que sirvan, a su vez, como atractivos.
“Al hablar de intervenciones quiero mencionar que la Municipalidad de San José hace un muy buen manejo y mantenimiento de la vegetación en los parques. Por otro lado, se requiere de una valoración y un plan de intervención hacia el tratamiento o sustitución de árboles dañados o enfermos y un plan de podas y manejo de plantas parásitas que están afectando algunos árboles. Además, en la senda de la avenida 3 es importante el tema del espacio y volumen de suelo disponible para los árboles”, señaló Acosta.
Trabajo interdisciplinario
Chaverri explica que esta investigación se vincula con los ejes de conocimiento estratégico de cultura y hábitat del Tecnológico de Costa Rica y se integra a otros procesos de investigación académica con enfoques interdisciplinarios para reducir el calentamiento global, donde las propuestas de diversidad ambiental en el diseño del espacio público y la gestión del turismo sostenible frente al cambio climático resultan altamente vinculantes.
Para el caso concreto del Paseo de los Damas y de los Parques Nacional, España y Morazán, el equipo investigador está conformado por profesionales y estudiantes de las Escuelas de Arquitectura y Urbanismo, Ciencias Sociales e Ingeniería Forestal del TEC, así como del Departamento de Historia Natural del Museo Nacional de Costa Rica, de la Municipalidad de San José y de la Universidad Central de Venezuela.
“La cercanía del sitio de estudio con el Campus del TEC en San José, donde se ubica la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, magnifica la importancia de esta investigación para la Universidad y su vinculación con la sociedad, en donde la comunidad universitaria no solo es usuaria directa de dicho espacio público, sino que está llamada a brindar aportes a la solución de los problemas nacionales”, resaltó Chaverri.
De esta forma, la investigación se concibe como un laboratorio para estudiantes de diferentes disciplinas y de al menos cinco cursos de tres carreras que brinda el Tecnológico de Costa Rica.
“Esta investigación planteará recomendaciones que coadyuven al diseño, valoración y apropiación democrática, inclusiva y orientada al derecho a la ciudad, como ha planteado David Harvey, considerando, por ejemplo: el artículo 50 de nuestra Constitución Política sobre un ambiente sano y ecológicamente equilibrado y sus servicios ecosistémicos; el patrimonio cultural y arquitectónico; el cumplimiento de la Ley 7600 sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad y las luchas de movimientos sociales frente a distintas formas de opresión en la estructura social, desde la diversidad social, cultural, ambiental y turística”. Francisco Javier Mojica Mendieta, docente e investigador de la Escuela de Ciencias Sociales del TEC.
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