Como parte del esfuerzo por fomentar en los estudiantes la conciencia ambiental y una visión práctica sobre el uso eficiente de los recursos, estudiantes de la UNI, participaron del Taller “Elaboración de Dispensadores de Comida con materiales reciclados”.
La iniciativa, impulsada por la Movimiento Estudiantil UNEN del Área de Conocimiento de Tecnologías de la Información y Comunicación (DACTIC), no solo ayuda a reducir el impacto ambiental, por la existencia de residuos plásticos, sino también educar sobre el respeto a la fauna que habita en el Recinto Universitario Simón Bolívar (RUSB), y las buenas prácticas de salubridad para su convivencia con toda la comunidad académica.
Durante la actividad, los estudiantes elaboraron dispensadores de comida para perros y gatos, elaborados completamente de materiales plásticos reciclados, dispensadores que serán ubicados en diversos puntos del recinto, para que las mascotas obtengan alimento sin afectar las actividades académicas y administrativas de la comunidad universitaria.
La iniciativa tuvo impacto significativo entre los participantes quienes destacaron la importancia de aprender a reutilizar materiales y darles un nuevo propósito a los residuos plásticos. Además, la experiencia les permitió reflexionar sobre el valor de la vida animal y la necesidad de integrar el respeto por otras formas de vida en su día a día.
Gabriela Morales, Presidenta del Movimiento Estudiantil de Ingeniería de Sistemas comentó: “la motivación que tuvimos para hacer esta actividad, fue el cuido y el amor a la madre tierra, una iniciativa que va de la mano con el programa de universidades verdes, en esa lógica, quisimos desarrollar este taller pensando en los animalitos que actualmente habitan en el RUSB, a su vez; consideramos que ésta actividad toca corazones y cambia conciencias en la comunidad estudiantil, en haras de promover acciones por un mundo más sostenibles y sustentable”.
Asimismo, el joven Joseph Gaitán, estudiante de Ingeniería de Sistema expresó: “el motivo por el cual yo participé de la actividad, trasciende desde el amor a la madre tierra, el interés por el reciclaje y sobre todo a las mascotas que si bien no tienen un hogar, se albergan en nuestro recinto y cohabitan con todos nosotros, creo que es un pequeño aporte hacia un cambio de pensamiento que aporta a una visión de respeto por la flora y fauna de nuestro país.”
Con iniciativas como esta, la universidad refuerza su compromiso de formar estudiantes con una conciencia ambiental sólida y una responsabilidad activa en la protección del medio ambiente.
Al mismo tiempo, actividades como la elaboración de estos dispensadores de comida demuestran que pequeñas acciones pueden tener un gran impacto, promoviendo prácticas sostenibles y el respeto hacia todas las formas de vida.
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