Como parte de los acuerdos del convenio marco de cooperación entre la Universidad Nacional (UNA) y la Fundación para el desarrollo del bambú en Costa Rica (Fundebambu) firmado en 2017, dentro de poco la región sur contará con un banco de germoplasma de bambú, que se instalará en la Finca Sinaí, en el cantón de Pérez Zeledón, donde se desarrollará el cultivo de diversas variedades de bambú, que sirvan de semilla para los productores de la zona.
Geovanni Abarca, vicedecano de la Sede Regional Brunca de la UNA, expresó que como parte del Plan de Desarrollo de la Fincas patrimonio de la Sede se ha desarrollado una serie de actividades en coordinación con el Instituto de Investigaciones y servicios Forestales (Inisefor) y otras unidades académicas afines, para la implementación del banco de germoplasma de bambú.
Luis Fallas, presidente ejecutivo de Fundebambu, indicó que un banco de germoplasma de bambú se basa en la creación de una colección o jardín de bambúes, que en este caso estaría a cargo del Campus Pérez Zeledón de la UNA, con 110 especies existentes de bambú aptas para desarrollo productivo, entre las que se encuentran especies para la de construcción y comestible.
Fallas indicó que la atención del banco requerirá de dos personas que se encarguen del mantenimiento y atención de los cultivos, así como del acompañamiento de los investigadores de la UNA. “A la vez, con la carrera de Ingeniería en Calidad e Innovación Agroalimentaria (Iciagro) se promoverá el bambú como un cultivo importante de investigación, así como un área de trabajo prioritario para beneficio de agricultores y emprendedores de la región”, detalló Fallas.
Se entiende por germoplasma a los recursos genéticos vivos, como semillas o tejidos, que se mantienen con fines de reproducción, conservación y otros usos de investigación de animales y plantas. Estos recursos pueden tomar la forma de colecciones de semillas almacenadas en bancos de semillas, árboles que crecen en viveros, líneas de cría de animales mantenidas en programas de cría de animales o bancos de genes, entre otros.
Beneficios incalculables
El propósito de contar con dicho banco surge con el fin de conservar, observar e investigar las especies y su comportamiento. Posteriormente, con los resultados obtenidos se girarán recomendaciones a los productores o bien a impulsar otros desarrollos de valor agregado e innovación.
El presidente de Fundebambu, resaltó que los beneficios indirectos serán incalculables, porque dependerá mucho de las acciones complementarias que se desarrollen, no solo en el campo académico, sino en el fomento de la actividad, que en consecuencia dependerá del respaldo de la academia y las organizaciones de productores en el aprovechamiento de la información que se obtenga del banco de germoplasma.
“En el caso de la materia prima se podrían obtener algunos productos secundarios dado el manejo que requiere el banco de germoplasma de bambú y en ese caso podríamos utilizar algunas cañas maduras para efectos de uso y con esto crear también las condiciones apropiadas para tener las matas en forma saludable. Asimismo, incorporaríamos algunas especies comerciales propias, ya que el país cuenta con 52 especies de bambú en cinco géneros, como parte de las 1750 especies que existen en el mundo”, comentó Fallas.
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