UNA analiza estado del arte de carreras y profesiones a futuro

Con la participación de académicos, estudiantes y funcionarios de las distintas facultades y sedes, autoridades universitarias y especialistas en prospectiva latinoamericanos, se realizó el encuentro virtual “Análisis prospectivo de las carreras y profesiones del futuro UNA, organizado por la Universidad Nacional (UNA), los días 29 y 30 de abril de 2021.

En el evento –estructurado en paneles- se compartió el producto de una intensa jornada de reflexión sobre el futuro de las carreras y profesiones que imparte la UNA, realizado a lo interno de unidades académicas, facultades, centros y sedes, en el marco del proyecto institucional “Análisis Prospectivo de las Carreras y Profesiones del Futuro UNA”, anunciado a inicios de abril pasado.

“El objetivo es hacer una revisión interna sobre las carreras y profesiones que se imparten y de las nuevas opciones que deben visualizarse futuro; es decir, analizar prospectivamente las carreras actuales y visibilizar los nuevos retos de formación profesional que debe asumir la Universidad Nacional”, explicó Juan Carlos Mora Montero, académico de la Escuela de Planificación y Promoción Social (EPPS) y coordinador del proyecto institucional.

Bajo la metodología de la prospectiva estratégica y con la colaboración de reconocidos prospectivistas, la comunidad universitaria trabaja en la valoración de la situación actual -estado del arte- y de las expectativas institucionales en cuanto a decisiones que deben tomarse de cara a las demandas de la sociedad, destacó Ángel Ortega, director de EPPS.

Equilibrio entre lo humano y lo técnico

En el panel o webinario dedicado a las ciencias sociales, Francisco Mojica Sastoque, fundador de la Escuela de Prospectiva en América Latina y presidente de la Red Colombiana de Prospectiva, hizo ver que las empresas actualmente exitosas y las del mañana serán aquellas que están articuladas al mundo digital y a la robótica.

El experto reconoció que se puede considerar que la tecnología va a generar un altísimo desempleo; no obstante, también se podrían generar nuevos empleos a partir de los avances tecnológicos, como establece el Foro Económico Mundial en su publicación “La naturaleza cambiante del empleo”. De ahí, la necesidad de que la educación ingrese al mundo de las nuevas tecnologías, subrayó.

El decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Gerardo Jiménez Porras, manifestó que de los informes de las unidades académicas se desprende una alerta dirigida a la necesidad de una adaptación activa de parte de las instancias universitarias, con mayor énfasis en desarrollo de habilidades blandas de parte de las ciencias sociales, incluyendo la investigación, trabajo en equipo e interdisciplinariedad”.

Para Jiménez, las ciencias sociales tienen mucho futuro, en la medida en que se logre la adaptación activa para contar con un equilibrio de lo humano con lo técnico. La idea es –dijo- contar con herramientas tecnológicas adecuadas, fomentar desarrollo de habilidades blandas, junto a contenidos y metodologías, trabajo en equipo inter y multidisciplinario, comunicación, manejo de idiomas, fortalecimiento de competencias para la investigación y constante revisión de las necesidades que la formación de profesionales requiere.

El decano de Ciencias Sociales añadió que no debe perderse la humanización a pesar de las tendencias de individualidad y competencia en la actualidad: “en este aspecto es donde las ciencias sociales juegan un rol relevante y el Estado debe adaptarse a estos, no invisibilizar las necesidades de la nación”.

El prospectivista Mojica dijo que las ciencias humanas y sociales son fundamentales para el futuro y que no todos los empleos se van a perder, ya que muchas funciones esenciales no las puede hacer un robot, como es el caso de pensar, ser creativo; además, es importante tener en cuenta que las ciencias humanas dan respuesta a preguntas de las ciencias básicas.

¿Qué debería hacer la educación superior?

El análisis prospectivo referente a ciencias de la educación lo abrió Francisco López Segrera, especialista en educación superior internacional comparada y prospectiva, quien planteó la interrogante: ¿qué debería hacer la educación superior?

Primero –dijo- debe establecerse diálogo entre el sector empresarial y las universidades, de forma que se conozca el perfil profesional necesario de formación, dar seguimiento a los graduandos para estudiar su empleabilidad, tener intercambio cultural con estudiantes internacionales, fomentar las clases virtuales y el aula invertida, contratar docentes del más alto nivel académico y pedagógico, poseer cursos de posgrado en idioma, asistir a clases de docentes para evaluarles y rescatar sus aspectos más relevantes.

López Segrera señaló algunos escenarios para la educación en el futuro: volver a lo presencial, mantenerse en lo virtual, tener un modelo hibrido entre modalidad virtual y presencial, ejercer un modelo sincrónico de virtualidad y presencialidad a la vez, grados académicos presenciales y de post grado en línea.

En cuanto a la Inteligencia Artificial (IA) para la educación debe valorarse opciones como: SmartEducation, software educativo, actualización de información, tutores IA, monitorear el progreso del estudiante, intercambio de información diferente, la docencia pasaría de magistral a facilitadores y una enseñanza de prueba de error.

En criterio del especialista, en el proceso de formación las universidades deben tener en cuenta la implementación de aspectos como: asegurar la empleabilidad, generar profesiones hibridas con varios componentes, potenciar el doble grado, por ejemplo, promoviendo formación adicional con cursos en línea.

No obstante, -advirtió- algunas carreras que corren riesgos de desaparecer de la forma tradicional como se realiza son la contaduría y auditoría, agentes de viajes, cajeros, secretarias, recepcionistas, guardas, choferes, entre otras; se abren como carreras con mayor demanda las ciencias de la salud y relacionadas con ciencia y tecnología.

La vicedecana del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA), Erika Vásquez Salazar, expuso que en el panorama futuro las carreras en educación de ese centro deberán enfocarse en adquisición de nuevas destrezas, competencias, habilidades y capacidades profesionales, producto de las nuevas tendencias que provocarán una diversificación de espacios laborales y ofertas virtuales.

Puntualizó que deberán trascender la pedagogía, incorporando la tecnología humanizante y humanizada, que favorezca los procesos de enseñanza-aprendizaje, deberán ser curricularmente dinámicas, de tal forma que puedan leer adecuadamente el entorno, responder a los cambios y a las demandas sociales.

“Se verán en la necesidad de replantearse la modalidad de educación presencial para ir emigrando a la modalidad virtual, acompañado de un fortalecimiento de las habilidades investigativas, de autogestión y pensamiento crítico y de los enfoques inter y transdisciplinarios, asimismo, estas carreras tendrán el reto de generar nuevas alianzas con otros actores sociales para incidir de distintas formas en la solución de problemas sociales y propiciar el desarrollo de trabajos inter y transdisciplinario”, afirmó la vicedecana.

En cuanto a la empleabilidad, se refirió a que la educación es un pilar fundamental de la sociedad y que las y los docentes son vitales para el proceso de formación de las personas, de ahí, la importancia de adaptarse a los cambios modernos.

En la parte final de este panel, se recogieron algunas inquietudes de las y los participantes, sobre qué tan lejos está nuestra educación para ser como la del futuro. Al respecto, el experto Francisco López respondió: “La preocupación no debe ser si estamos en los primeros cien puestos de los rankings de universidades, sino en promover la inserción en el mercado laboral de los graduandos, es decir, asegurarse de graduar personas”.

Por su parte, el rector de la UNA Francisco González, subrayó: “Si alguna profesión de nuestra universidad debiera sentirse muy sólida es la relacionada con la pedagogía, sin duda alguna el espacio que abre la sociedad del futuro obliga a tener una mayor vinculación con las personas y desarrollar procesos donde el aprendizaje debe ser la urdimbre que teje y une ese mosaico de relaciones y de profesiones”.

"One Health"

En el webinario enfocado en el análisis prospectivo de las profesiones de las ciencias de la salud, el médico y cirujano general colombiano Oswaldo Borráez, afirmó que es particularmente relevante poner atención a las competencias de los profesionales en esta área. “La medicina requiere una formación sumamente compleja, ya que involucra conocimientos biomédicos, socio médicos, ingeniería, humanísticos, ético, economía, entre otros.

A esto se le suma nuevos avances como cirugías remotas, ingeniería genética, inteligencia artificial, en protocolos, fármacos y monitoreo; drones para transporte, entre otros”, destacó el experto, quien es inventor de la técnica quirúrgica del Abdomen Abierto con la Bolsa de Borráez o de Bogotá.

En su criterio, el personal de salud no debe perder su liderazgo, debe capacitarse en ingeniería genética, en áreas como informática, administración y economía; poseer conocimientos básicos en humanidades, principios bioéticos, humanismo y respeto a la autonomía de los pacientes.

El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud Felipe Araya Ramírez, dividió su exposición en dos grandes áreas. La primera correspondió a las profesiones relacionadas con el movimiento humano, donde se prevé que entre los principales cambios está el aumento de la población adulta mayor, lo que implica necesidades de apoyo a su movilidad y soporte para el envejecimiento saludable.

Asimismo, se prevé el incremento de algunos tipos de enfermedades no transmisibles y el sedentarismo que debe abordarse desde la formación en niños y jóvenes para que adopten estilo de vida saludables por medio de la actividad física. “Se espera que los principales aspectos que afectarán en el futuro a las profesiones en salud corresponden a los cambios sociodemográficos y automatización de procesos productivos”, destacó.

En cuanto al impacto de las tecnologías, el académico considera que es necesario transversalizarlas en la docencia, dar seguimiento al sedentarismo, la morbilidad, la prevención, el tratamiento oportuno y la rehabilitación.

El decano, agregó que en este escenario se prevén más espacios laborales para la promoción del movimiento humano para ayudar a mejorar la productividad del talento humano y la industria.

La segunda área corresponde a los profesionales de la medicina veterinaria, cuyo principal y último objetivo es el bienestar tanto de la salud humana como animal. De ahí, que comentó sobre el concepto “ONE HEALTH” (Una sola salud), que busca una interacción de la salud humana, animal y ambiental.

Para el decano, la medicina veterinaria tendrá cada vez mayor trascendencia, alcance y complejidad, de esta manera, cada día aumenta el alcance de la profesión y surgen nuevas técnicas haciendo que la especialización sea cada vez más necesaria en áreas como vida silvestre, salud pública, producción animal, nanotecnología, mesoterapia, acupuntura, ciencias ómicas, nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento, bioingenierías de tejidos, medicina regenerativa, robótica y tecnología avanzada.

Sobre los principales cambios que afectarán en el futuro, Araya mencionó que la globalización y el aparecimiento de enfermedades emergentes y reemergentes en su gran mayoría zoonóticas, lo que traerá como consecuencia una medicina veterinaria más integrada a la medicina humana: “Los veterinarios deberán prepararse más en este tipo de enfermedades, sus métodos de detección y control, y al mismo tiempo estar más capacitados para poder trabajar en equipos transdisciplinarios”, subrayó.