Los sectores que representan a la producción de carne de res, lácteos y de cerdo en el país enfrentan situaciones complejas que les hacen perder competitividad al momento de exportar, frente a otras naciones que cuentan con un camino sin tantos obstáculos para acceder al mercado local.
Entonces, a los costarricenses les resulta más difícil colocar sus productos de afuera que a foráneos venderlos aquí. Esta es una de las conclusiones del avance del proyecto Análisis de políticas públicas para la promoción de exportaciones y sus efectos en el desempeño productivo de empresas costarricenses, a cargo de Suyen Alonso y Randall Arce, investigadores del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).
La desigualdad se centra en el cumplimiento de medidas no arancelarias por parte de los nacionales a la hora de exportar y que superan en gran proporción las que deben cumplir otros países.
Estos requisitos se establecen en las negociaciones comerciales que Costa Rica ha suscrito con otras naciones, por ejemplo, a través de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Décadas atrás tenía un peso mayor los aranceles que se pactaban entre las partes para determinar cuánto debía pagar un producto para ingresar a un mercado.
Sin embargo, la eliminación de barreras arancelarias para promover el comercio internacional por medio de los TLC dio paso a la imposición de otras “medidas no arancelarias”, principalmente para cuidar la inocuidad y la seguridad de los productos que ingresan a un país o a otro.
En esta cancha es donde Costa Rica ha venido perdiendo. Por ejemplo, en el sector bovino, aunque Costa Rica paga un 0% de arancel para colocar allá sus productos, sí debe cumplir hasta con 75 medidas no arancelarias. Por el contrario, la nación norteamericana también tiene un 0% de arancel, pero solo debe cumplir nueve medidas no arancelarias.
Lo mismo se repite con otros mercados con los cuales el país ha suscrito acuerdos comerciales. Los nacionales deben cumplir con 34 medidas no arancelarias para ser aceptados en la Unión Europea, mientras que este bloque cuenta solo con 10 requerimientos.
Se entienden por medidas no arancelarias aquellas que establecen requisitos especializados en el etiquetado de los productos, en aspectos fitosanitarios, en valoración de fincas, entre otras acciones.
“Por supuesto que hay desigualdad y uno de los grandes temas que nos decían los productores es que competimos entre iguales, pero al final de cuentas no somos iguales. Por ejemplo, a productores locales de cerdos se requiere y exige vacunación de cuatro diferentes tipos, pero en cambio, no se sabe de esas exigencias en el mercado de Estados Unidos", puntualizó Suyen Alonso, coordinadora de la investigación.
Si se hace una sumatoria de la cantidad de medidas no arancelarias que Costa Rica debe cumplir versus el conjunto de naciones o bloques con los que se han establecido acuerdos comerciales (Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos, China, Chile, Canadá y la comunidad del Caribe, Caricom) los productores nacionales deben cumplir con 322 requisitos, mientras que estos países solamente 65. En el caso chino, el país debe cumplir hasta 138 medidas.
En Costa Rica, y de acuerdo con el estudio, existen 26 mil productores asociados con este sector, de los cuales un 62% de su hato es para la producción cárnica. La región Huetar Norte es la que concentra la mayor cantidad de fincas (35%).
Porcino, mismo panorama
La carne de cerdo cumple el mismo patrón. Este sector está compuesto por unos 10 mil productores y cuenta con un hato calculado de 350 mil cabezas. Sus fincas se localizan principalmente en los cantones de San Carlos, Pérez Zeledón, Buenos Aires y Turrialba.
En total, el productor porcino costarricense debe cumplir con 312 medidas arancelarias si se hace la sumatoria con los países mencionados anteriormente. Estos, por su parte, solo deben cumplir 68 requisitos.
Con China vuelve a marcarse la mayor diferencia. Para que los productores porcinos puedan ingresar al gigante asiático deben asegurase el cumplimiento de hasta 134 reglas no arancelarias, mientras que a ellos solo se les exigen 10 medidas.
Para Alonso, el país ha carecido de una política con visión de largo plazo que permita obtener un mejor aprovechamiento de las negociaciones comerciales y favorezcan a los productores costarricenses. “En el momento en que nuestras políticas no se articulen con los sectores productivos, ellos quedan en este nivel de indefensión. Entonces lo que venimos arrastrando es que cada sector tiene que ver cómo puede defenderse”, manifestó.
El divorcio entre los sectores productivos y los grupos que se sientan a la mesa a pactar los términos de las negociaciones se hace evidente, frente a estos resultados que afectan la competitividad. “El sentir es que Costa Rica firma y firma tratados y no saben los sectores cómo aprovecharlos”, sentenció Alonso.
Asimismo, en la investigación, se determina que la revisión exhaustiva de los requerimientos de exportación puede conllevar al desarrollo de inversiones importantes para asegurar su cumplimiento y los costos asociados que representa. En este contexto, existe la necesidad de que desde las instituciones del Estado, encargadas de la promoción de exportaciones, se brinde acompañamiento que garantice el éxito de las gestiones.
Este proyecto de los investigadores del Cinpe-UNA lleva tres años vigente y se ha encargado de hacer un análisis de las políticas públicas relacionadas con las exportaciones y las empresas costarricenses del 2015 al 2023. Se han aplicado hasta 102 encuestas a productores para medir también su percepción en torno a estos temas.
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