Los nuevos retos generados por los cambios sociales, económicos, ambientales y políticos, así como la situación generada por pandemia de la covid-19, obligan a la Universidad Nacional (UNA) a generar la revisión del portafolio de carreras y profesiones, considerando las nuevas tendencias mundiales y educativas, así como la planificación institucional como un todo, para hacerle frente a las demandas de la sociedad, salvaguardando el sentido humanista característico de esta institución universitaria, que permita promover e incidir fuertemente en el desarrollo de Costa Rica, destacó Francisco González, rector de la UNA.
En este contexto, la Universidad Nacional lleva a cabo una planificación institucional con proyección al 2040. Por ello, desde abril de 2021, la Universidad inició un proceso de revisión y análisis prospectivo de las carreras y profesiones del futuro, seguido en el mes de junio de este año, del “Plan Prospectivo Estratégico de la Universidad Nacional-UNA”, que es una iniciativa realizada en apego a la dinámica misional de la UNA, que busca contar con todos los elementos pertinentes para construir en conjunto con la comunidad universitaria, los escenarios de futuros posibles de largo plazo que caracterizarán el desempeño deseado de la UNA en el futuro, de esta manera, empezar a construir la estrategia desde hoy, mediante la implementación de los restantes instrumentos de planificación (estratégica, táctica y operativa).
En el marco de este análisis prospectivo, la UNA realizó una serie de talleres en junio y julio pasado, donde se han determinado diferentes factores de cambio; es decir, elementos surgidos de las reflexiones de los equipos de trabajo de diversas instancias de la institución, las cuales han planteado la necesidad de propiciar transformaciones sociales, políticas, culturales, económicas u otros. Estos elementos influyen en el desarrollo de Universidad y de Costa Rica en el futuro, por tanto, deben ser atendidos en esta nueva planificación institucional que ha emprendido la institución.
El pasado 19 de julio se realizó el taller “Identificación de los factores de cambio, variables estratégicas e hipótesis”, donde se empleó la herramienta MICMAC para analizar dichos elementos y hacer un “análisis estructural o semejante”, que posibilitó la generación de una matriz que compara las variables entre sí, para clasificar y organizar los factores de cambio.
Factores de cambio
En los diversos grupos organizados se llevó a cabo una amplia labor de reflexión y análisis, que culminó con la exposición, en una plenaria, de los elementos o factores de cambio resultantes del ejercicio.
Los factores de cambio que la UNA debe tomar en consideración para su visión de futuro son: creatividad e innovación, normativa institucional, financiamiento público, cambios demográficos, presencia territorial, capacidad de respuesta institucional, avances científico-tecnológicos, modelo de admisión, revoluciones 4.0/5.0, desigualdades socioeconómicas, políticas públicas, cambios de gobierno, regla fiscal, modelo pedagógico, resiliencia a la variabilidad climática, nuevo entono nacional y mundial, ciencia abierta, cambio de autoridades universitarias, modelo de universidad, cuadros de reemplazo personal, GpRD Universidad, planificación universitaria, vinculación con sector productivo y social, generación de ingresos propios, transformaciones mundo del trabajo, modelo de desarrollo país, internacionalización educación superior y vinculación político-ética.
Las conclusiones generales van en dirección de que es prioritario en la UNA desarrollar un modelo universitario que responda al desarrollo país, formar profesionales de alta calidad humana y científica, atender las regiones, entre otros; de esta manera que la UNA universidad posea un alto valor público de la mano con la ética, la sustentabilidad, y el crecimiento científico-tecnológico.
Asimismo, se indica que en la UNA debe adaptarse la normativa institucional para que responda a las necesidades universidad, abrir espacios para la internacionalización, permitir a los egresados transformar el mundo laboral mediante una adecuada formación académica, mantener los componentes éticos en la sustentabilidad y el bienestar eco social, lo que se vería condicionado por la regla fiscal y ajustes presupuestarios.
Se enfatizó en que los principales aspectos internos que deben cambiar son el modelo universitario actual, fortalecer la vinculación productivo-social, la generación de recursos propios, y a lo externo, la UNA debe apostar a la revolución 4.0/5.0, tener presente las variaciones climáticas, transformaciones del mundo del trabajo. En consecuencia, se espera una universidad que transforme la sociedad y brinde producción académica.
Otro elemento que fue evidenciado en los factores de cambio con alta dependencia y alta influencia para la UNA son las finanzas, por ello, se extrae de los grupos de trabajo la reflexión sobre la necesidad de generación de ingresos para seguir cumpliendo con la misión de la Universidad, de ahí, que tanto, la escasez como generación de ingresos marcarán la pauta de la Universidad.
En este sentido, se mencionó que las finanzas tienen una incidencia e impacto a futuro según la normativa que tenga la UNA, que afecta en el territorio, en la ciencia y la tecnología, el modelo universitario, la vinculación del sector social, político, ético y externo. A nivel de las transformaciones globales (nacional y mundial) se considera que las finanzas es un elemento relevante en el presente y podría afectar en el futuro. En cuanto a la colaboración internacional para que la UNA efectúe una movilidad en diversas áreas se considera como elemento frágil a futuro si no se toman medidas.
Para los participantes lo apuntado en la matriz exige de una universidad autónoma, humanista, necesaria, innovadora, vanguardista, sostenible, con presencia en las regiones del país; aquí la normativa es importante, pero no debe ser una limitación, sino que permita alcanzar los fines de la institución, asimismo, la universidad se debe adaptar a la regla fiscal.
La rectora adjunta Marianela Rojas Garbanzo, mencionó el gran acierto del proceso metodológico riguroso que se ha puesto en marcha en los talleres realizados, lo que permitirá pensar la Universidad del futuro con una visión integral de todo el quehacer, que pasa por la reflexión profunda de las carreras que se están ofertando y de las carreras que demanda la sociedad, hasta poder planificar todos los elementos académicos y administrativos, para una acción sustantiva de la UNA en los nuevos entornos que vive la sociedad.
Este proceso de trabajo institucional continuará el 10 de agosto con el tema: “Retos y actores sociales e institucionales”, que busca identificar posiciones a favor, en contra o neutra sobre los factores comentados. Para ello se trabajará con un grupo reducido del equipo consultivo que ha participado en los talleres anteriores.
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