Unas 60 mil personas, aproximadamente, hablan criollo limonense, una lengua minorizada que se aferra a su subsistencia, a pesar de los embates de la incomprensión, el desconocimiento, y la falta de estímulo y de un marco legal que le permita preservarse entre las actuales y futuras generaciones.
Es ahí donde, desde el 2019, la Universidad Nacional (UNA), por medio del Programa de Lingüística Centroamericana (Prolinca) de la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje, desarrolla un proyecto sobre gramática del criollo limonense, con un abordaje técnico-científico.
La primera etapa del proyecto, que lidera desde el Prolinca el académico René Zúñiga, ya finalizó y consistió en determinar la fonología de la lengua; es decir, cómo son los sonidos que la caracterizan y qué la hacen diferente frente a otras.
Las siguientes dos etapas tienen relación con la definición de la morfología, entendida como el proceso de formación de las palabras, y la sintaxis, que lleva al ordenamiento propio de las oraciones.
Para Zúñiga, esta labor meticulosa tiene como objetivo evitar la extinción de la lengua criolla del caribe costarricense, como ha ocurrido por ejemplo con las lenguas huetar y chorotega, donde el uso extendido del español las ha llevado a un grado de desaparición.
Es ahí donde surge el concepto de “revitalización lingüística”, uno de los ejes de trabajo del Prolinca, para darle el valor a aquellas lenguas minorizadas como las indígenas y las criollas, frente a otras dominantes como el español y el inglés.
El criollo limonense está catalogado como la lengua minoritaria con más hablantes del país. Sus palabras provienen en un 97% del inglés, pero se diferencia de este idioma en la sintaxis, la morfología y la fonología, cuyas influencias provienen de las lenguas de la costa oeste del continente africano.
Para René Zúñiga es fundamental rescatar estas expresiones lingüísticas con amplio arraigo histórico. “En el momento en que usted deja de hablar su lengua, se pierde un componente muy importante de su cultura. No es lo mismo que usted exprese sus emociones más arraigadas en su lengua nativa que, si lo hace, por ejemplo, en inglés”, manifestó.
Otra consecuencia de la eventual desaparición de estas lenguas es que se pierde la transferencia de conocimientos entre las distintas generaciones. Incluso, mencionó el académico de Prolinca, desde finales del siglo anterior, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) destacó que no solo las especies animales están en peligro de extinción, sino que esa misma amenaza se cierne sobre las lenguas.
El proyecto de la UNA cuenta con el apoyo del profesor visitante Jorge Lemus, de la Universidad Don Bosco de El Salvador, así como con el soporte de estudiantes asistentes. “Sin ellos y ellas, el proyecto, que se materializa con las giras que hacemos a la provincia de Limón, con la implementación de los talleres, no sería posible”, resaltó Zúñiga.
El rescate del criollo limonense implica ese contacto directo con miembros de comunidades de Limón centro, de Cahuita, Puerto Viejo y Manzanillo, en el Caribe sur, así como de otros cantones de la provincia como Siquirres, Pococí, e incluso Turrialba.
Justamente hoy, 30 de agosto, se conmemora el Día para la Celebración de la Lengua Criolla Limonense, establecido así por la Ley 9.619. Además, este 31 de agosto es el Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense.
Proyecto de ley
Uno de los obstáculos que enfrenta esta lengua criolla es que no está reconocida aún en la legislación costarricense, por medio de la Constitución Política. En su artículo 76 se establece que “el español es el idioma oficial de la Nación (sic). No obstante, el Estado velará por el mantenimiento y cultivo de las lenguas indígenas nacionales”.
El precepto constitucional no menciona a las lenguas criollas y es algo que se busca subsanar, a través del proyecto de ley 23.998 Reforma Constitucional del Artículo 76, para reconocer el Criollo Limonense Regional Costarricense, presentada por la diputada Rosaura Méndez, del Partido Liberación Nacional (PLN) ,y que cuenta además con la firma de otros 16 legisladores de diversas fracciones políticas.
El proyecto fue presentado el 19 de octubre de 2023. En su exposición de motivos se hace mención a la publicación Lenguas en peligro en Costa Rica: vitalidad, documentación y descripción, de Carlos Sánchez, quien indica que “el criollo limonense corre peligro de desaparecer por dos vías: por su descriollización (sic) hacia el inglés o por su sustitución por parte del español”.
Para Zúñiga, es fundamental dar este paso adelante en la vía legal, de manera que exista un reconocimiento fáctico a esta lengua. “La aspiración real es alcanzar como país la pluriculturalidad y la multietnicidad. Yo espero que en determinado plazo, en los libros de Estudios Sociales que se enseñan en escuelas y colegios, se hable acerca de las lenguas criollas”, enfatizó.
A pesar de ello, considera que en la última década se ha dado un cambio en la población en general, que acepta con mayor visión este tipo de esfuerzos por el rescate de la lengua. Destacó, por ejemplo, el caso de la Municipalidad de Limón que, por primera vez, cuenta con una iniciativa a favor del criollo limonense, difundida por medio de su sitio oficial en la red social Facebook.
“Eso es lo que pretendemos: que, desde las propias instituciones, desde los gobiernos locales, desde las comunidades, puedan promover esta revitalización. Desde la academia estamos haciendo este aporte, pero requerimos que otros se sumen y tomen la batuta y aún hay mucho camino que recorrer en ese sentido”, agregó René Zúñiga.
Esa misma aspiración busca que tal lengua, que se asentó en territorio costarricense desde 1872, pueda gozar de un reconocimiento y una extensión que le permita perpetuarse a lo largo del tiempo.
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