En los tiempos modernos, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son fundamentales para el desarrollo económico y social. Estas herramientas no solo fomentan la innovación y mejoran la productividad en diversos sectores económicos, sino que también desempeñan un papel vital en la conexión y comunicación de comunidades, emprendedores y sus actividades productivas. En un mundo cada vez más interconectado, las TIC se han convertido en un pilar esencial para la competitividad tanto a escala local como global.
La capacidad transformadora de las TIC en las economías se manifiesta en su habilidad para mejorar la productividad, facilitar el acceso a nuevos mercados, propiciar encadenamientos productivos, motivar la innovación, promover la educación a través de plataformas digitales, entre otros beneficios. Al considerar dicha importancia, es importante conocer su uso en el país.
En lo que respecta al acceso a Internet, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 81,7% de los hogares costarricenses tienen acceso a Internet, para lo que utilizan principalmente conexiones de fibra óptica (30,3%) y cable (35,3%). Estos números se muestran relativamente alentadores; sin embargo, existen disparidades regionales significativas. Por mencionar un ejemplo, en la región Pacífico Central, el 30% de los hogares no tienen acceso a Internet, mientras que, en la región Central, el porcentaje alcanza el 15,9%.
Estas diferencias impactan en la equidad y el progreso económico, y restringen oportunidades en áreas menos conectadas. La falta de acceso digital limita la educación en línea, el acceso a empleos remotos y el desarrollo empresarial, lo cual subraya la urgencia de abordar estas brechas para promover un desarrollo más equitativo en el país.
Por otra parte, las microempresas, esenciales en la economía costarricense, demuestran un esfuerzo importante hacia la adopción de las TIC. Según datos de la Encuesta Nacional de Microempresas de los Hogares del INEC, a escala nacional, en el sector agropecuario, el acceso a internet alcanza un 68,2%, mientras que el uso de teléfonos celulares llega al 86,2%.
En el sector de manufactura se registra un 84,9% de acceso a internet por parte de microempresas y un 95% de uso en teléfonos celulares. Por su parte, el sector servicios lidera con un 92,9% de acceso a internet y un 95,3% de uso de teléfonos celulares.
Estos datos evidencian un importante progreso hacia la digitalización en las microempresas costarricenses, que debe ser potenciada, si se considera que es un factor crítico que podría facilitar la automatización, la gestión eficiente de la cadena productiva, la innovación, la comunicación, el acceso a mercados locales, regionales y globales, la reducción de costos a largo plazo, así como la recopilación y análisis de datos para la toma de decisiones, entre otros múltiples beneficios.
Sin embargo, la presencia de barreras significativas, como la carencia de habilidades digitales y recursos tecnológicos, limita el potencial de muchas microempresas, lo que resalta la urgente necesidad de invertir en tecnología, infraestructura y programas de formación.
Es crucial adoptar un enfoque integral que contemple tanto la mejora del acceso a la tecnología como el desarrollo de capacidades digitales para que las microempresas costarricenses se desempeñen de manera efectiva en la economía, dadas las dinámicas digitales locales y globales, así como la revolución tecnológica. En esta línea, es fundamental que las TIC se conviertan en un facilitador y no en una restricción del crecimiento.
Costa Rica está inmersa en una transformación digital liderada por el Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones (PNDT) 2022-2027, el cual impulsa la creación de políticas proactivas para promover la digitalización y la innovación, y adapta las mejores prácticas internacionales al contexto costarricense, con el objetivo de mejorar los indicadores y maximizar los beneficios de las TIC para toda la población.
Estas políticas no solo buscan cerrar las brechas digitales existentes, sino también posicionar a Costa Rica como líder regional en la adopción de tecnologías avanzadas. Al mismo tiempo, al fomentar la igualdad de género y garantizar la participación equitativa de todos los habitantes del país en la economía digital, se busca avanzar hacia un futuro más inclusivo y próspero.
En un mundo cada vez más interconectado, el país se enfrenta al desafío de liderar la región en la adopción de tecnologías avanzadas y reducir la brecha digital en las diferentes regiones y comunidades del país. Esto se muestra como una gran oportunidad para tomar acción y asegurar que cada persona y sus actividades productivas tengan acceso a las herramientas necesarias para prosperar en la era digital.
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