Voluntad política de los gobiernos para darle participación a la gente, sostenibilidad de las acciones que se impulsan desde la sociedad y el gobierno, claridad en la información que se pone a disposición de las personas, y convencimiento de todos los sectores de la sociedad para participar y colaborar con un cambio cultural, forman parte de las múltiples retos que supone la creación de un Estado abierto.
Y si bien, son conocidos los obstáculos que afrontan las sociedades de hoy para alcanzar ese ideal de Estado, así como los riesgos de que el propio poder se apropie de las narrativas del gobierno abierto, académicos, funcionarios y líderes de organizaciones públicas y privadas exploran, reflexionan e investigan las formas en que la colaboración, la participación y la transparencia que propone el gobierno abierto, se puedan ejercer desde el poder.
Estas motivaciones congregan a unas 430 personas de 23 países en el I Congreso Internacional de Estado Abierto y Gobernanza, que se lleva a cabo, de manera presencial, en el auditorio Cora Ferro Calabrese de la Universidad Nacional (UNA), del 26 al 28 de junio. Unas 150 personas participan de manera virtual.
Cielo Morales, directora del Instituto Latinoamericano y Caribeño de Planificación Económica y Social (ILPES/CEPAL) se refirió a algunas lecciones y desafíos del gobierno abierto desde hace más de una década, cuando se empezó a impulsar con fuerza este concepto. Aparte de la necesaria voluntad política para compartir el poder, expuso la importancia de la participación del público y el acceso a la información y al conocimiento, en el caso específico de los temas relacionados con el cambio climático.
La especialista alertó, sin embargo, que solo publicar la información en portales resulta insuficiente (…) “es necesario que esta información sea comprendida y utilizada por la sociedad civil para controlar la acción gubernamental y participar de manera significativa”, dijo.
El rector de la UNA, Francisco González, se refirió al impacto del gobierno abierto en las sociedades democráticas y los aportes que, desde las universidades públicas, se puede dar en torno a este concepto. Pero también advirtió sobre los riesgos de que los gobiernos se aprovechen de las narrativas de esta idea para concentrar más el poder.
Más cauteloso, Óscar Oszlak, presidente de honor del Comité Científico del Congreso, reconoce que aunque no hay retrocesos, tampoco se vislumbra si los avances van “en la dirección correcta”. Reconoce, eso sí, que los movimientos sociales, las organizaciones y la sociedad civil, cuentan con más canales de expresión, por ello dice que el gobierno abierto “hay que mirarlo con ojos históricos: ¿qué va a ocurrir mañana?”
En el congreso se abordan cinco grandes temas: gobierno abierto, parlamento abierto, justicia abierta, academia abierta y nueva gobernanza e innovación, que están a cargo de especialistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Nigeria, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela.
El I Congreso Internacional de Estado Abierto y Gobernanza lo organizan la UNA, la Red Académica de Gobierno Abierto Internacional (RAGA Internacional) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Su objetivo es proporcionar un espacio en donde representantes de la academia, gobiernos nacionales y locales, así como servidores de distintas ramas del poder público, de la sociedad civil, del sector privado y de organismos multilaterales y de cooperación, presenten, discutan e intercambien sus conocimientos.
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