El volcán Poás es uno de los principales atractivos turísticos del país, y desde el 2017 expertos del Laboratorio de Química de la Atmósfera de la Universidad Nacional (Laqat-UNA) realizan periódicamente muestreos de gases y partículas emanadas por el volcán, para conocer la calidad del aire y de las aguas de consumo.
Como parte de este proyecto, el pasado 17 de setiembre el Laqat-UNA en conjunto con la Universidad de Florida del Sur, se entregaron dos equipos portátiles para medir dióxido de azufre y sulfuro de hidrógeno al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac). Gracias a esta donación, se podrá realizar mediciones en los puntos de visitación, y sen caso de ser necesario, dar alerta a la población sobre el aumento de la concentración de gases para que se tomen las medidas respectivas y así, evitar problemas respiratorios para las personas.
Los equipos portátiles son marca Forensics Detectors, una empresa estadounidense que distribuye equipos de medición de gases a nivel mundial, la cual hizo la donación a Costa Rica, por medio de la negociación del investigador invitado por la UNA, Ian Godfrey, quien entabló relaciones con distintas empresas para colaborar con estudiantes, académicos y la población, en temas de medición de la calidad ambiental.
“Estamos muy agradecidos con la gestión realizada por Ian Godfrey y el LAQAT-UNA para tener la primer donación de equipos de monitoreo volcánico, muy importantes en un parque volcánico activo, con visitación constante día a día”, dijo Lourdes Villalta, guardaparques del Área de Conservación Central (ACC).
Ojo ciudadano
Según Godfrey, “los detectores serán muy útiles para la medición en el mirador del volcán Poás, para asegurarse que no hay gases con niveles tóxicos que podrían afectar a la población visitante o a los guardaparques. Además, las condiciones de la atmósfera durante la noche pueden hacer que los gases se concentren en la superficie y podrían afectar a los guardaparques, por lo que se debe asegurar la salud de la población las 24 horas del día”.
José Pablo Sibaja Brenes, coordinador del Laqat-UNA, comentó que “este es un ejemplo de vinculación entre la empresa privada y la UNA para el mejoramiento de la calidad de vida. Además, es un paso más en la ciencia ciudadana que se está implementando, para enseñar a la población sobre la vigilancia volcánica y que ellos mismos realicen la medición y la interpretación de los resultados para la toma de decisiones rápida y oportuna”.
El LAQAT-UNA ha generado capacitaciones y tablas de monitoreo e interpretación de datos para los guardaparques. De esta manera, se tendrá una rápida acción en caso un aumento de la actividad del volcán. A futuro, de acuerdo con Sibaja, se busca continuar con esta serie de donaciones mediadas por la Universidad Nacional, para otros parques volcánicos, como el Turrialba, el Irazú y el Rincón de la Vieja, cuenten con equipos de medición de gases de fácil manejo e interpretación, para que la población esté segura y vigilante sobre la vida a la par de un vecino volcán.
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