La sismicidad generada en Costa Rica durante el 2019 y registrada por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori-UNA) es la base de una melodía generada por el tremor tectónico de nuestro país durante ese año.
Gracias al curso de Física del Interior de la Tierra, impartido en el I semestre de 2021 por el sismólogo Esteban Chaves, bajo la modalidad de enseñanza-aprendizaje en línea, el estudiante Darío Badilla hizo converger las ciencias de la tierra con las ciencias computacionales para descifrar la melodía que se produce tras un temblor.
Lo anterior se logra, según explicó Chaves cuando el estudiante comprende la geodinámica terrestre mediante la programación de algoritmos en lenguaje Python y aplica los conocimientos y habilidades aprendidas en este lenguaje de programación para manipular la base de datos.
Chaves explicó que la armonía compuesta por Badilla aplica los conceptos de la física del interior de la Tierra aprendidos en clase, de manera que el volumen de cada nota lo dá la magnitud.
La latitud y longitud determinan la posición tridimensional o la dirección en la que la persona oyente percibe la melodía, la fecha e intervalo entre cada sismo determina el lapso en beats entre cada nota, mientras que la profundidad modula el pitch (altas o bajas frecuencias) de cada nota; por ejemplo, cuanto más profundo sea el sismo más grave es la nota (dominan las bajas frecuencias).
“La vibración continua del planeta en todo su rango de frecuencias es permanentemente registrada por instrumentos de alta sensibilidad, por lo que el Ovsicori-UNA se dio a la tarea de crear una base de datos sin precedentes, donde— con una muy alta resolución—es posible observar y escuchar la geodinámica de nuestro país como un ser vivo”, agregó el sismólogo.
Esta melodía sísmica que nos hace evocar a Gustavo Cerati no es, ni por asomo, similar al éxito ochentero de Soda Stereo, Cuando pase el temblor, pero sí expresa, de forma musical, lo que la tierra nos canta.
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