Atención a consultas relacionadas con la inversión programada en centro de procesamiento de datos

RECTORIA

11 de diciembre del 2020

UNA-R-OFIC-2838-2020

¿Cuál es la justificación de un gasto de $2.992.857 en la construcción de un centro de procesamiento de datos?
La principal justificación es la protección de la información que se genera en la Universidad Nacional, atendiendo estándares internacionales. Además, resulta urgente contar con instalaciones adecuadas que optimicen el uso de energía eléctrica y mejoren la continuidad y disponibilidad de las plataformas tecnológicas, así como la mitigación de los riesgos detectados en diversos informes de contraloría interna y auditorías externas.

Por lo anterior, la institución ha optado por el desarrollo de un centro de datos que contemple las características de protección de equipos, así como la continuidad y seguridad de la información.

La Universidad Nacional nunca ha tenido un recinto que cumpla con las características constructivas mínimas requeridas por alguna norma en la materia. Hasta la fecha, se han implementado acciones menores que han permitido mantener la operación de una serie de plataformas y servicios tecnológicos para nuestra comunidad estudiantil, académica y administrativa, según la capacidad financiera de la institución, pero que ya resultan insuficientes si se considera la antigüedad y particularidades del edificio actual, que no fue diseñado para albergar este tipo de infraestructura tecnológica.

Adicionalmente, una serie de hechos fortuitos relativamente recientes, relacionados con eventos eléctricos y de inundación, han puesto en serio peligro el funcionamiento y la continuidad de numerosos sistemas de la institución.

Por su parte, se han desarrollado una serie de movimientos sociales que han dejado prácticamente a merced de terceros las plataformas que permiten el funcionamiento de la universidad, ya que en ellos se basan numerosos procesos y actividades ordinarias que han sido tecnificadas a través de los años.

Al recinto actual se le han realizado mejoras sustanciales, no obstante, tiene más de cuarenta años de estar siendo utilizado con el mismo propósito: albergar los sistemas de información y las plataformas tecnológicas relacionadas con los mismos. Estas facilidades requieren ampliarse en función de la misión de la institución y su crecimiento, y deben cumplir con características de continuidad y seguridad que le son, hoy en día, imposibles de desempeñar por el diseño y estructura misma del edificio.

Asimismo, es evidente que las instituciones de educación superior requerirán, en el futuro cercano, ampliar su capacidad digital de acceso y almacenamiento de la información. La pandemia provocada por la COVID-19, ha dejado de manifiesto la necesidad de contar con plataformas tecnológicas robustas y seguras, que permitan mantener la continuidad de los servicios. Por lo anterior, resulta imperativo resguardar dichas plataformas en ubicaciones que permitan mitigar la mayor cantidad de riesgos posibles.

El proyecto por el que la UNA ha optado dista mucho de ser un oneroso en comparación con otros de propósito similar, esto considerando que la delimitación del requerimiento es muy práctico y conservador en su dimensionamiento, que incorpora tecnología de punta, y que evita solicitar mayores características y condiciones al menos en los próximos diez años. Además, ante la incertidumbre que tienen las universidades públicas respecto a su financiamiento, y la posibilidad de adquirir compromisos futuros para solventar necesidades tecnológicas mediante soluciones en la “nube”, se ha priorizado esta inversión que permitirá contar con una infraestructura propia para el hospedaje o “hosting” de nuestras plataformas tecnológicas, reduciendo la dependencia de terceros para su funcionamiento.

En términos generales, el nuevo centro de datos incluye una pequeña área de almacenamiento de servidores y equipos de telecomunicaciones estándar, sistemas de aire acondicionado especializados y redundantes, sistemas de energía eléctrica ininterrumpida y de generadores de corriente continua, sistema de vigilancia electrónica, sistema de monitoreo de la plataforma en general, y una serie de dependencias básicas relacionadas con planta física. Además, el proyecto posee elementos asociados a una alta eficiencia energética y disponibilidad, será desarrollado en terrenos de la Universidad y se vislumbra con una utilización mínima de 20 años.

Finalmente, es necesario considerar que, en términos generales, las tecnologías de información y comunicación, particularmente las especializadas, son onerosas, razón por la cual, la UNA optó por plantear un proyecto pequeño, pero bien construido y eficiente.

¿Dichos fondos no pueden ser trasladados para apoyar a estudiantes de bajos recursos que no tienen opciones de seguir estudiando o que tienen limitaciones en el tema de conexión virtual al no contar con las herramientas para hacerlo?
La institución ha llevado a cabo numerosos esfuerzos en materia educativa, económica y tecnológica, que han permitido mantener al estudiantado en la presencialidad remota durante la presente pandemia.

Actualmente, la UNA cuenta con 9.874 estudiantes becados, lo que equivale al 54,4% del total de sus estudiantes. En los campus centrales, el 45,55% de los estudiantes son becados, y en las Sedes Regionales corresponde al 79,1%, lo que evidencia el gran apoyo que brinda la universidad a su población estudiantil. Además, como parte de las acciones emprendidas por la Universidad Nacional para aminorar el impacto que ha tenido la pandemia sobre los estudiantes y sus familias, se han brindado aportes adicionales de beca a 1.569 estudiantes en condición de pobreza, se otorgaron ayudas económicas para el cuido de hijos e hijas a 209 personas estudiantes y, se atendieron, mediante aportes económicos extraordinarios, a 637 estudiantes. En total, la inversión realizada en ayudas y becas a estudiantes, en el 2020, ascendió a los 11.067 millones de colones, monto muy superior al de años previos.

Por su parte, para atender las necesidades tecnológicas, se han prestado computadoras portátiles o Tablet a cerca de 800 estudiantes, se entregaron 5.690 chip de telefonía (planes de datos), se firmó un convenio con el ICE para no contabilizar en la tarifa de estos planes de datos el acceso a los sitios Web de la UNA y de universidades públicas en general; todo lo anterior con el fin de asegurar la conectividad, principalmente de estudiantes residentes fuera de la GAM.

Las anteriores acciones han permitido que, en 2020, a pesar de la pandemia, se llegara a la cifra más alta de estudiantes matriculados: 20.108, lo que significa un aumento de 1.126 estudiantes con respecto a 2019.

En resumen, la UNA amplió el fondo de becas y ayudas a estudiantes, en 2020, por cerca de 1.700 millones de colones, gracias al ahorro generado en diversas partidas presupuestarias y al redireccionamiento de recursos previstos para otras necesidades institucionales. Por lo anterior, no fue necesario posponer la inversión en el centro de datos (que se tenía planificada desde hace varios años); al contrario, ahora resulta más urgente, considerando que la pandemia provocó un cambio estructural en el desarrollo de la acción sustantiva de la Universidad, haciendo cada vez más necesario el contar con una plataforma tecnológica de acceso permanente, y con posibilidad de resguardar, de forma segura, la información generada en los procesos de docencia, investigación, extensión y producción.

Según la justificación del gasto, el actual centro de datos está ubicado en un segundo piso en el edificio de la Rectoría de la Universidad Nacional donde ha sufrido inunda-ciones, además de que el edificio ha sido tomado por tercera personas en medio de pro-testas estudiantiles. ¿Ambas situaciones no se pueden evitar con una inversión menor de lo que significa el gasto millonario de un centro de datos tomando en cuenta la crisis fiscal y social que vive el país?
El edificio en el que se concentran los sistemas de información institucionales, a saber: matrícula estudiantil, adquisiciones, recursos humanos, presupuesto y financiero, planificación, salud, servicios de apoyo a la academia, entre otros, se ha enfrentado, en los últimos años, a al menos dos eventos de altísima criticidad que ha expuesto a la institución a la pérdida de la información. En caso de haberse concretado alguna de ellas, el accionar ordinario de la universidad, sin duda, se hubiera detenido.

Es inevitable sumar a lo anterior, el riesgo de bloqueo de la vía pública anexa a esta ubicación, así como la toma parcial o total de estas instalaciones por eventos relacionados con política interna universitaria o con eventos políticos y sociales de alcance nacional, lo cual expone la información institucional y su acervo documental histórico a situaciones que pueden solventarse en gran medida con el proyecto en mención que se desarrollará en 2021.

Como es bien sabido, la cantidad de facilidades y servicios tecnológicos se ha incrementado sustancialmente en los últimos años, lo que ha resultado en la necesidad de transformar digitalmente a las organizaciones.

La actual ubicación del centro de datos de la Universidad Nacional se utiliza desde mediados de los años setenta, por lo que no es posible esperar que, después de cuatro décadas, estas condiciones sigan siendo las óptimas, tanto para el crecimiento de las plataformas tecnológicas como para el resguardo de la información. Los estándares internacionales en materia de centros de datos y protección de la información dictan numerosos elementos dirigidos a la operación, mantenimiento, crecimiento y seguridad de los equipos y sistemas que son albergados en una ubicación de esta índole. La visión de la universidad a largo plazo es introducir aún más los elementos tecnológicos en todos los ámbitos de la formación universitaria. Estos elementos consisten cada vez más en acompañar a la docencia, investigación y humanismo universitarios con herramientas, facilidades y utilización de soluciones informáticas que requieren albergar de forma continua y creciente el acervo universitario, el cual consiste en la recopilación de datos y la creación de conocimiento, el cual debe ser albergado de forma permanente, segura y responsable.

En resumen, se ha optado por un proyecto integral, que permitirá a la universidad proteger su información y su conocimiento por al menos los próximos 20 años, cumpliendo con las mejores prácticas de la industria en esta materia.

¿De dónde provienen los recursos que se van a utilizar en dicha construcción?
Para el desarrollo de la infraestructura y compra de equipos tecnológicos correspondientes al proyecto “Centro de Datos”, se utilizarán recursos provenientes del superávit libre generado en periodos anteriores. Además, como se mencionó, la obra se desarrollará en terrenos propios de la UNA.

Es importante mencionar que, por disposiciones normativas, el superávit de las instituciones públicas únicamente puede ser utilizado en inversión, es decir, no es posible financiar gasto corriente con el superávit de periodos anteriores. Adicionalmente, se aclara que esta obra fue incluida en el plan de inversión de la Universidad Nacional para el año 2020, por lo que la misma ha quedado adjudicada este año, e iniciará su construcción en los próximos meses.

Cordialmente,

M.Ed. Francisco González Alvarado

Rector

Universidad Nacional