Graduada de la segunda generación de la carrera de Química Ambiental en la UNAN-Managua, la máster Kathia Vanessa Rojas, originaria de San Jorge, Rivas, ha compartido vivencias con profesionales que la han impulsado a formarse académicamente aprovechando las condiciones que brinda la Universidad del Pueblo y para el Pueblo, siendo la primera de seis hermanos en cursar sus estudios universitarios fuera de su ciudad de origen.
Rojas cursó su primaria en el Centro Escolar San Martín y secundaria en el Instituto Rosendo López, en Rivas; en este último, una de las docentes animó al grupo de clases a formar parte de la comunidad estudiantil de la UNAN-Managua, quien pone a su disposición un sistema de becas, por lo que la joven no dudó en compartirlo con sus padres de quienes recibió apoyo. “Logré ingresar a la Universidad y se me otorgó la beca interna los dos primeros años, luego, solicité la beca ALBA y me fue concedida”, comenta Kathia, quien manifiesta sentirse muy agradecida con Dios, su papá y mamá (q.e.p.d.) y con la institución por tan valiosa oportunidad, la que creyó que podría alcanzar.
Durante sus estudios, comenta que recibió acompañamiento de la dirigencia estudiantil, quienes durante su carrera le proporcionaron bonos de matrícula, además, recuerda que el dinero de la beca lo dedicaba a la compra de materiales de estudio. De igual manera, aprovechó los espacios que ofrece la institución para el cumplimiento de las responsabilidades universitarias, como la Biblioteca Central Salomón de la Selva, a donde asistía para hacer uso de las computadoras que están a disposición de los jóvenes que no cuentan con este dispositivo electrónico, pero sí con muchas ganas de superarse.
Como parte de su proceso formativo, realizó sus prácticas en los Laboratorios de Aguas Residuales y Contaminantes Metálicos del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos (CIRA) de la UNAN-Managua, donde también se le abrió las puertas para consolidar sus capacidades. Su buen desempeño fue el factor principal para que fuera llamada por este Centro para el desarrollo de su monografía en el marco de un proyecto orientado al carbón activado para la remoción de arsénico. “Para finalizar quinto año, ya tenía mi protocolo de investigación y la puesta en marcha del proyecto cuando me surgió una oportunidad laboral en el CIRA, en el Laboratorio de Mercurio Ambiental como auxiliar”.
Habiendo logrado culminar con éxito su licenciatura, en 2020 se le otorgó un permiso para estudiar la maestría Ciencias Ambientales, en la Universidad del Mar (UMAR-Campus Puerto Ángel), Puerto Ángel, San Pedro Pochutla, Oaxaca, México, con lo que continuó fortaleciendo sus conocimientos y de esta manera aportar con calidad a los proyectos y quehacer del CIRA. “Recibí el respaldo de las autoridades de la Universidad y del Centro y ahora me toca retribuirlo”.
Actualmente, Rojas, quien se desempeña como especialista en análisis, coordina un proyecto que se ejecuta con el cofinanciamiento del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que implica el monitoreo de microplásticos en sitios de anidación de tortugas, zonas de interés ecosistémico, pues al ser un área protegida, se espera esté lo más limpia posible, por ello, se aportará al conocimiento de la presencia de los microplásticos en esos sitios. Además, está involucrada en la determinación de carbono azul en los manglares, tema que se va a trabajar en el marco de ese proyecto.
Para la joven, uno de sus propósitos es continuar trabajando en el área investigativa, aportar a la formación de estudiantes de grado y seguir adquiriendo conocimientos, por lo que recientemente inició el curso Gestión integrada de lagos, ríos y cuencas costeras para el uso sostenible y la preservación de los recursos hídricos, organizado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), continuando así con su proceso formativo.
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