Legado de amor y lucha revolucionaria, eso heredaron a cada uno de los nicaragüenses la trabajadora y el obrero, Luisa Amanda Espinoza y Enrique Lorente, quienes ofrendaron heroicamente su vida por la liberación de Nicaragua.
Fue un 3 de abril de 1970, precisamente hace 54 años que en el barrio Ermita de Dolores, en el departamento de León, fueron asesinados por la Guardia Somocista, ella de 21 años y él de 25, ambos en plena juventud, decidieron asumir esa lucha de liberación y amor por su país.
Luisa Amanda Espinoza es la primera mujer combatiente caída en la lucha de liberación; nació el 19 de agosto de 1948 en Managua, la hija número 21 de una familia de escasos recursos; una muchacha dulce, valiente y decidida, quien trabajó con el comandante Carlos Fonseca Amador, José Benito Escobar, Julio Buitrago y otros compañeros dirigentes del FSLN al momento que éstos visitaban la casa de su tía Doña Carmen, quien vendía comida.
Enrique Lorente nació el 19 de junio de 1944, en Santa Cruz, departamento de Estelí, a los quince años, cuando cursaba el tercer año de secundaria, participó en la protesta estudiantil del 23 de julio de 1959 en León, donde también estuvo Carlos Fonseca. En 1963, se incorporó al FSLN realizando tareas junto a José Benito Escobar, Óscar Turcios, Silvio Mayorga y Víctor Tirado.
Luisa Amanda Espinoza y Enrique Lorente caen heroicamente en León
La ola represiva desatada por la Guardia Nacional en el año de 1970 fue intensa, ocasionando la muerte de valiosos compañeros sandinistas, jóvenes generosos dispuestos al sacrificio por la liberación de la patria, por esta razón el FSLN decidió el traslado a León de Luisa Amanda Espinoza, donde trabajó con Enrique Lorente, quien entonces era miembro suplente de la Dirección Nacional Histórica del FSLN.
El 3 de abril de 1970 en el barrio Ermita de Dolores en la ciudad León, estaban ambos cumpliendo con tareas encomendadas en vías de seguir avanzando en la lucha contra la dictadura, es entonces que la Guardia Nacional los detectó y se entabló el combate, en el que primero fue herido Enrique Lorente, y después Luisa Amanda, quien todavía logró recoger el arma de su compañero herido y disparar. Luisa Amanda ya herida, fue interrogada y asesinada por un esbirro de la Guardia Somocista.
Luisa Amanda Espinoza y Enrique Lorente viven permanentemente en los corazones y memoria del pueblo nicaragüense, ambos son inspiración de lucha, de trabajo, de honor, de dignidad guerrillera, su sacrificio y el de todos los héroes y mártires, nos hacen gozar de esta patria en libertad con educación gratuita y de calidad.
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