UNAH y FIAN Honduras investigan impacto socioeconómico del avance del mar en comunidades del pacífico
Fotos: Carolina Torres. Dolor, escasez, pobreza y olvido, eso refleja Punta Ratón, uno de los destinos turísticos más bellos del país.

Una investigación publicada por la revista científica Advances in Space Research indica que el nivel del mar aumenta cada vez más rápido, los océanos invaden mayor porcentaje de tierra a un ritmo más acelerado.

 La investigación, al igual que lo aseverado por el Panel Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), documenta que los océanos aumentaron dos milímetros en el año 2000, en 2010 lo habrían hecho en tres milímetros, y alrededor de 2020 en casi cuatro. En general, se estima que el nivel de los océanos del mundo ha subido aproximadamente 75 milímetros entre 1991 y 2019.

 Este aumento del mar impacta de manera negativa en la población que vive en sus costas, tal es el caso de Punta Ratón, comunidad hondureña situada en el mar Pacífico, municipio de Marcovia, Choluteca, cuyos pobladores, al ver destruidas sus casas, vieron como única opción la migración.

 Ante esta situación, FIAN Honduras y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) llevan a cabo la investigación  “Impacto de la inclusión marina en los medios de vida de las comunidades de Punta Ratón, Cedeño y Guapinol” para conocer cuánto se ha perdido de suelo continental, en cuánto tiempo y cuál podría ser esta proyección de introducción del mar para así determinar la cantidad de posibles desplazados, cuyas condiciones de pobreza empeorarán.

 Claudia Pineda, directora ejecutiva de FIAN Honduras, detalló que su organización levantó una encuesta socioeconómica de cada una de las familias afectadas y estudios de riesgo, junto a María José Bonilla, estudiante de la Maestría en Gestión de Riesgo, y el investigador Maynor Ruiz, docente de la Facultad de Ciencias de la UNAH.

 “Queremos brindar herramientas para que el gobierno local y nacional tomen las consideraciones a tiempo ya que conocemos que el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo actúa hasta después. Las acciones deben tomarse antes porque  las proyecciones indican que debido a este fenómeno, varias familias de la zona tendrán que desplazarse”, subrayó Pineda, quien amplió que solo en la zona conocida como Las Puntillas, más de 100 familias ya fueron desplazadas.

 

Migración

 FIAN Honduras espera tener a finales de noviembre los resultados de la investigación, de la misma se realizará un estudio paralelo sobre el impacto de la inclusión del mar en la migración de la población de estas comunidades; según Pineda, la mitad de las mujeres de la zona han migrado hacia Estados Unidos.

 Sumado a este fenómeno, las comunidades objeto de estudio se desplazan y migran por los problemas socioeconómicos estructurales como la pobreza, producto de la falta de fuentes de trabajo y empleo, pues la población vive de la pesca y la afluencia turística en el verano, misma que cada vez es menos.

 

Martha Lidia Gómez, habitante de Punta de Ratón y quien vive del turismo, resaltó la belleza de las playas, sin embargo, detalló que desde hace 5 años el mar está llevándoles las casas, la pesca también ha disminuido, los habitantes uno por uno se están yendo del lugar.

 

Al consultarle a doña Martha sobre este fenómeno que está dejando a varias familias sin hogar, ella contestó que puede ser producto de que los polos se estén derritiendo o puede ser debido a tantas empresas camaroneras que están situadas en El Playón.

 

Otra de las vecinas aseguró que su casa fue destruida: “Ya no tenemos nada que hacer con todo lo que se nos destruyó, el mar nos ha dejado en la pobreza, la mayoría de las familias se han ido –migrado- en las caravanas”.

 

Disminución de medios de subsistencia

 

 Lamentó que no tienen ninguna ayuda de las autoridades, su situación se agrava más ya que la pesca ahora es reducida, el turismo bajó producto del mal estado de la carretera hacia el lugar, la bomba del agua potable se les dañó, por lo que también sufren escases del vital líquido, esto sin contar con los estragos económicos que causó y sigue causando la pandemia.

 

Don Julián, quien es habitante de la zona llamada Las Puntillas, detalló que su situación está mal, ya que la pesca está mala, hay días que no se hace ni para comprar los alimentos más básicos, la mayoría de las casas se han perdido “nos sentimos abandonados, no tenemos acceso ni a medicamentos, una consulta con un médico es costosa y no tenemos los recursos”, lamentó el sexagenario.

 La aseveración de don Julián la avala José Francisco Medina, habitante de Las Puntillas, quien se dedica a la pesca y a la recolección de huevos de tortuga como medio de subsistencia “desde hace cinco años nuestra situación se agravó misma que a partir del 2020 producto de la pandemia se agudizó aún más”

 Amplió que el curil y el casco de burro (mariscos) se han perdido junto con el pez, aunado a ello, tienen serios problemas con la carretera de acceso y la energía eléctrica. “Se les ha pedido ayuda a la Municipalidad, pero no hemos tenido respuesta, ellos solo vienen cuando necesitan el voto”, lamentó.

 Se espera que la incidencia de FIAN Honduras y el aporte de la UNAH sirvan de base para que las autoridades diseñen un mecanismo que impacte de manera positiva en la región, ya que Honduras es y será uno de los países más afectados por el cambio climático.

 

 Sobre FIAN

 FIAN es una organización internacional con estatus consultivo ante las Naciones Unidas (ONU), fundada desde 1986 y que consta de sesiones nacionales en países de África, Asia, América y Europa. FIAN International Section Honduras está presente desde la década de 1990, adquiriendo su personalidad jurídica en 2004.

 

Desde su creación, la Sección de FIAN Internacional Honduras ha estado trabajando en la protección, promoción y defensa del Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuada (DHANA), a través de procesos de capacitación y fortalecimiento de conocimientos y apoyo técnico a las organizaciones defensoras de la salud humana. Derechos, líderes comunitarios, movimientos territoriales y mujeres, para promover procesos de incidencia, exigibilidad y lucha contra la violación del derecho a la alimentación.