Luego de agradecer a la Cooperación Internacional y a la Facultad de Ciencias Sociales por el compromiso con la creación del Observatorio Universitario de Transparencia y Anticorrupción de Honduras (OUNTAH), el rector Fernández expresó la importancia que reviste esta unidad, a continuación su discurso:
La Academia tiene hoy lo que le hacía falta desde ya días, un observatorio cuyo fin es promover la transparencia y combatir la corrupción de manera formal en un espacio en donde la corrupción prevalece y se convierte en la única ley; la virtud del honor y la justicia se desvanecen, dejando una sociedad completamente debilitada y afectando profundamente todos los aspectos de la vida social, política y económica de este país.
No podemos olvidar y tampoco puedo obviar en este espacio, cuando estamos iniciando operación de un Observatorio, que Honduras sigue como el cuarto país más corrupto de Latinoamérica y el segundo más corrupto de Centroamérica, así lo evidencia el Índice de Percepción de la Corrupción en los resultados que se establecieron a inicio de este año, en donde se clasifican 180 países de todo el mundo, ubicando desde los más corruptos hasta los más transparentes.
Por su parte, en el último Informe del Índice Global de Estado de Derecho del World Justice Project, Honduras ocupó el puesto 119 de 142 evaluados siendo el puesto 142 el más bajo de la clasificación. A nivel latinoamericano, el país se ubicó en el puesto 28 de las 32 naciones evaluadas, este índice se basa en las experiencias y percepciones del público general y expertos del mundo, siendo la principal fuente mundial los datos originales independientes sobre el Estado de Derecho, no podemos olvidar y tampoco soslayar de que Honduras enfrenta diferentes retos y cuestionamientos en su tarea para combatir la corrupción y la impunidad.
Evidentemente son algunos de los datos que revelan que el país ha tenido dificultades para enfrentar la lucha contra la corrupción y se ha mantenido en una de la peores puntuaciones en la última década, este estancamiento o no progreso sugiere una falta de eficacia en las políticas que se han implementado, así como posibles deficiencias en la aplicación de la normativa jurídica y en la transparencia gubernamental, puesto que no solo afecta la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas, sino que también desincentiva la inversión extranjera y el desarrollo económico, sin olvidar la participación de un mínimo, pero importante sector privado que ha afectado para llevarnos también a estos índices.
La Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH) o llamémosle como queramos, ha dejado de venir y hoy se convierte en una incertidumbre más que una certeza, porque todas las partes tenemos un alto grado de responsabilidad, tanto la cooperación como el país, su retraso se interpreta como una falta de compromiso real y una resistencia a las reformas necesarias para combatir este flagelo de manera definitiva y frontal de verdad.
La CICIH es un elemento clave con un gran poder emblemático y no debe ser instrumentalizada con fines partidistas, mucho menos políticos, su propósito debe centrarse en fortalecer las instituciones y promover la transferencia y la justicia. Para que la CICIH tenga un impacto real y duradero, es fundamental que opere con independencia y que cuente con el apoyo necesario para llevar a cabo sus investigaciones y sus acciones de manera contundente, por lo tanto, es completamente crucial que se aceleren los procedimientos para su implementación, asegurando que tenga acceso a los recursos y a un respaldo adecuado.
Reconocemos esa voluntad que desde la Presidencia de la República se está desarrollando, pero creemos que hay otros actores que también tienen que impulsar, porque hoy el rol de combatir la corrupción no debe ser algo solamente para tranquilizar las aguas en una sociedad, sino que algo de instrumentar, de aplicarlo completamente en el país. La falta de independencia judicial socava el Estado de Derecho, facilita la corrupción y perpetúa la impunidad de los corruptos, es por ello que es vital fortalecer el sistema de justicia y garantizar el adecuado funcionamiento y el equilibrio de todos los poderes del Estado: una verdadera independencia tal como lo establece la Constitución de la República, esto indica entonces promover la autonomía y la imparcialidad, así como reforzar los mecanismos de rendición de cuentas para garantizar que todas la instituciones verdaderamente estén sujetas a una supervisión efectiva.
Eso es lo que nosotros pretendemos desde este observatorio universitario con fines estrictamente académicos y jamás, pero jamás, políticos, la corrupción es una amenaza global que requiere una respuesta conjunta y decidida, aquí no podemos combatir la corrupción desde sociedad civil por un lado, el gobierno por otro y la Academia por otro lado, si la vamos a combatir es juntos. Si en verdad nosotros queremos respuestas, la responsabilidad no recae únicamente en la instituciones gubernamentales, sino que también en todos los sectores de la sociedad, incluyendo esta Academia y, sobre todo, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, quien rige el Sistema de Educación Superior, asimismo, hacemos una invitación a la empresa privada, porque los corruptores también se incorporan en esos espacios y también hacer un llamado frontal al Gobierno para que comencemos a aunar esfuerzos y seguramente que con este observatorio lo vamos a lograr, tenemos que generar una colaboración; con la transparencia y la educación es posible construir un futuro en el que la integridad y la justicia prevalezcan sobre este flagelo.
Recientemente y en honor al nacimiento del ciudadano José Trinidad Cabañas Fiallos, una figura emblemática en la historia de Honduras, conocida por su integridad y compromiso con la justicia, se conmemoró su día y creo que hoy podemos conmemorarlo de manera directa con este Observatorio Universitario Nacional de Transparencia y Anticorrupción de Honduras, un esfuerzo que representa un compromiso completamente renovado con la integridad, la justicia y la transparencia, aspectos fundamentales para la construcción de una sociedad verdaderamente equitativa, además de incluir la ética y la transparencia en los programas de estudio para sensibilizar a nuestros estudiantes y trabajar en conjunto con el Gobierno y las organizaciones no gubernamentales, a fin de desarrollar políticas y estrategias contra la corrupción.
Para combatir eficazmente la corrupción también se debe entenderla a fondo, y sin investigación no podemos crear leyes necesarias para una lucha auténtica, la lucha contra la corrupción debe ser una prioridad urgente y compartida con todos los sectores de la sociedad, solo a través de un esfuerzo coordinado y sostenido se puede restaurar la integridad, la confianza y la justicia, que se encuentra completamente debilitada en este país, es por eso que hoy quiero hacer una invitación a todos los sectores aquí representados para que trabajemos en conjunto.
Van a haber momentos en los que el observatorio va a dar resultados que no le van a parecer a un sector o a otro, pero vamos a pedir que haya un respeto irrestricto porque hoy la Academia tiene una voz que no es política, sino que se va a respaldar con estudios completamente científicos y les garantizo desde hoy el compromiso de este Observatorio y de esta Universidad. Hoy que me corresponde presidir la educación superior del país, vamos a promover de manera directa la transparencia y vamos a luchar contra la corrupción, cuando nos toque denunciar lo vamos a hacer sin tapujos, porque hoy nos debemos a un país y no a un sector.
No permitiremos que el futuro de Honduras sea hipotecado por intereses oscuros nunca más, este Observatorio más que una iniciativa académica, es un llamado a la acción para todos los hondureños, así que desde nuestra posición privilegiada como institución educativa alzamos la bandera de la honestidad, de la ética, pero, sobre todo, la de la integridad.
El OUNTAH será la voz vigilante que no callará ante la injusticia, puesto que la transparencia no solo es un ideal, sino una necesidad urgente en este país, el que si no nos ponemos las pilas, se caerá a pedazos.
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